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25 perros contra el vandalismo en el metro

 

Desde Nochebuena los grafiteros lo tienen más difícil para pintar o destrozar los vagones de Metro de Madrid. 25 binomios vigilante-perro de la empresa de Ángel Mariscal, Security Dogs, son los nuevos inquilinos de trece recintos donde “duermen” los trenes.

Por Emer IGLESIAS

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La compañía Metro de Madrid confía en los perros de seguridad para frenar de raíz los actos vandálicos en sus trenes. Desde el día 22 un total de 13 recintos están vigilados por estrechos binomios vigilante-perro de la empresa Security Dogs que se hizo con el concurso público el pasado 28 de noviembre para realizar el servicio durante cuatro años por un total de 2,4 millones de euros. 

 El trabajo canino que Metro de Madrid ha contratado con la empresa de Ángel Mariscal no es un servicio de vigilancia al uso. Estos perros de seguridad están especializados, por primera vez en el mundo, específicamente para una línea de trabajo de seguridad, en este caso a través del uso de su nariz. “Para poder desarrollar este trabajo antiintrusismo en las zonas de patrimonio de Metro, en Security Dogs hicimos un desarrollo táctico por el cual los perros han aprendido a detectar las posibles intrusiones a unos 200 metros antes de que surgiesen, ello gracias a la ayuda de su olfato”, indica Ángel Mariscal a LADRIDOS.

Perros especializados

En esta peculiar empresa de seguridad, que también trabaja con el Real Madrid para evitar agresiones de masas en su estadio, hace ya años que optaron por crear la especialización en sus agentes de cuatro patas: “Sobre un adiestramiento base, desde Security Dogs nace la especialización en el perro de seguridad, es decir, no creemos en lo convencional de que un adiestramiento base es suficiente para desarrollar un trabajo en óptimas condiciones de seguridad. Nosotros especializamos a los perros para determinados servicios. No es igual el desarrollo táctico para el trabajo que tiene que hacer un vigilante con perro en Metro que en el Real Madrid, son totalmente diferentes. Especializar a un binomio significa optimizar todas las medidas de seguridad que nos dan”.

El trabajo de los perros de Security Dogs en Metro en realidad comenzó hace más de dos años cuando en 2018 los responsables del suburbano, cansados de actos vandálicos y grafitis en sus trenes que le costaban un millón de euros largos anuales, optaron por desarrollar un proyecto piloto de cuatro meses para comprobar la efectividad canina en sus instalaciones.

El servicio estaba dirigido a cinco estaciones “que por estadísticas eran entonces las más peligrosas o asiduas a intrusiones de grafiteros”. Mariscal ganó entonces también el concurso y sus binomios demostraron que “de ser estaciones con un montón de intrusiones pasamos a cota cero”.

Tras este éxito rotundo en una época en la que los grafiteros hacían su agosto con total impunidad en los vagones del suburbano de la capital, hasta el punto de que en más de una ocasión llegaban a pintar de arriba abajo a los vigilantes cuando intentaban impedir el vandalismo. Metro optó por hacer un contrato millonario a “perros” para proteger sus trece estaciones donde guarda los vagones: Aluche, Canillejas, Cuatro Vientos, Fuencarral, Hortaleza L1, Hortaleza L4 y ML1, Laguna, Loranca, Puerta de Arganda, Sacedal, Valdecarros, Ventas y Villaverde, según consta en el pliego del concurso público.

Mariscal se adelantó a esta posible decisión futura de Metro y en 2019 decidió preparar a conciencia a sus binomios. “Desde 2019 ya empezamos a preparar a nuestros binomios, los vigilantes no solamente hicieron el curso de guía canino de 20 horas que obliga la ley, sino que les dimos formación de adiestrador y venían a trabajar con perros asiduamente para aprender este desarrollo táctico”, matiza Mariscal. “Nuestra empresa es un poco especial, porque aunque tenemos servicios que no son con perros, todos nuestros vigilantes de plantilla son adiestradores, vigilantes que hemos reconvertido en adiestradores”.

Así cuando finalmente llegó el concurso, la inversión de Security Dogs en formación de sus vigilantes dio sus frutos. “Cuando llegó el momento del concurso, teníamos todos los binomios formados, y lo ganamos. Fue un riesgo, pero en formación nunca es inversión perdida”, relata el director de Security Dogs con orgullo.

Y ¿cómo llegaron a esta preparación? “Comenzamos a hacer desarrollos tácticos. Las tácticas son situaciones que simulan una realidad sin serlo y que ayudan tanto al vigilante como al perro a desenvolverse en situaciones reales. En Metro Madrid tenemos que cubrir perímetros exteriores, y la mejor herramienta que podemos utilizar es el olfato del perro.  Empezamos a trabajar que los perros detectasen las posibles intrusiones a 200 metros antes de que estas surgiesen. El vigilante, con una linterna de última generación, alumbra a los grafiteros y así repelíamos esta intrusión antes de que empezase. Y todo gracias a la ayuda de la nariz del perro. Si no hubiésemos hecho un desarrollo táctico y solo hubiéramos trabajado como el perro convencional de seguridad, como hace todo el mundo, jamás hubiésemos llegado a la conclusión de que esta herramienta que tiene el perro de olfato nos iba a ayudar de esta manera”. En definitiva, una especialización del perro de seguridad para un trabajo muy específico.

