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El sueño cumplido de Marian, ser policía local y trabajar junto a su perrita Hera

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El sueño de Marian López de pequeña era llegar a ser policía y poder trabajar con perros. Tras estudiar una carrera universitaria y vivir de forma cómoda trabajando en banca, en 2021 se lio la manta a la cabeza, opositó para ser policía local y lo logró. Sacó plaza en El Ejido y en Huércal, los dos de Almería, así como en Villanueva del Trabuco en Málaga. Optó por El Ejido, y en diciembre de 2024 se fue a Berja en comisión de servicio para trabajar junto a Hera. Esta belga malinois trabaja con la agente Marian en Berja desde hace cinco meses. Es una de las K9 que comenzó más joven, con ocho meses ya estaba en su “destino”.

Por Emer IGLESIAS / FOTOS: Miguel PELE

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La historia de Marian y Hera es casi un cuento de hadas de esfuerzo y empeño por lograr un sueño de infancia: trabajar como policía de binomio con un amigo fiel, un perro detector de sustancias.
“Esto es mi sueño desde pequeña, ser policía y dentro de esto ejercer como guía canina”, matiza Marian a LADRIDOS, quien se deshace en halagos hacia su perrita. “Es muy intensa, pero es un amor, yo me vine a Berja porque mi jefe me aseguró que podría trabajar siempre con ella”.
Hera es un regalo que le hizo Álex Atienza, el instructor y responsable de la Unidad Canina de Málaga. “Está conmigo desde los tres meses, Álex la seleccionó y me la ofreció, viene de una buena línea genética”, matiza.
Hera comenzó a formarse en cuanto llegó con Marian a los tres meses, primero con el mismo Álex Atienza, y luego a través de jornadas formativas y seminarios a los que asiste la policía local con su perrita. En la actualidad ya detecta la marihuana con buena precisión y están aprendiendo a detectar otras sustancias, en concreto en este momento están con socks que tiene un total de 16 sustancias: cocaína, heroína, opio...etc. “Desde los tres meses he ido trabajando paulatinamente con ella, asociándole las sustancias”, comenta la guía canina.
Marian junto con su compañera Noelia Montes y el jefe de la Policía Local de Berja Marcelo Sáez, preparan un control en una carretera de salida del municipio para demostrar cómo es el trabajo de Hera en real y a la vez posar para las fotos.

Comienza el trabajo
La guía canina ha ido en busca de su perrita que lleva en un transportín en el maletero de su coche. Cuando está todo preparado y las señales puestas para parar el primer vehículo que vaya en dirección Berja, Marian saca a Hera del coche, que sale loca de alegría, con movimientos que denotan su felicidad por ir a trabajar. En honor a la verdad hay que decir que es casi imposible descifrar quién está más contenta si Marian por sacar a su perrita, o si Hera por ir a jugar con su dueña.
Se acerca un coche que se convierte en el objetivo del control policial. Es de gama alta, un mercedes GLA 200, con una sola pasajera. Los policías le dan el alto, le solicitan la documentación y le piden amablemente que se baje del vehículo. La conductora accede, aunque su cara deja entrever que algo no va bien. Marian llega con Hera quien en menos de diez segundos la huele y marca de pie, con las patas dobladas para no hacer daño a la persona, indicando donde está la droga escondida entre su ropa. Primer ‘alijo’ y primer acta de la tarde.
La malinois recibe su premio, su juguete preferido, un mordedor, y salta como loca jugando.
Pero su trabajo no ha finalizado aún. Ahora tiene que registrar el coche para asegurarse de que está limpio antes de que pueda marcharse. Y sorpresa, lo rodea, lo huele un poco y enseguida se acerca a la puerta del conductor y marca la guantera. La policía rebusca y encuentra la droga, que sin un perro hubiera sido casi imposible de detectar.

