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Perras golfistas

GOLF4

Las mascotas también se adiestran para recoger pelotas de golf. Algunos deportistas llevan años con sus canes realizando esta tarea.Jess, es una hembra de collie que vivía en una perrera de Escocia hasta que en 2005, Barry Gell, aficionado al golf, la rescató. La entrenó para que buscara las pelotas y en doce años ha recogido más de 51.000 bolas perdidas por los campos. Por su parte, Gabby, también rescatada, labrador retriever de siete años, realiza similar “trabajo” desde hace años recolectando entre 30 o 40 pelotas cada día que sale de caminata con su dueño Arnie Smith por los montes que rodean el campo de golf de Ogden, en Utah, EE UU.

Por Óscar Rekalde

Las pelotas de golf no son económicas y a muchos golfistas les cuesta un buen dinero al año reemplazar las bolas que pierden por tiros erráticos. Entrenar a un perro para que las busque puede ser una solución sencilla. Así lo hizo Barry Gell hace doce años en Dunfermline, Escocia con su perra rescatada de una perrera donde estaba condenada a ser sacrificada.
El entrenamiento de Jess fue sencillo aunque muy concienzudo, porque fue adiestrada para no tocar las pelotas de otro golfista, lo que significa que en su “jornada laboral” no interfiere con el juego de los deportistas.
En la docena de años que esta collie va con su compañero a los campos de golf le ha ahorrado una cantidad considerable de dinero. “Ella me ha ahorrado una fortuna. Las pelotas de golf pueden ser caras en el transcurso de los años, pero yo no he comprado una sola pelota durante 12 años”, ha indicado Barry.
Según este jugador aficionado de golf de 80 años, antiguo marino, la preparación de su perra la realizó en un tiempo récord. “Solo me tomó tres días entrenarla. Simplemente seguía lanzando pelotas y ella iba a buscarlas. Luego, al día siguiente, lancé uno cuando ella no estaba mirando y curiosamente también la encontró”, matizó. “Al tercer día, ella estaba cavando en el suelo y descubriendo pelotas que, por su aspecto, estaba claro que habían estado allí durante unos 10 a 15 años”, relata el golfista.
El método de entrenamiento es con premios. Cada vez que Jess trae una bola recibe una de sus galletas preferidas. “Cuando juego en Canmore en Dunfermline, la gente trae sus emparedados de pavo”. Jess es una compañera de juego brillante. Si alguien lanza la pelota fuera y recibe la orden de buscar, ella la recoge. Sabe exactamente quiénes son todas las personas que tienen galletas cuando vamos al campo, tiene más amigos que yo”, indica Gell.
“Jees es capaz de encontrar bolas hundidas en la nieve o en barro profundo y empapado. Debe ser su olor. Lo hace de una forma natural”.
El orgulloso propietario de esta perra ha documentado todos los hallazgos realizados por su mascota en diarios detallados. “El problema es que tengo más pelotas de golf de las que necesitaría”. Por eso le pasa bolas a familiares y amigos para que las usen, por lo que Jees es apreciada por todos.
Gabby es la mascota leal de Arnie Smith, de 82 años que viven en Ogden, Utah. La pareja sale a caminar de forma frecuente por los bosques que rodean el campo de golf de su municipio. Durante los paseos, el can de siete años, rescatado cuando tenía unos nueve meses, se lanza al bosque y extrae bolas perdidas por tiros descarriados de los golfistas. Gabby es una perra de caza que va con bastante frecuencia con Smith a Dakota del Sur para cazar patos, faisanes y demás.
Pero además de cazar lleva años recogiendo bolas de golfistas. Cuando comienzan a caminar, a veces tarda solo 10 segundos, otras, un minuto, pero casi siempre aparece con una pelota de golf en la boca. La deja caer frente a Smith, recibe una golosina y se dirige de nuevo al bosque. En una de sus búsquedas, según publica Patrick Carr en standard.net, periódico local de Ogden, “dos deportistas en un vehículo de golf iban por la colina hacia el pequeño barranco frente al green. Se detuvieron y saludaron a Smith antes de que Gabby apareciese de nuevo con otra bola. “¡Has encontrado una bola! Esto es gracioso, ahora es la manera de hacerlo”, dice uno de los golfistas mientras Smith le da un premio a Gabby”.
Smith y Gabby caminan con frecuencia por esta parte de los alrededores del campo de golf. Hace un par de años, en una de esas caminatas, Smith llevaba algunas pelotas de golf con él y las arrojó al monte para ver si Gabby las encontraba. Las trajo de vuelta y siguió buscando más”, escribe Carr.
Smith no es jugador de golf y ha buscado una forma de que el trabajo de su perra sea productivo. En la peluquería Cellar Barber Shop, de Ogden, donde Arnie se suele cortar el pelo, hay un contenedor en el que va dejando las pelotas para que cualquiera las pueda coger. También las ha donado a los programas de golf de Ogden y Ben Lomond, a sus amigos, a la familia, a los programas de la iglesia, a otros proyectos y al encuentro anual de golf de ex alumnos de Ben Lomond.

Beneficioso para todos
La plataforma americana “wagwalking” de paseo y entrenamiento de perros señala que entrenar al can es muy simple si tiene los comandos básicos aprendidos. Debe ser sociable y capaz de buscar. Lo primero es tener un lugar para que ponga las bolas cuando las encuentre. Y golosinas para recompensarlo por un trabajo bien hecho. Antes de trabajar en un campo debe pasar tiempo con él encontrando pelotas de golf escondidas o perdidas. Una vez que lo haga, es momento de ir al campo, será beneficioso para todos.

 

 

 

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