El aleatorio cuadrante de trabajo de estos 25 guías con sus perros está hecho de tal forma que siempre están las estaciones cubiertas, pero “nadie puede saber a qué hora vamos a ir a trabajar”.

Los horarios de trabajo siempre son a favor del perro. Mientras que un vigilante tiene que estar sus ocho horas de servicio, el perro puede descansar en cualquier momento que lo necesite. “Los vigilantes tienen la potestad de si el perro está cansado, dejarlo descansar, la premisa con la empresa es que el perro descanse siempre”.

 

Los perros de seguridad del Santiago Bernabéu

Bienestar animal

Por otra parte, Security Dogs cuenta en su empresa desde los inicios con la figura del defensor del bienestar animal, una persona que vela a diario por los perros. En el caso de Metro, pasa estación por estación para comprobar que los agentes caninos estén físicamente en perfectas condiciones para desempeñar su función. Como complemento estos animales se someten a una revisión veterinaria mensual aunque no la necesiten.

Otra de las especificidades de este trabajo es que ante la posibilidad de vándalos que intenten agredir al perro, estos van dotados con chalecos antipunzón de última generación traídos por la empresa desde Francia.

Para desarrollar el plan de trabajo en estos trece recintos, Security Dogs de la mano de Metro ha realizado un estudio de la peligrosidad en cada una de las estaciones, así como de sus puntos ciegos para ver cómo trabajar con los perros en cada una de ellas. “Nos dimos cuenta que perros de determinado volumen deben ir a estaciones específicas, y otros a otras y así consolidamos diferentes binomios para estaciones específicas. Por ejemplo, los perros molosos que se cansan más pronto van a estaciones más pequeñas, y los de raza pastor belga malinois que necesitan más actividad están asignados a los recintos más grandes, o los muy ladradores donde no hay gente cerca”. Además, “en determinadas estaciones que son muy grandes trabajan dos binomios a la vez en zonas diferentes y nuestros binomios con sus perros siempre están apoyados, suele haber un equipo de cinco o seis personas de seguridad alrededor”.

El método de trabajo de estos perros en caso de intrusión, “siempre es con bozal de impacto, el vigilante se lo pone para no lastimar a un tercero”.

Hay que tener en cuenta que la presencia de los perros es siempre disuasoria. “Un perro bien entrenado puede repeler junto a su guía una agresión de 20 personas sin problema. La imagen disuasoria de un vigilante con un perro es impresionante, eso es lo que buscamos en este servicio, no queremos enfrentamiento de ningún tipo, porque un perro de seguridad lo que hace es que no haya enfrentamientos entre las personas”, recalca Mariscal.

Sin la presencia de los perros, los grafiteros entraban a pintar con total impunidad a las zonas de los vagones, y lo que ahora se evita no solo son estos actos vandálicos, que suponen grandes inversiones de Metro, sino también la peligrosidad para los mismos intrusos que van por las vías y para el personal de Metro, que sufría agresiones constantes.

Línea propia de cría

Los perros son facilitados a los vigilantes por la empresa que los compra, los adopta o los cría de su propia línea de trabajo bajo el afijo Lernemaln, unos pastor belga malinois o pastor belga tervueren un poco fuera de normal de 40-45 kilos, porque en seguridad “una imagen brutal de un perro de más de 40 kilos es súper disuasoria”. Son propiedad de Security Dogs, quien se encarga de su alimentación, vacunas, entrenamiento y de todos los gastos. El vigilante si deja la empresa puede llevárselo, pero con la condición de que no trabaje en otra sociedad. Cuando se jubilan se quedan con su guía, ya que es con quien viven. “Es su perro y lo tiene hasta el final, si se va nunca se lo quitamos, pero sí que firma exclusividad para trabajar con nosotros. También puede aportar el perro el vigilante, en este caso lo entrenamos, lo asesoramos y lo testamos porque tenemos que mirar que reúne las condiciones óptimas para ser un perro de seguridad”.

La formación

La preparación de los perros comienza de cachorros. La fase de impregnación es hasta los 7 u 8 meses en los que son preparados como si fuesen perros de deporte. Luego llega el turno de consolidación del binomio de seguridad que abarca 200 horas de formación y por último 100 horas de especialización para el servicio concreto, que es la novedad que ha implantado la empresa de Mariscal.

El guía es el responsable del mantenimiento del perro, la empresa le facilita entrenamiento en cualquier momento. Security Dogs impone además un reciclaje obligatorio de 20 horas mensuales con sus adiestradores para mantener al perro en condiciones excelentes para trabajar.

En esta formación específica se positivizan algunas de las herramientas que suelen utilizar los grafiteros cuando intentan colarse en los recintos, como los extintores, para que sean familiares a los perros y no les distraigan de su labor.

La preparación física está cubierta porque la labor de estos binomios es recorrer las vallas perimetrales de los recintos, y “andan, pasean y corren”.

Vivir en casa

Una de las premisas que Security Dogs exige a sus trabajadores para el servicio que sea, es que los perros vivan en casa con ellos. “En nuestra empresa si quieres ser vigilante de seguridad y trabajar con nosotros, tú tienes que tener el perro en tu casa, tiene que vivir contigo, y por supuesto ser amante de los perros, esto es muy importante en nuestro sistema de trabajo”.

Las razas

Rottweiler

Belga malinois

Belga tervueren

Pastor alemán

Pitbull

Pastor holandés

Presa canario

Labrador

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