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Un dócil y rudo villano

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Naturales de la zona vizcaína de Encartaciones nacieron para ayudar a sus dueños a controlar el ganado vacuno que pastaba en semi-libertad por sus campos. Necesitaban un perro que hiciese presa, fuerte y obediente. Hoy las condiciones de la ganadería han cambiado y han perdido su función principal, pero en el Club Nacional Villano de Encartaciones creen en el potencial de estos canes como perro de rescate y de compañía.

Por Miguel Á ARTOLA

Los villanos de las Encartaciones son perros de presa originarios de la parte más occidental del País Vasco, la zona vizcaína de Encartaciones por la que recibe el nombre. Son descendientes del antiguo chato, utilizado desde épocas ancestrales por las personas propietarias de ganado vacuno de la raza monchina. Un tipo de animal nada dócil que tradicionalmente se movía por zonas abruptas de montaña siendo muy difícil para los pastores el control de sus rebaños. No existían pistas forestales para poder acceder a los animales que terminaban repartidos por una amplia superficie montañosa y boscosa. Tal y como destaca el presidente del Glub Nacional Villano de las Encartaciones, Pedro Lana, “los perros que tradicionalmente usaban los pastores se cansaban rápidamente y no tenían el fondo suficiente para hacer bien su trabajo de control del ganado”. Por eso los ganaderos quisieron buscar un perro rápido y que al mismo tiempo hiciese presa. Así, con el paso de los años y los cruces se conformó la raza villano de las Encartaciones con sus peculiares características que ahora los miembros del club quieren conservar para generaciones futuras. En febrero de este mismo año el Gobierno Vasco aprobaba la reglamentación específica de la raza villano de las Encartaciones en la que se define fielmente el estándar racial de estos animales. Desde la aprobación oficial de dicho reglamento en el club tienen 24 meses para poder completar el Registro Fundacional de la raza y poder continuar trabajando posteriormente en la mejora genética de nuestro villano.
Más de 400 perros forman parte de ese Registro Fundacional gracias al trabajo del club y parte de ellos cuenta ya con su correspondiente pedigrí. Pedro Lana da especial importancia al trabajo que “se realiza actualmente para lograr un genotipado de toda la cabaña ya que a cada animal se le está recogiendo una muestra de ADN que se deposita en un registro del Gobierno Vasco”.
Cuentan con tres jueces especializados en la raza, de nivel nacional, y organizan diferentes quedadas todos los años para catalogar nuevos ejemplares que incorporar al registro.
Si bien el villano de Encartaciones es especialmente común en la zona vizcaína que linda con Cantabria, el club cuenta con socios en diferentes partes de la península, Valladolid, Salamanca, La Rioja y Navarra, entre otros puntos.
“Realmente las apariencias engañan” destaca Pedro Lana cuando le preguntamos por la supuesta peligrosidad de la raza. Su aspecto desde luego es imponente porque estamos ante un perro muy fuerte y de complexión fuerte pero que lejos de ser agresivos tienen un comportamiento dócil “incluso cariñoso y a veces en exceso”, añade.
De hecho no tiene calificación de PPP, aunque en algunos municipios como el cántabro de Castro Urdiales sí que tienen constancia de que han sido catalogados como tal. En el club creen que puede ser un buen perro de compañía aunque claramente tiene dotes de perro de presa como demuestra en la caza del jabalí.
Uno de los retos del club es acercar las cualidades del villano de las Encartaciones a grupos policiales y de rescate convencidos de que con su fortaleza y temperamento nada tienen que envidiar a otras razas “de moda” para estas labores como los malinois. En nuestra visita a Berrozi, la sede de la Unidad Canina de la Ertzaintza, pudimos ver a uno de estos Villanos de Encartaciones prestando servicio precisamente en el equipo de rescate de la Policía Autonómica vasca. También un ejemplar de esta raza demuestra su valía en el Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi. Apunta Lana que en una reciente prueba para certificar a estos perros de rescate, conjuntamente con canes de otras nacionalidades, “el villano del grupo de voluntarios vasco quedó por delante en puntuación de un buen grupo de pastores belgas demostrando que es muy capaz de desempeñar este tipo de tareas”.
El Club Nacional Villano de Encartaciones ha cambiado recientemente su página web, ampliando los servicios que ofrece a sus asociados y poniendo a su disposición toda la información que puedan requerir. También cuenta con secciones divulgativas sobre la raza que a buen seguro serán de interés de todos los aficionados a la cría y a la conservación de nuestra diversidad biológica.

CARACTERÍSTICAS DE LA RAZA

El actual reglamento en vigor sobre la raza villano de las Encartaciones data de febrero del presente año y en él se reflejan con claridad las características del prototipo racial.
Se trata de perros de talla media, longilíneos y de estructura compacta, destacando la gran amplitud de la cabeza, del pecho y la expresión de una gran potencia muscular en el tercio anterior. De aspecto rústico dan muestra de gran viveza y agilidad ante el dueño siendo su mirada profunda y seria ante personas extrañas. Su capa de pelo es barcina o atrigada, con capas negra, gris y leonada. Cuentan con un hocico ancho y profundo. A pesar de su aspecto imponente, su carácter y comportamiento es muy equilibrado. Se le define como obediente, alegre y de gran vivacidad en sus manifestaciones a la persona propietaria.

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