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Arris: el perro que no dio tregua

al dinero de los ERE

Arris

Da igual donde los blanqueadores escondan los billetes: bajos fondos, interior de muros, bajo tierra, habitáculos imperceptibles de vehículos o autobuses, Arris los encuentra. En sus diez años de agente ha recuperado casi nueve millones de euros procedentes de fraudes o blanqueos de operaciones como ERES, Gurtel, 3%, ITV, fraude del IVA o  Púnica.

Por Emer IGLESIAS

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Tras más de 10 años trabajando como agente canino de la Guardia Civil, junto a sus cuatro compañeros, y haber recuperado cerca de nueve millones de euros en billetes procedentes de operaciones de blanqueo de dinero como ERE, Gurtel, 3 por ciento, Cataluña, Adigsa, fraude del IVA, ITV, Púnica… este pastor alemán de pelo largo prepara su jubilación. Su guía, Javier Gutiérrez, ya tiene casi a punto a Sami, otra pastor alemán que lleva más de seis meses formándose para detectar los fajos de billetes.
Arris tiene 11 años y lleva trabajando como agente canino con su guía Javier una docena de años especializado en encontrar dinero de curso legal. “Trabajamos dando soporte a la UCO, lo que más hacemos es control de aduanas (sobre todo en Andorra), control de divisas, entrada y salida de España, registros domiciliarios”.
Las búsquedas de Arris son de las más difíciles que realizan los perros de unidades caninas ya que el dinero puede estar en los escondites más insospechados, incluso bajo tierra o en el interior de paredes. “Las mayores dificultades están en las fincas y los domicilios, el dinero no es como la droga, que tiene que estar accesible para poder moverla. El dinero no, puede estar oculto y dejarlo ahí mucho tiempo, le enseñamos a encontrar bajo tierra y en el interior de muros”, relata el guardia civil a LADRIDOS.
“Lo bueno o malo del dinero es que muy poca cantidad se puede ocultar muy bien, abulta muy poco. 100.000 euros se esconden sin que apenas se note”.


Y así fue en el caso de mayor corrupción política en nuestro país: los ERES de Andalucía, donde se realizaron numerosos registros. A esta comunidad se desplazó el equipo entero, los cinco perros especializados en búsqueda de papel moneda. En uno de los trabajos a Arris le tocó dar apoyo a la UCO en el registro a la casa de Juan Lanzas, el conseguidor de la trama, ex sindicalista que según la instrucción de la jueza Mercedes Alaya, se habría embolsado hasta 13 millones en comisiones ilegales por llevar empresarios a la red clientelar, motivo por el que ingresó en prisión provisional en 2013. “Arris buscó y encontró una gran cantidad de dinero oculto en la casa de Juan Lanzas”.
Además de los ERES, Arris ha participado en las grandes operaciones de blanqueo de nuestro país: Gurtel, 3 por ciento, Cataluña, Adigsa, fraude del IVA, ITV… Púnica. Para ello ha recibido una preparación muy pautada. Los guías se formaron con la Casa de la Moneda. El laboratorio les dio formación sobre la composición del billete, los tintes y barnices que llevan para que el perro localice solo y exclusivamente esa tinta.
“Intentamos que el perro marque grandes cantidades. Entrenamos con mucha cantidad para que no marque una mínima cantidad, para que no marque a todo el mundo, pero si quisiéramos marcaría un simple billete”, indica su guía.
El trabajo de Arris es más lento que el de los agentes caninos de otras especialidades. “Se trabaja más despacio para que el perro no se salte nada, tiene que ser muy meticuloso, olfatear mucho, afinar mucho. Tenemos que ir más lentos, mas concienzudos que otros perros, porque tiene que oler en sitios que hay que desmontar”, añade Javier.
Sus entrenamientos diarios tienen que ser “casi” reales. Para ello en su base, en El Pardo, tienen unas instalaciones y una casa donde desmontan suelos, paredes, techos, camas… y esconden los billetes  que les facilita el Banco de España. “Son billetes retirados de la circulación por defectos, no son de curso legal, pero están perfectos para esconderlos y que los perros los encuentren”.
Todo el equipo participa en la preparación de los entrenamientos. El guía del perro al que le toca buscar los billetes es el que dirige toda la preparación, pero no conoce el lugar donde se ha escondido. “Es más interesante un trabajo en grupo, es más fácil que tus compañeros te digan lo que hace bien o mal la perra”.
Arris siempre está dispuesto a buscar. Son las doce de la mañana y en cuanto Javier lo llama sale súper contento. Los compañeros del guía canino han escondido dinero en una pequeña casa de madera donde entrenan. Entramos y Arris ya no para. Olfatea suelos, paredes, camas, electrodomésticos y de repente se planta delante de una cómoda llena de cajones y se pone a rascar como un poseso. Ahí están los billetes. Llega la hora del premio: su mordedor.
Ajeno a que está posando para las fotos, en cuanto recibe la orden de Javier de que busque, vuelve a dar vueltas por las diferentes instancias. No tarda ni tres minutos en olfatear cerca de los billetes escondidos. Los agentes encuentran su premio: el dinero enterrado y Arris, su mordedor de nuevo.
Aunque tiene 11 años y está a punto de jubilarse, su nivel de actividad y su formación física hace pensar que tiene solo entre cuatro o cinco años.
Tiene tal preparación que cuando actúa siempre descubre el papel moneda. Hasta el punto de que en una ocasión uno de los defraudadores, ya esposado, acabó felicitando a Javier por la efectividad del can: había escondido grandes sumas de dinero en tres lugares diferentes de una finca y Arris los encontró, “me quito el sombrero ante este perro”, le dijo antes de entrar en el furgón de detenidos.

