A escala del gran azul, el pequeño de la familia se especializa en caza menor
Perro mediano, configurado a menor escala que el gran azul, está especializado en la caza de la liebre, tanto en traílla como en jauría. Con olfato privilegiado y una predisposición tenaz rastrea sin descanso. Pero también es una excelente mascota, a la que hay que facilitarle trabajo y ejercicio. Además, son buenos en mantrailing. Como buen sabueso, el pequeño azul vive por y para el rastro, agacha su cabeza y puede pasar largo tiempo en la búsqueda de su presa o de una persona desaparecida
Por Miguel PELE
El pequeño sabueso azul, de origen francés y con más de tres siglos de existencia, más que “petit” es mediano en su tamaño, pero bastante menos que el gran azul del que desciende. “Se trata de un perro de rastro, que está acostumbrado a cazar en jauría y, por lo tanto, a trabajar en equipo, con un gran instinto de manada”, nos explica Elisa Amado, criadora bajo el afijo petit bleu da Casa da Queda.
Se trata, pues, de una reducción voluntaria en tamaño de su predecesor, del que “se fueron buscando ejemplares cada vez más pequeños, y se especializó en la caza menor, en concreto de la liebre”. Como todo perro que se precie tiene su estándar de la raza con el número 31 de la FCI, actualizado el año pasado.
Cuando cazan pueden hacerlo en solitario, en traílla, o en jaurías donde suelen ir en grupos de 8, están preparados para hacer rastros de larga distancia y complejidad. Son perros inteligentes y muy dóciles, apegados al dueño y a la manada, si la hay.
Morfología
Los machos tienen una altura de entre 52-58 cm y un peso aproximado de 25 kg, siendo estas medidas algo menores en las hembras. Como curiosidad, entre el hombro y el húmero existe una angulación que les permite bajar la cabeza para seguir el rastro y mantener la columna vertebral recta.
Los pequeños sabuesos azul de Gascuña son robustos, perros de trabajo, con buenos aplomos, libres de malformaciones o displasias, creados para aguantar largas caminatas rastreando. “Yo tengo perros que pueden aguantar 20 km rastreando, preparados para el deporte más extremo y que fueron buscados para que no tuviesen ningún tipo de patologías”.
Para que se mantengan en forma “los saco, mínimo, tres días en semana de ejercicio intenso. El resto de los días están en libertad en una finca, donde corren, juegan, disfrutan de la naturaleza y, por supuesto, les gusta dormir en el sofá”. Los perros de caza en general son lo más parecido a un “perro ‘salvaje’ que tenemos en nuestra sociedad”.
La salud
Esto les lleva a tener una excelente salud y a lograr una esperanza media de vida entre 12 y 14 años. “En casa hay perros con 13 años, los primeros con los que comenzamos y nunca han tenido ningún problema de salud, fuera de lo normal, como cualquier otro perro”. Y al ser tan activos no suelen sufrir de obesidad, ni diabetes como otros perros sedentarios.
Su pelaje es corto, tupido y denso, con suficiente capa de piel, los protege y los adapta a todas las temperaturas, no tienen problemas de piel, sí presentes en otros sabuesos, ni siquiera en las orejas, que suelen ir cercanas o a ras del suelo. Como salen mucho al campo, toma importancia la desparasitación tanto interna como externa, “porque esos sí que son vectores de enfermedades”.
La alimentación también es importante, debe ser cuidada y adecuada a su actividad, porque son perros que tienen un “gran gasto energético en el rastro y las largas persecuciones de las posibles presas”.
Como mascotas son perros espectaculares, porque duermen dentro de la casa, aprenden todos los truquitos que puedan saber los perros, la educación y las normas de casa. Son respetuosos y limpios y aunque tienen mucha energía, “si se les da trabajo, se adaptan perfectamente a la vida en el hogar. Luego necesitan hacer ejercicio, como todos los perros”.
Criadora responsable
Amado fue de las primeras en traer esta raza a España y en la última década ha criado unos 40 ejemplares, de los que se ha preocupado en buscar unos propietarios que le dieran los cuidados que merece.
Muy responsabilizada en conservar la raza, conoce por el nombre a los cachorros que crio y quiere que sigan siendo perros de trabajo y a la vez mascotas. Actualmente viven con ella en su domicilio 9 ejemplares, algunos de ellos con 13 años. “Hasta hoy no murió ninguno y que sea por muchos años”, concluye.
Zuca y el rastro humano
Carbajal, referente en mantrailing, eligió a Zuca, una petit azul de Gascuña, para convertirla en una especialista de rastro humano. Es sabido que los sabuesos son tenaces en perseguir el olor de las presas vivas y como raza están predispuestos a esta tarea, que otras razas abandonarían antes. Además tienen también una sensibilidad especial y colabora muy bien, aunque le cuesta hacerlo con otro guía.
Le llevó un año este adiestramiento, pues la perra confiaba más en el venteo que en bajar la cabeza a las pistas viejas. Primero iniciar el rastro humano, con olor de referencia y luego quitar a Zuca la inercia en seguir el rastro del jabalí, pero sobre todo, el del corzo, que la volvía loca. Recientemente, participó en la búsqueda de una anciana desaparecida que su equipo encontró con vida. Aún le quedan muchos años junto a su guía para seguir en lo que apasiona a ambos: el mantrailing como actividad y la búsqueda de personas desaparecidas como prioridad vital.
(Paginas 20 y 21)
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