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Jean Paul Correa: "Hay que acabar con los figurantes que se casan con los guías"JeanPaul

Llegar a Los Guardianes (Olesa de Montserrat, Barcelona) es envolverte de un espíritu canino que te cala hasta los huesos. Ladridos, saludos y saltos de malinois te acompañan por una cuesta que culmina en una pista sorprendente entremezclada en un paisaje de roca y vegetación que recuerda a las zonas más recónditas de nuestro geografía. Allí está el figurante más veterano de nuestro país: Jean Paul Correa, quien a sus 58 años, no sólo acaba de renovar su licencia de figurante internacional de mondioring, sino que se está preparando a conciencia para renovar en febrero su carné de figurante de ring francés. Su dedicación al mundo del perro es un estilo de vida, no una profesión, en la que participa su familia unida, como los de Fuente Obejuna.  Reivindica sin dudarlo la ecuanimidad del figurante y denuncia a los que se “casan con los guías, lo que entorpece la labor de los jueces”.

Por Emer IGLESIAS

-Con 58 años acaba de renovar con éxito su carnet de figurante internacional de mondioring, convirtiéndose en uno de los figurantes más veteranos de Europa, si no el que más. ¿Qué le lleva a seguir en esta disciplina?

-Porque he visto que en el trabajo de muchos concursos hay bastantes figurantes que se casan con según qué guías y yo quiero seguir haciendo hincapié en mi trabajo de imparcialidad y deportividad. Porque si, por ejemplo, es mi hijo el que lleva el perro, voy a hacerle el mismo trabajo que a un extranjero que no conozco. El figurante es una herramienta del juez, si esta herramienta no es imparcial los juicios son inexactos. 

-Del mondioring, ¿qué parte es la que más le apasiona?

-Me he especializado en defensa; desde joven lo que me apasionaba más siempre fue la defensa. Soy maestro instructor por el CEPPA, y también soy figurante de ring francés. He renovado mi carné de figurante internacional de mondioring, en Gorliz y mi objetivo es seguir en la brecha y posiblemente me presentaré este año en febrero a renovar mi carné de figurante de ring francés en los exámenes de Villafranca del Penedés. 

-Ring francés o mondioring, ¿qué disciplina es más completa?

-Yo quiero volver a hacer ring francés, es una disciplina en auge. Lo practiqué durante muchos años y me pasé a hacer mondioring porque es mucho más difícil como disciplina que el ring, tanto a nivel de guía como a nivel de preparación.

-Su dedicación y nivel de figurante demuestra que la edad no es un impedimento...

-Soy el abuelo del grupo, desde la primera vez que me presenté con 34 años ya era el más mayor y este año con 58, no te digo nada. Es un trabajo bastante ingrato y muy duro, físicamente de los más duros. Portar un traje tan pesado, aguantar el dolor de la mordida a través del traje... no hay mucha gente que sea capaz de sobrellevarlo. Hay que tener mucha pasión de lo que haces, y a mí no me falta pasión.

-En sus más de veinte años de figurante, ¿tuvo algún percance grave o no?

-Sí, claro. Un día de relajamiento, que no presté la atención necesaria, un perro me rompió los ligamietos de la pierna en la mordida, pero eso siempre ocurre por una distracción del figurante. Hay que tener una mentalidad fuerte para practicar esta disciplina.

-Su familia sigue sus pasos, ¿sus hijos trabajan también la defensa?

-Esto es un método de vida, no sólo una disciplina, no es sólo una metodología de trabajo, es una filosofía de ver la vida; es muy importante. Mi familia me sigue. Este año mi hijo pasará su examen de figurante de club y mi hija igual en cuanto tenga 18 años. Los estoy enfocando en esta dirección. Es una filosofía, porque si sabes hacer morder a un perro, lo entenderás mejor en el momento de educarlo. Has aprendido a leer su lenguaje corporal, que es la base de la educación. 

-El prestigio de sus clases o cursos de educación canina goza de amplio reconocimiento. ¿Qué tienen de diferentes sus enseñanzas? 

-Llevo desde los 14 años en el mundo de la educación canina. He sido siempre autodidacta y he desarrollado una metodología cuya base principal es que el perro tiene que aprender a resolver por sí solo, y esta conducta que está haciendo debe ser reforzada automáticamente por el dueño. Para ello es necesario una buena manipulación de la correa y del collar. Si no tengo una herramienta para poder corregir esta conducta es díficil llegar al objetivo.

