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LOS PROFESIONALES






















































          DYLAN, MALINOIS DE LA UNIDAD CANINA DE LA POLICÍA LOCAL               y “da” sus máximos resultados a su
           DE VENTURADA (MADRID) MANTIENE A “RAYA” SU MUNICIPIO                 guía, un joven policía local que derro-
                                                                                cha emotividad cuando habla de su
         Drogas: ni de noche                                                    perro. Y no sólo de Dylan, también
                                                                                de los otros dos que tiene, un buldog
                                                                                que se llama Zeus, y Kira, una bóxer,
                                                                                aunque estos no son agentes de la
                             ni de día                                          autoridad.
                                                                                  Balboa y su agente de cuatro pa-
                                                                                tas residen en Alcobendas, y lo pri-
                                                                                mero que hacen es desplazarse a
                                                                                Venturada para iniciar el servicio.
                      Venturada, vehículos,        enos de diez meses lleva este   “Vive  en  casa  commigo,  y siempre
                        vecinos, visitantes,       malinois trabajando como un   viene a trabajar en mi jornada labo-
                         zonas verdes, vía   Magente más en la Policía Lo-      ral, que suele ser por la noche”, in-
                      pública... son las “V”   cal de Venturada, un pequeño muni-  dica a LADRIDOS el agente. La ma-
                       que se ha aprendido   cipio del norte de Madrid con algo   nera de trabajar de Jairo y su “mali”
                          a sangre y fuego   más  de  2.000 habitantes,  la  mayor   es sencilla. Tiene dos perreras, una
                                                                                interior en la sede del Ayuntamiento
                                            parte de ellos en la urbanización Los
                      Dylan para limpiar su   Cotos de Monterrey, separada por   Venturada y otra exterior en  Cotos.
                      muncipio día y noche   unos cuatro kilómetros y cuya ex-    “Al llegar, el perro lo dejo en la pe-
                        de estupefacientes   tensión es alrededor de cuatro veces   rrera a descansar un poco, y noso-
                      junto a su guía Jairo    mayor que el propio casco histórico   tros damos una vuelta a ver cómo
                           Balboa Chichón   de esta localidad madrileña.        está el municipio. Se decide si el pe-
                             Emer IGLESIAS    Y es en los accesos a esta zona   rro sale a trabajar, o si el jefe ordena
                                            donde Dylan se esmera al máximo     un servicio, pues vamos”, matiza.



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