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No sales hasta que no estés tranquilo

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Cuando llega la hora del paseo diario podemos tener un gran problema, ya que en muchas ocasiones los perros se descontrolan por la emoción. Hay que tomarse esto muy en serio y trabajar un poco con el can para evitar situaciones desagradables. Desde Los Guardianes nos dan pautas para calmarlo y transformar unos paseos en principio algo desmadrados en un rato tranquilo y agradable.

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Salir de casa con el perro es una de las actividades diarias más relajantes para ambos. Sin embargo en algunos animales los nervios por salir al exterior pueden salirse de control. Cuando un perro se inquieta en alto grado ante la salida de casa, sacarlo a caminar puede ser todo un reto porque se vuelven textualmente locos saltando y ladrando fuera de control. Una consecuencia de este nerviosismo es que se ponen a tirar de la correa como “descosios” y convierten el paseo en un tira y afloja difícil de manejar. ¿Cómo calmar a nuestros perros cuando toca salir a la calle? Indicamos estrategias que pueden significar la diferencia entre una actividad agradable o una pesadilla.

1. Una señal para salir a la calle

Algo que muchas personas no conocen es que el proceso del paseo comienza desde que se decide salir de casa. Es decir, mucho antes de atravesar la puerta. No siempre que salimos vamos con el perro, por lo que es importante acostumbrarlo con una señal a distinguir cuándo vendrá con nosotros, cuándo es el momento de ir juntos, propietario y guía, a la calle. Hay diferentes señales posibles. La más común es tomar la correa, aunque también pueden ser un silbido, un chasquido con los dedos o darle la orden de «junto», entre otras cosas.

2. Prepáralo solo si está tranquilo

Este paso es clave, ya que con él le dejamos claro que no logrará salir bajo ningún concepto a menos que se calme. Hay que evitar prestarle la más mínima atención si muestra cualquier signo de excitación o si ladra descontroladamente. Los primeros intentos pueden tomar tiempo, por lo que la paciencia es algo clave, no se debe ceder antes de tiempo.
Hay que esperar a que deje de saltar y esté calmado, solo entonces procederemos a ponerle la correa. Así su estado de ánimo es mucho más controlado y logramos controlar su comportamiento un poco.

3. Esperar un poco en la puerta

Esta táctica es conocida como el principio de Premack y para hacerla basta con esperar 5 segundos en la puerta antes de salir cuando ya esté listo con la correa puesta. El objetivo es transmitirle que saldremos a la calle y que debe ser paciente y controlarse.
No debemos alargar esta espera más de 5 segundos ya que esto sube el nivel de estrés del perro,  justo lo contrario del objetivo.

4. Caminar al mismo paso

Es importante usar una correa corta que permita mantener mejor el control del perro. Lo ideal es que este se mantenga al lado de su dueño mientras caminan. La orden de «junto» indica que debe pasear al lado de su guía,
a la par, ni adelante ni detrás. Esto puede tomar múltiples intentos. Si se impacienta y comienza a tirar, lo mejor es parar y esperar a que se calme haciendo que se siente y recompensándolo por tranquilizarse.
Si se emociona por algo u otro perro y tira hacia adelante, se debe bloquear su visión de este foco de atención dando la vuelta y caminando en dirección opuesta.

5- Los premios, en el bolsillo

Las recompensas y golosinas pueden ser una excelente herramienta para cambiar el comportamiento de los perros.
Reforzar la conducta apropiada del perro con una golosina puede marcar una diferencia. La bolsa con golosinas hay que llevarla a mano y usarla cuando se requiera.
También se debe reforzar y recompensar con caricias, el cariño es esencial para crear un vínculo especial. Durante el paseo se pueden reforzar los comandos y trucos que el can ya conoce o enseñarle nuevos.

6- Mantén la calma y seguridad

Los perros sienten nuestra energía, están acostumbrados a nosotros y a nuestras emociones por lo que es imposible ocultarles nuestros  miedos o nervios. Para que estén tranquilos debemos empezar por nosotros mismos. Si nos mostramos serenos, el can no sentirá la necesidad de ponerse agresivo.

7- Déjalo ser un perro

Ultima estrategia, pero no menos importante: déjalo hacer cosas de perros como correr libre en algún parque, olfatear, jugar con otros perros…
Humanizar a nuestras mascotas está hoy a la orden del día pero es algo que debemos evitar. Son perros y como perros deben hacer algunas cosas que quizás los humanos no entendemos del todo, pero a ellos los harán muy felices y más relajados.

Calculadora de edad

Un estudio, liderado por los genetistas Tina Wang y Trey Ideker, de la Universidad de San Diego (California), basado en un mecanismo epigenético llamado metilación, cuyo proceso, que sirve para medir la edad de los humanos se llama reloj epigenético, ha ideado una fórmula para conocer la edad perruna. Las coincidencias del reloj humano con el del perro se trasladó a una fórmula matemática: = 16ln (edad perro) + 31, es decir, el logaritmo natural de los años del perro multiplicado por 16, a los que hay que sumar siempre 31.

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