Perros entrenados relajan el estrés de médicos, enfermeras y auxiliares
Lo profesionales de la salud se enfrentan en la actualidad a una creciente crisis de salud mental. El sector sufre altos índices de depresión, ansiedad, estrés, ideas suicidas y agotamiento diario. Perros entrenados pueden ser su esperanza. El ritmo frenético de médicos, enfermeros y auxiliares en los centros sanitarios es relajado con la presencia de canes entrenados
Con información de la asociación de informes de salud de NPR
Pasear por los pasillos de algún hospital de cualquier rincón del mundo y observar el ritmo que llevan los sanitarios es demoledor, en especial en las salas de urgencia, donde no hay ni un segundo de descanso para ellos.
Así lo han comprendido en diferentes centros de Estados Unidos, donde en las salas de enfermeras o médicos hay perros muy entrenados que le transmiten calma y afecto en medio de la vorágine laboral.
Uno de los últimos en incorporar esta inestimable ayuda es el centro médico HCA HealtONE Rose de Denver, donde una labradora, Peppi, trabaja para el beneficio del personal. “Siento como si el perro simplemente caminara y todos respiraran profundamente y se tiraran al suelo y tuvieran unos momentos para relajarse”, dijo la obstetra y ginecóloga del centro Kristina Fraser .
Fraser señala que cuando llega su hora de trabajar y enfrentarse a un frenesí de actividad, se siente preparada “en parte gracias a un momento de tranquilidad que tuvo unos minutos antes con algunos colegas caninos”.
Peppi moviendo la cola pasó por un puesto de enfermería cercano y provocó que una docena de profesionales médicos se fundieran en un charco colectivo de afecto.
Un aspecto común de los trabajadores de la salud de cualquier parte del mundo es que un alto porcentaje manifiesta que a menudo se sienten agotados, porcentaje que aumenta año tras año sin que nadie consiga pararlo. Igual que también aumenta el número de médicos o enfermeras que denuncia que sufre acoso durante el trabajo.
Los defensores de la presencia de perros en los hospitales ven a los animales como algo que puede ayudar. Eso incluye a la encargada de Peppi, Susan Ryan, médica de urgencias en Rose. A Ryan los años que trabajó como médica de urgencias le dejaron síntomas de trastorno de estrés postraumático. “Estaba muy mal y lo sabía”, dijo Ryan, que se aisló más en casa y no quería relacionarse con sus amigos. “Lo metí todo en la cabeza. Creo que todos lo hacemos”.
Según esta doctora de urgencias, los médicos y otros sanitarios suelen ocultar sus problemas, porque tienen que compartimentar: “¿De qué otra manera puedo pasar de un paciente que tuvo un paro cardíaco, lidiar con los familiares que se lo dicen, y pasar a una habitación donde otra persona está enojada porque tuvo que esperar 45 minutos por su dolor de oído? Y tengo que activar ese interruptor”.
Ryan recibió entrenamiento de un grupo nacional de perros de servicio llamado Canine Companions, convirtiéndose en el primer médico entrenado por el grupo en tener un perro de servicio en una sala de emergencias.
El centro médico Rose autorizó a Ryan a llevar un perro al trabajo durante sus turnos en urgencias. Los colegas de Ryan están encantados de que un perro sea parte de su vida laboral.
“Cuando tengo un mal día en el trabajo y voy a Rose y Peppi está aquí, mi día mejora”, dijo la técnica médica en emergencias médicas Jasmine Richardson. “Y si tengo un paciente que está teniendo un día difícil, Peppi sabe cómo alegrar la habitación”.
Ryan espera que la conexión canina pueda ayudar con el trauma. “Todo lo que te devuelva al presente te ayuda a volver a conectarte con la tierra. Un perro puede ser esa influencia tranquilizadora”, añadió. “Puedes tirarte al suelo, acariciarlo y simplemente te tranquilizas”.
Ryan recordó que las investigaciones han demostrado las ventajas. Por ejemplo, una revisión de docenas de estudios originales sobre interacciones entre humanos y animales encontró beneficios para una variedad de afecciones, incluidos problemas de comportamiento y estado de ánimo y síntomas físicos de estrés.
Por su parte, el presidente y director ejecutivo de Rose, Casey Guber, se convirtió en un defensor tan grande de la conexión canina que consiguió su propio perro entrenado para llevarlo al hospital, un labrador negro mezclado con retriever llamado Ralphie. Para Guber es un gran estímulo moral. “Es fenomenal. No es raro ver a un cirujano que baja a nuestra oficina administrativa y se retuerce en el suelo con Ralphie, o a una de nuestras enfermeras que lo lleva a dar un paseo por el parque”.
El personal del hospital asegura que prácticamente no hay riesgo de mordeduras con los labradores cuidadosamente entrenados. Los perros se mantienen alejados de los pacientes alérgicos y se los lava periódicamente para evitar la propagación de gérmenes, y las personas deben lavarse las manos antes y después de acariciarlos.
Los datos
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(Páginas 36 y 37)
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