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Cuida las uñas de tu gato, nunca se las extirpes

gato uñas retráctiles

 

Un gato sin uñas es como si tuviese guantes, no caza. El gato doméstico puede parecer que no las necesita, pero son necesarias para su vida diaria, a pesar de que pueda hacernos pequeños destrozos. Se deben cuidar, cortar y vigilar sus uñas, pues pueden tener diversas dolencias

Por Almudena NEGRO

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No paran de utilizarlas. Para acostarse, para demostrar cariño o ira, para jugar, comer, escalar, amasar, cazar, trepar, limpiarse y para colgarse de tus cortinas o de tu árbol de Navidad, ahora que llega la época. Y es que las uñas de los gatos son fundamentales para estos animales, vitales para su supervivencia en libertad. Y son muy especiales, porque son retráctiles, es decir, que están guardaditas hasta que llega el momento de desenfundarlas. Eso es lo que les permite ser tan silenciosos y tan buenos cazadores. Claro que, lamentablemente y lo digo por los sofás, muebles, alfombras y cortinas, también los usan para el marcaje territorial y el afilado.

¿Hay que cortarle las uñas?
Pues depende de muchos factores. La raza, su estilo de vida, edad… Si tu gato es de los que salen al jardín o a la calle posiblemente no será necesario cortarle las uñas, porque al rascar sobre superficies como cortezas de árbol las desgastan y se hacen solitos la manicura.
Aunque lo normal sería que pasasen por tu servicio de manipedicura una vez al mes. Aunque no todo es cortar. Por ejemplo, puedes usar un rascador. Los hay de todo tipo, forma y colores. Así que elige el que él le guste. Si es un pequeñín se acostumbrará a la velocidad del rayo. Colócalo cerca de su zona de descanso.
Si no te queda más remedio porque más que gato parece águila, tendrás que cortarle las uñas con muchísimo cuidado con unas tijeras de punta redonda para no hacerle daño. Y es que en las uñas hay nervios y vasos sanguíneos, como sucede con los perros. Acostúmbrale desde pequeño para que esté tranquilo y se deje llegado el momento.

¿Cómo cortarle las uñas?
Elige un momento en que tu gato esté tranquilo y cómodo. Siéntate a su lado o ponlo sobre tu regazo, lo que a él más le tranquilice y guste, pero cuidando de tener sus patitas a tu alcance. Coge la pata con firmeza y presiona las almohadillas para que saque las uñas. Con la otra mano corta el extremo transparente de la uña y evita, por favor, siempre, la parte rosada. Si no te atreves a hacerlo, puedes llevarlo al veterinario para que se encargue. Pero si lo has hecho, no te olvides de premiarlo al finalizar para que asocie el corte de uñas con algo positivo y placentero.
Es importante también mantener al gato muy bien hidratado y alimentado, porque eso le ayudará a tener uñas fuertes.

Problemas en las uñas
Como te sucede a ti, tu amigo puede tener algunos problemas con sus uñas. Lesiones o trastornos que les pueden causar dolor, sangrado o ansiedad. De hecho, el 2% de los gatos las sufren. Revisa sus patitas regularmente y atento si se lame la zona, cojea, tiene dificultad para andar, deja de rascar o tiene las patitas hinchadas, enrojecidas o deformadas.
Las uñas astilladas son la lesión más habitual y consisten en grietas en las uñas. No interfieren en su calidad de vida y lo mejor en estos casos es recortar las uñas afectadas. Tu gato también puede sufrir de onicocriptosis, es decir, uñas encarnadas. Cuando la uña crece dentro de la piel del dedo, lo que puede causar una herida que permita la penetración de bacterias, causando así una infección. El dolor, hinchazón y enrojecimiento son sus síntomas, que pueden llegar incluso a cojeras. Llévalo al veterinario para que retire la uña problemática.
Atento también, por supuesto a uñas quebradizas, que suelen estar vinculadas a un trastorno digestivo o mala alimentación y con los hongos (uñas amarillentas, de forma anormal e hinchadas que se rompen fácilmente). En este último caso, tu veterinario te recetará antimicóticos.
En casos poco comunes pueden aparecer tumores, benignos o malignos, entre la piel y la uña de los gatos.

Lo que jamás debes de hacer
Está claro, nada de pegar un tijeretazo a la parte rosada de la uña. Pero hay otra práctica que no se debe de acometer jamás: la oniquectomía, una operación quirúrgica que consiste en extirparle las uñas para que no le vuelvan a crecer. Es una barbaridad, aunque hubo una época en que estuvo de moda para evitar daños a los muebles en el hogar. Como te hemos contado, sus uñas son parte fundamental para su supervivencia. Estarías dejando a tu gato indefenso. Esta operación implica amputar su tercera falange, es decir, extirpar el hueso que da soporte a cada uña. ¿Te haces una idea de la aberración? Pero es que además el postoperatorio es dolorosísimo y tu gato habrá perdido su capacidad innata para defenderse, trepar o cazar. La ansiedad se le disparará porque no podrá rascar.
Por eso, salvo que por algún motivo específico sea el veterinario quien te recomiende esta operación, ni se te ocurra torturarlo así.

 

Ojo a sus garras

- Si sale al jardín él se las afilará y no hará falta cortarlas.
- En casa, provee de un buen rascador y desde pequeño lo usará a diario.
- Vigila si chupa sus uñas, cojea o tiene la zona enrojecida o deformada.
- Consulta al veterinario si no tienes claro qué le pasa en sus garras.
- Puedes cortarle las uñas, pero debes saber que son parte similar a los humanos.
- De ninguna forma le extirpes sus uñas, lo dejarás indefenso y dolorido.

(Páginas 34 y 35)

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