“El error más frecuente de los dueños es humanizar a sus perros”
El representante de los veterinarios de nuestro país, Benito Pérez, es claro al indicar que educar a los canes en comportamiento cívico es tan importante como alimentarlos y vacunarlos. Y aunque en general hay más responsabilidad en la tenencia de mascotas muchas veces el equilibrio se pierde y mientras unos dueños se exceden en adjudicarles sentimientos humanos, todavía hay mucho que hacer en temas de abandono o cría sin control.
Por Eva M. Rull
-¿Qué es los primero que hay que saber para alimentar correctamente a nuestro perro?
-Lo más importante es tener en cuenta que un perro no tiene el sistema digestivo como una persona; el perro tiene una producción de encimas mucho más limitada y su intestino más corto, por lo que su capacidad para asimilar determinados alimentos es peor. Esto quiere decir que la alimentación con las sobras o restos de comida como se hacía antes genera problemas en la digestión. Esos cambios de dieta a lo largo del día que en las personas es normal, en los perros es limitado por la capacidad de su estómago para adaptarse.
-Nada de sobras, sólo pienso preparado entonces.
-Esas dietas de sobras generan muchas veces vómitos y diarreas. Lo ideal es una dieta equilibrada para ellos y preparada para facilitar su digestión y su asimilación.
-¿En veterinaria está pasando como en alimentación humana que se ha llenado de modas sin gluten, veganas, etc.?
-Hay un error que se comete en la alimentación con los animales y es intentar convertir a los perros en personas. Los perros no son personas ni veganos ni tienen compromisos éticos ni morales, por tanto la dieta tiene que ser equilibrada con porcentajes adecuados de proteína e hidrato de carbono y suficiente grasa. Es evidente que necesitan proteína de origen animal. Si una persona por compromiso moral decide ser vegana, estupendo, pero la alimentación llevada al extremo en el caso de mascotas no tiene ningún sentido. Los perros no son alérgicos al gluten por lo que las dietas bajas en él de entrada no caben. Solamente en casos en los que el animal haya demostrado una falta de asimilación de algún componente o una alteración como consecuencia en la dieta de algún elemento sí que habrá que modificar la dieta pero si no, no.
-¿En qué hay que fijarse a la hora de comprar un pienso?
-De entrada lo que hay que buscar es una materia prima de calidad, un producto que tenga un buen origen y que le ofrezca al perro las mayores garantías.
-¿Son frecuentes los problemas digestivos en las consultas veterinarias?
-Lo más habitual son dolencias de piel y digestivas, aunque también hay muchas consultas relacionadas con el comportamiento. Y la mayor parte de los problemas digestivos están ahí como consecuencia de no mantener una disciplina con respecto a la alimentación del animal o saltársela, darle comida casera...
-¿El perro debe tener siempre comida o hay que alimentarle varias veces?
-Depende del carácter y su forma de comportarse. En general debería comer al menos dos o tres veces al día para no sobrecargar el estómago. Sí es interesante que tengan siempre agua.
-Y si nuestro perro come mejor un pienso que otro, ¿qué hay que hacer?
-Tenemos muchos problemas con gente que alimenta a sus mascotas de una manera inadecuada, en función de los gustos del perro y no de sus necesidades. Si a un perro le gustara comer sólo muslos de pollo y sólo se alimentara de eso, la dieta será muy deficiente, además de monótona. El paladar de un perro no debe ser el que condicione la alimentación. Ahí estamos los dueños para que la alimentación sea como debe. Uno de los errores más frecuentes de los dueños es la humanización de las mascotas. Un perro no es un persona en el sentido de que ni su comportamiento ni sus reacciones ni sus necesidades son las de una persona. A veces intentamos humanizarlo en sus sentimientos, como que odia o envidia y eso no es real. El mayor éxito es educar a los perros como lo que son, unos seres que conviven con nosotros, y en el que es importante mantener unas reglas de comportamiento tanto en una casa como en el exterior, en relación con el resto de personas.
-Es importante educarlos para que coman bien desde pequeños..
-Eso es fundamental en la alimentación de un animal. Esa educación desde cachorro a que debe comer lo que el propietario le propone y no jugar a ver qué le gusta más o menos es importante. Los problemas de alimentación son frecuentes en los cachorros sobre todo porque no tenemos experiencia, ver cómo se come la comida, los horarios, no sobrecargarle...
-¿Qué otras cosas debe aprender un cachorro?
-Es importante la socialización, el ser amigable con otros perros y personas. La educación para disponer de un perro que te haga disfrutar de la relación con él porque si no consigues educarlo al principio te va a generar un problema a lo largo de su vida. Hay mucha gente que no tienen por qué gustarle los perros y los que somos propietarios en el momento que no muerde les dejamos que se suban y debemos respetar que hay gente que no le gusta. Ese comportamiento social o cívico de los propietarios hay que trasladarlo al propio perro para que se comporte de una manera adecuada. Parece que si le das libertad le quieres más. Nosotros ponemos muchas veces el ejemplo de un niño que está en la sala de espera sentado junto a su padre y otro que está corriendo de un lado para otro tirándolo todo en una consulta o en cualquier otro sitio. No le quiere menos el que tiene a su hijo enseñado o aquel que tiene a su perro enseñado y que le obedece. Todo lo contrario, a veces demuestra dejadez en el tiempo que le dedicas a su formación o aprendizaje.
