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Colaboración entre profesionales, eje para modificar conductas

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Trabajar de forma conjunta profesionales de la educación y el adiestramiento canino, la medicina veterinaria, la medicina del comportamiento, especialistas en nutrición canina, fisioterapeutas caninos, etc., optimiza los resultados en los problemas de conducta de los perros. Para los adiestradores caninos es clave contar con un veterinario etólogo o especialista en fisioterapia o en nutrición en situaciones problemáticas.

Con información de ANACP 

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La colaboración interprofesional es una práctica en la que interactúan diferentes disciplinas que comparten objetivos, participan en la toma de decisiones y proporcionan una atención integral y de calidad. Aunque actualmente en España ya hay centros y escuelas caninas que han adoptado este enfoque interprofesional, no obstante, y debido a la ausencia de una cultura organizativa en el sector que suele dificultar esta práctica colaborativa entre profesionales, existe una necesidad entre los adiestradores/educadores caninos de una participación más activa y de tener en cuenta los planteamientos que pueden aportar otros profesionales a los problemas de conducta en perros, el resultado es que aumenta la eficacia del tratamiento, mejora la satisfacción profesional y la calidad de atención al animal.
Las relaciones interprofesionales y la práctica colaborativa son reconocidos como cruciales en programas de gestión del comportamiento canino de entidades con prestigio internacional. Mediante la colaboración interprofesional se promueve y optimiza la participación de todos los profesionales en la toma de decisiones de un tratamiento de modificación conductual centrándose en las necesidades físicas y emocionales del perro.
La colaboración interprofesional como afirmaba el adiestrador Ricard Rojals (Gerente de “Rumbo Canino”) en unos talleres recientes sobre especialización en reactividad canina, no es una opción sino una clave, para un adiestrador canino profesional es necesario disponer de un veterinario etólogo para tratamientos de modificación conductual en los que sea necesario dispensar una medicación, o disponer de un veterinario especialista en fisioterapia canina para temas de dolor, o un especialista en nutrición, etc., cada experto en un área puede aportar un enfoque muy importante para el tratamiento.

Comportamientos complejos
Las aportaciones interdisciplinares son consideradas de gran importancia, sobre todo en áreas de problemas de comportamientos complejos, como la reactividad y agresión. Se desarrollan en reuniones orientadas al tratamiento y seguimiento de la evolución del animal y no son un mero punto de encuentro, sino que constituyen un espacio para el diálogo y el intercambio de información en un ámbito de aprendizaje, donde cada profesional tiene la oportunidad de contribuir con su experiencia y conocimiento, se identifican problemas y se aportan soluciones, estableciendo metas y objetivos que permiten la creación de un plan de cuidado integral, lo que reduce las variaciones en la atención, mejora la comunicación interprofesional y, por tanto, facilita la estandarización del tratamiento.
Cuando las sesiones de modificación conductual no se realizan de forma efectiva pueden producirse errores relacionados con la trasmisión de la información y los tratamientos, así como la ocurrencia de eventos adversos que repercuten de forma directa y negativa sobre el perro, por lo que el empleo de este enfoque de trabajo se encuentra unido a la mejora en el cuidado y seguridad, a través del cumplimiento de metas mediante la comunicación y colaboración entre profesionales.
La percepción de los adiestradores/educadores caninos es que se produce una falta de reconocimiento de sus aportaciones por parte de los profesionales veterinarios para la toma de decisiones compartidas, y aunque se ha notado una mejoría en las interacciones de ambos profesionales, sigue existiendo poca aportación por parte de los adiestradores profesionales, a pesar de ser ellos los que mejor conocen al perro y sus circunstancias.
Por su parte los veterinarios perciben poseer un rol activo, refieren invitar en ocasiones a adiestradores profesionales a participar ya que los consideran cruciales por ser poseedores de la información que precisan para tomar las mejores decisiones, sin embargo, algunos de ellos consideran la jerarquía como algo fundamental en esta práctica, subestimando a los adiestradores como meros ejecutores del tratamiento y esto en ocasiones lleva la falta de consenso en la toma de decisiones de un tratamiento.

Propuestas
Afortunadamente, gracias a veterinarios, especialistas y adiestradores caninos se están implementado estrategias de mejoras en la colaboración interprofesional en las que se ha propuesto:
-Establecer un orden predeterminado en cada sesión para facilitar la planificación individual de cada profesional.
-Resumir de manera breve el plan de acción para evitar confusión entre profesionales.

-Implementar un checklist que garantice la cobertura de los elementos más importantes a abordar.
Como conclusión podemos decir que una modificación de conductas no deseadas en perros requiere aplicar procedimientos y prácticas seguras y efectivas para reducir la aparición de fallas, errores y resultados adversos. Una práctica interprofesional efectiva y eficiente entre adiestradores caninos, especialistas veterinarios, nutricionistas, etc., es determinante.

 

(Páginas 20 y 21)

 

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