Apoyo incondicional
El jefe, Marcelo Sáez, ha observado toda la operación y comenta con orgullo que la existencia de la Unidad Canina con tres perros, uno de Marian y dos de Víctor un policía que también está en comisión de servicio proveniente de Tobarra, Albacete, es una de las mejores decisiones que ha tomado en su Unidad. “El trabajo de los perros es espectacular, te dan mucha seguridad, el simple hecho de que estén los perros la eficiencia del trabajo policial se multiplica de forma exponencial. Cuando hay mucha gente, por fiestas o lo que sea, cuando llega el perro la masa de gente se abre como las aguas”, indica.
La agente López también alaba el gran apoyo que recibe de su jefe. “Yo me vine aquí porque me dijo que podía trabajar con mi perrita, nos deja total libertad”, añade.
La Unidad canina suele trabajar generalmente en los turnos de tarde o noche, ya que las mañanas suelen estar dedicadas a otro tipo de trabajo más burocrático. Además, las dependencias de Jefatura, que ahora están en un antiguo edificio junto al Ayuntamiento, van a ser trasladadas a un lugar de nueva construcción en el que habrá una parte específica para los perros.
Por el momento, como el edificio actual es una antigua cárcel de detenidos con calabozos, Marian tiene uno de ellos acondicionado para dejar a su perrita si ella tiene que ir a realizar cualquier otro trabajo.
“Yo siempre la traigo conmigo, es mi binomio, no concibo mi trabajo sin ella”.

Formación y más formación
Entre las jornadas a las que ha asistido Marian destacan, por ejemplo, unas sesiones de trabajo en Lloret de Mar con el instructor y policía municipal Narcís Romero, o las V Jornadas de Policías Locales en Sierra Nevada, donde más de medio centenar de agentes de Policía Local procedentes de toda España, acompañados de sus perros policía, participaron en el curso de formación en Sierra Nevada para mejorar la detección de sustancias estupefacientes y armas. Se da la circunstancia que, con el desarrollo de las prácticas de estas jornadas, en las que participaron Marian y Hera, los agentes de diferentes municipios llegaron a hacer más de medio centenar de actas por posesión de drogas detectadas por sus perros.
Además, en la actualidad este binomio está en fase de certificarse, para ello están realizando el preceptivo curso homologado por la SPAM, la Escuela Pública de Málaga, que certifica como guía canino en la especialidad de estupefacientes.
Es un sueño cumplido, pero no sin esfuerzo, que nadie piense que esto es sencillo. Marian primero dejó la vida acomodada que llevaba trabajando en Banca unos diez años tras estudiar Dirección de Empresas, y se preparó oposiciones a Policía Local.
Cuando aprobó, optó por un lugar en el que ya había unidad canina para estar más cerca de compañeros que ya eran guías caninos. Otro paso que tuvo que hacer fue buscar un perro idóneo para este trabajo. Dio vueltas y se cruzó con Álex Atienza, todo un referente en el mundo del perro, y le regaló a Hera.
Y aquí comenzó nuevamente una etapa de formación en su vida, que esta vez no tendrá un final previsto como una carrera universitaria.
“Lo que más me llamó la atención es que aquí la gente sigue formándose, hay que estar aprendiendo constantemente, en las jornadas de Sierra Nevada había gente que llevaba 20 años en esto, y lo primero que dice es que hay que seguir aprendiendo”.

Kilómetros
Recorre media España en busca de encuentros o jornadas en las que aprender. En abril se ha desplazado hasta Azuqueca de Henares en Guadalajara, para asistir a sesiones de trabajo donde aprender de compañeros. Y esto corre todo por su cuenta, es su formación y ella se la busca. “Yo voy por mi cuenta, nadie me sufraga nada, pero voy encantada, de todas las jornadas saco algo y veo cómo evoluciona Hera, estoy feliz con que me dejen trabajar con mi perra. Yo creo que en Berja ya he encontrado mi lugar, aunque esté en comisión de servicios la iré renovando hasta que consiga quedarme, yo con tal de no separarme de Hera estoy feliz”.

Por otra parte, de vez en cuando va a entrenar hasta el municipio de Lorca, donde se junta tanto con Juanjo, el guía canino de esta localidad, como con otros policías locales y realizan entrenamientos conjuntos.
Su lugar de residencia está dentro de la provincia, pero a 30 kilómetros de ese municipio almeriense, “Son unos 30 km de distancia pero no me pesan, yo con trabajar con Hera soy feliz”.
De hecho, cuando se planteó pedir comisión de servicio, tenía otras opciones más cerca que rechazó precisamente porque no podía ir a trabajar con su perra.

 

(Páginas 8-11)

La ‘manada’ antidroga de la Cuna del Olivar

 

Dos malinois luchan contra el menudeo en La Línea

 

Una investigación española analiza el trabajo de los perros de policías locales

 

 

 

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