-¿Qué otros cuidados son importantes en los cachorros?
-La vacunación y la desparasitación son fundamentales porque todavía no tienen un sistema suficientemente maduro y la probabilidad de que cojan infecciones es más alta. Todo lo que se hace en un perro adulto, todas las pautas de tratamiento hay que intensificarlas más en los cachorros. Hay que estimular las defensas con vacunas y generar un entorno lo más higiénico posible para que no haya problemas. Que no se junten con animales que les puedan transmitir enfermedades. Es una etapa donde el perro tiene riesgos de infecciones graves más alto.
-En temas de medicación y vacunación, ¿existe concienciación?
-Ha habido un momento en que, como consecuencia de la subida del IVA y la crisis hubo un descenso de asistencia de las personas al veterinario. Durante esos años la gente tardaba más en acudir al veterinario, daban más tiempo para ver si la solución aparecía de manera espontánea. Ahora lo que sí nos damos cuenta es de que en cuanto hay un síntoma vienen más fácilmente a la clínica para consultar con nosotros cuáles son las necesidades básicas para tratar la dolencia. El tiempo no cura casi nada, al revés lo que hace es agravar.
-Ahora se han vuelto a llenar las consultas...
-Estamos empezando a verlo. En general como en todos los negocios, cuando el entorno económico está mejor, la gente incluso vuelve a tener perros. Ha habido un momento en que no sólo venía menos es que había menos mascotas por familia. Ahora parece que vuelve a recuperarse. El descenso fue muy rápido y la subida está siendo más lenta.
-Pero habrá quien piensa que el veterinario es caro
-Parece que las clínicas veterinarias tienen un fin mercantilista y no es así. Lo que sucede es que la gente no es consciente de lo que cuesta en la Seguridad Social los tratamientos. Si lo supiera se daría cuenta de que el veterinario es económico. En otros países cuesta tres y cuatro veces más. Es una profesión muy vocacional en la que se tiene una vinculación emocional con los pacientes muy alta y eso hace pensar a los propietarios que como nos gustan los animales lo debemos hacer por placer. Pero esa no es la fórmula. Los veterinarios colaboramos, los primeros, en temas de protección y abandono, pero eso no quiere decir que tengamos que solucionar los problemas de alguien que se encuentra un animal por la calle. Igual que si te encuentras a un niño no te lo llevas al pediatra, te lo llevas al centro de protección. Son matices importantes, porque los veterinarios estamos muy comprometidos con los temas de cuidados, nos encantan los perros, pero cada clínica veterinaria es una pequeña empresa. Dedicamos una parte muy importante a labores sociales, de protección, etc., pero las nóminas hay que pagarlas.
-¿Conviene tener un botiquín mínimo en casa?
-Igual que tienes para una persona. Si llegara el caso algún desinfectante y algún analgésico y antiinflamatorio. Por prescripción veterinaria, porque lo que pasa es que los aplicables para humanos no sirven para casos veterinarios.
-¿No le parece que son caros los medicamentos veterinarios? ¿Por qué no hay genéricos?
-Hemos tenido una reunión recientemente en el Colegio de Farmacéuticos para hablar precisamente del tema de la diferencia de precio que hay entre los medicamentos de humanos y los de veterinaria. Los de veterinaria son hasta diez y veinte veces más caros y eso es por una política de los laboratorios de los que los veterinarios somos tan víctimas como los propietarios. Los medicamentos son muy muy caros y además la legislación no nos permite usar tratamientos de humanos si existe alternativa veterinaria que se pueda utilizar. A veces lo haces para intentar minimizar el coste al propietario pero eso no se puede hacer legalmente.
-¿En otras partes del mundo pasa igual?
-El medicamento en humanos es muy económico en España. Te pongo el ejemplo de un paracetamol que aquí cuesta dos euros y en Italia o Francia cuesta diez. Cuanto más alto es el precio para humanos menos diferencia hay con el veterinario. Aquí el problema es que la brecha entre ambos es muy alta. Aun así los medicamentos veterinarios son bastante más altos en toda Europa... No hay Seguridad Social, que es lo que hace que el precio de medicamentos humanos sea barato. Aquí hay precio libre y de alguna manera hay manga ancha para que el laboratorio ponga el precio que quiera.
-¿Es recomendable adquirir medicamentos en tiendas de animales?
