Inspiradog, un proyecto que pone en valor los animales de terapia
Tanto los perros de terapia como los que participan en intervenciones asistidas por animales cada vez proliferan más en nuestro país realizando unas labores con resultados extraordinarios reconocidos no solo por todos los sectores implicados, sino también por toda la sociedad.
Un último ejemplo puede ser el proyecto Inspiradog, puesto en marcha por el Hospital 12 de Octubre y la Cátedra Animales y Sociedad, de terapia asistida con perros en la unidad de hospitalización de Psiquiatría para adolescentes.
Con este proyecto se pretende humanizar la estancia hospitalaria de los jóvenes, aliviándoles la sensación de aislamiento y problemas emocionales y sociales.
Inspiradog, permite que perros de intervención, específicamente entrenados y seleccionados, participen en las actividades dirigidas a la recuperación de estos pacientes, bajo la supervisión continúa del equipo de profesionales del hospital, junto a los guías caninos y psicólogos especializados.
Así a través de este proyecto piloto, se trabajará en la vinculación de los pacientes al programa, mediante una primera conexión positiva con el animal, así como en el fomento del trabajo grupal en el ámbito de las emociones, abordando temas como la creación de relaciones, el autocuidado, la impulsividad y autocontrol, la autoestima, la tolerancia a la frustración, la reducción del estrés y la ansiedad y la vuelta a la calma, entre otros.
Como publicamos en las páginas de LADRIDOS, a pesar de lo positivo de estos proyectos, las leyes se olvidan de estos perros. La abogada y presidenta de la Comisión de Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Jaén, Francisca Peralta, ha lanzado una petición para que se regulen de una vez las terapias asistidas por animales, TAA.
En su opinión, en “España no existe una normativa sobre animales de terapia asistida, siendo expresamente omitidos en las legislaciones de las diferentes Comunidades Autónomas, que se refieren, como mucho y de forma soslayada, a los perros de asistencia (no de terapia)”, así como de la reciente y polémica Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, que omite absolutamente a los animales de terapia asistida, mencionando solo a los utilizados en intervenciones asistidas y solo para excluirlos de la ley.
Algo, que en un país que quiere avanzar hacía el camino del bienestar animal es totalmente incomprensible.
(Página 3)