 

Un perro, una especialidad

La Guardia Civil es de las pocas policías que diferencia un perro de dinero de uno de drogas. El Instituto Armado trabaja siempre una persona y un perro para cada cosa. “En muchas búsquedas va unido el dinero a la droga, por eso es mejor formar a dos perros diferentes. La droga huele mucho y el dinero muy poco, por lo que la droga puede enmascarar el papel moneda. Si llevamos un perro de dinero que no sabe lo que es la marihuana, es mucho más fácil que detecte el dinero”, indica Javier.
Mientras que los nuevos guías del grupo de papel moneda tienen que tener experiencia previa como guías caninos, el perro se coge virgen, sin ninguna sustancia asociada y se “crea” en dinero.

El equipo
Arris, pastor alemán de pelo largo, 11 años.
Apolo, labrador blanco, 8 años;
Lobo, pastor belga malinois, 6 años;
Odri, labrador blanco, 6 años;
Gena, pastor holandés, 6 años.
Sami, pastor alemán, 1 año (en formación).
El grupo de papel moneda de la UCICE (Unidad Cinológica Central) con base en el Pardo lo conforman cinco guardias civiles y cinco agentes caninos, cuatro machos y una hembra. Ahora está en proceso de ampliar a dos binomios más, por el elevado nivel de trabajo que tienen, ya que cada vez hay más registros en operaciones contra el blanqueo de capitales. Además, hay otra perra que está en formación para sustituir a Arris, el más veterano, que prácticamente lleva desde el inicio de la especialidad.
Los cinco guías tienen doble especialidad, y cada uno tiene dos perros preparados cada uno para una especialidad específica: cuatro guardias civiles del grupo llevan un can de dinero y otro de droga y el quinto agente trabaja con un perro de seguridad y rescate y otro de dinero.

 

Alta por UTICI
Todos los canes del servicio cinológico de la Guardia Civil tienen que pasar por un examen ante el grupo UTICI para poder trabajar. Tras un periodo de formación de unos ocho meses, es el guía del perro el que cuando lo ve preparado pide pasar el examen. “Presentamos al perro, el trabajo que hace, lo examinan y lo dan de alta. Suelen pasar todos porque cuando van al examen es porque el guía ya lo ve preparado para trabajar”

Abuelos con pañales
Arris se ha cruzado con todo tipo de delincuentes de guante blanco. Aunque ha hecho muchos registros domiciliarios, la mayor parte del trabajo ha sido en la aduana de Andorra. Su servicio más curioso fue la inspeccion de un vehículo con cuatro abueletes de 60-70 años y arañó un paquete de pañales de bebé. Los jubilados fueron pillados con 100.000 euros de contrabando.