-Es una cosa que nos preocupa mucho; la mayor parte de los medicamentos que debería estar o en las farmacias o en los veterinarios no están más que en tiendas y cadenas donde se venden antiparasitarios, etc., con alta toxicidad donde ni hay ningún licenciado que tenga criterio para poder manejar esos medicamentos. El problema es que para mascotas, siendo medicamentos, pueden venderse en tienda de animales. Sí hay alguna tienda que tiene médico, pero no están atendiendo directamente al público y las personas que están ahí no tienen cualificación técnica para asesorar sobre cuál puede tomar un animal o cuál no. Están proliferando también las tiendas de venta de piensos que montan clínicas veterinarias con un modelo de poca atención al paciente y una apreciación más mercantilista de obtener todo lo que pueden del propietario sin preocuparse demasiado. Es un McDonald de la veterinaria.
-Pero el dueño puede estar tentado ante precios más bajos...
-Muchas clínicas ofertan igualas o planes de salud muy económicos que lo que hacen es que los propietarios de perros obtengan descuentos. Casi todas las clínicas lo tienen, pero es un acuerdo entre el veterinario y el propietario sin intermediarios. La clínica veterinaria no es un negocio excesivamente rentable y mientras no haya una rentabilidad muy alta no creo que haya problemas con estos nuevos modelos de negocio privados.
-Hablaba antes de la crisis, ¿ha aumentado el abandono?
-Aumentó el abandono, pero no como el que se ha entendido tradicionalmente de dejarlo en la calle y ya está. La tendencia era que aumentaba el número de mascotas que pasaban a los centros de protección de los ayuntamientos, de las protectoras, porque la gente no se podía hacer cargo de ellos. Dejarlos en la calle cuando está un animal en tu casa es difícil, pero sí se dejaban fácilmente en centros.
-Pero es siempre un delito maltratar...
-Es un delito y sí que está recogido en la jurisdicción nacional, pero luego las legislaciones autonómicas a la hora de sancionar lo desarrollan por separado. En el día a día valorar si hay maltrato no siempre es fácil. Un animal que está en un balcón 12 horas al sol, no en todas las CC AA existe la posibilidad de demostrar que hay un maltrato. O si no está cuidado como debe ser, sacarlo el tiempo que necesita... Los matices del maltrato son complicados. Cuando lo mantienen encerrados en perreras o fincas que sólo salen una vez a la semana y no los van a ver, etc... no en todas las situaciones se puede sancionar ese tipo de comportamientos.
-¿Se ha encontrado en la clínica con alguna situación así?
-A las clínicas es difícil que lleguen casos en los que el propietario reconozca que ha cometido un maltrato. Es difícil; no lo traerían aquí, lo esconderían. Puedes intuir y te hablo de cosas que ocurrían hace años, que se ha producido alguna lesión como consecuencia de alguna patada o golpe, pero en esos casos, tampoco es fácil de demostrar que el trauma que tiene el animal es consecuencia del propietario y no de un salto. Cuando es así sí que de alguna manera lo tienes que poner en conocimiento de las autoridades. Algunos animales que sabes que están en un finca sin que nadie les vaya a atender o que están atados lo que hay que hacer es llamar a la policía o al Seprona y ponerlo en conocimiento de las autoridades. Pero a las clínicas no es frecuente que lleguen estas situaciones.
-¿Hay que cambiar la ley de protección animal para conseguir el abandono cero?
-La ley de protección animal hay que cambiarla, primero porque tiene un inconveniente grande y es que está desarrollada por comunidades autónomas. Hay tantas leyes como comunidades y hace falta una ley unificada a nivel nacional que trate de forma unificada los problemas de bienestar y protección, incluso te digo la identificación de las mascotas. Hay 17 bases de datos en España y, aunque hay cierta comunicación entre ellas, muchas veces no es suficiente cuando un perro desaparece en un sitio y aparece en otro lado. Eso habría que cambiarlo. También hay que revisar el tema del maltrato, que no se enfoca igual en todos los sitios ni de la misma forma.
-¿Es fundamental regular la cría para llegar al abandono cero?
-Hay pendiente una modificación de la ley de abandono cero que debe incidir en la cría pero ya se verá. Salio la ley en la asamblea de Madrid de hace un par de años pero no se recoge correctamente la posibilidad de regular la cría. Aun así, La legislación está cambiando y ojalá lo haga para que la cría esté más controlada y regulada y que no lo haga cualquiera sino sólo quien tenga autorización y en casos puntuales. Primero no habría abandono porque no habría tantos animales en el mercado, entendiéndolo como a disposición de la gente. El control de la cría es muy importante. El proceso de selección para la cría debe hacerse por profesionales, sino en las protectoras y los albergues no hay sitio para tanto perro. El buen criador que lo hace de forma controlada y en número escaso no suele tener problema porque además el que los adquiere se encarga de cuidarlos. Pero otro grupo está el que echa a la perra con cualquier perro y los cachorros terminan en manos de gente no responsable y muchos terminan en centros. El control de la cría debería ser una prioridad