-Hay corrientes que no comparten el uso de collares de educación. ¿Lo que se  conoce como positivismo, puede ser efectivo?

-Por positivo se puede hacer, claro que se puede hacer, pero vamos a tardar entre 4.000 o 6.000 repeticiones, vamos  a tardar una vida entera del perro. De la forma que trabajamos nosotros con el collar adecuado, no cualquier collar, de la marca springel de punta redonda, se debe hacer como Dios manda. Sobre todo la gente tiene que tener conciencia de la herramienta que está usando para educar a su perro.  Si al perro le pones la disciplina que necesita lo entenderá y podrá ser educado.

"La gente tiene que tener conciencia de la herramienta que usa, como collares de punta redonda, hay que usarlos como Dios manda"

-¿Nos puede desvelar algún secreto de las enseñanzas a sus alumnos?

-Lo importante es que el perro tiene que aprender a responder a la primera, por eso siempre mi hincapié: ‘no repitas la orden’, tras la orden hay que hacer ejecutar esa orden que se dio. Esto es como la educación de tus hijos. No des un castigo que no eres capaz de hacer respetar. Mejor dejarlo un día sin play que una semana, porque no lo vas a cumplir. Con el perro igual, no le pidas algo que tú no vas a tener paciencia para que lo cumpla.

"Mi metodología es dejar que el perro resuelva y luego reforzar esa conducta" 

-Hay quien dice e insiste en que muchos métodos de educar o adiestrar al perro son maltrato. ¿Es destructiva hacia la calidad de vida del perro esta visión que tiende a la humanización?

-Lo importante es que la gente y el perro disfruten hagan la disciplina que hagan. Desde que yo soy profesional del perro, ha habido una gran evolución hacia mejor. Uno de mis principales objetivos siempre fue formar gente para que nunca llegue a maltratar al perro. Que respeten al animal ha sido una de mis máximas principales para formar a los alumnos. He visto tanto maltrato con animales que me ha hecho desarrollar un sistema de trabajo para que haya un equilibrio con el respeto hacia el perro. 

-¿Sus perros, cómo y dónde acaban su vida?

-Mis perros todos acaban conmigo. El que tiene un perro de trabajo tiene que acabar con él. No he buscado nunca quitármelo de encima. El que trabaja conmigo acaba sus días conmigo. Hay gente que busca colocar ese perro. Depende todo de como hemos educado el perro. Yo he tenido perros, por ejemplo con la Formación Profesional, que me quedo de cachorros, para que los chicos aprendan con ellos. A algunos alumnos que veo que hay un gran ‘filing’ entre ellos y su perro, se los regalo y son muy felices tanto el perro como el dueño.

-¿Cómo se reconoce un buen maestro?

-El problema actual es el gran intrusismo que tenemos. El buen maestro se descubre por su clientela, su propio alumnado le dice si es un buen maestro. Yo estoy adiestrando la tercera generación de clientes, para muchos alumnos es su tercer perro. Si lo he hecho bien en el primer perro, no me fallan, es el mejor termómetro.

-¿Y cómo ve usted a sus alumnos?

-Cuando obervo qué está haciendo con sus perros y cuando coge conciencia del trabajo realizado esto me llena de orgullo, no tiene que ser un perro deportivo, solamente con observar a un perro que tenga una buena obediencia, que cuando llega aquí está mordiendo a perros o personas y después de clases y constancia se pone a jugar con otros perros, se escapa y viene a la primera... es una satisfacción ver la labor realizada. Para eso me llaman, no hace falta ser campeón de trabajo.

-¿Cómo son los perros que llegan aquí con sus dueños?

-La mayoría viene cuando ya tiene un problema con el perro. Pero también la gente se va concienciando más a educar a su perro. La educación no es enseñar a un perro que se tumbe, que se siente o que camine. Un perro desde los dos meses sabe caminar, sentarse, tumbarse. Le enseñamos un idioma y lo más importante es enseñar a que controle sus estímulos, y que aprenda disciplina.

-Sus cursos intensivos de Formación Profesional, ¿en qué se diferencian de otros?

-La filosofía es importante: mis premisas son: Juego, Pasión y Coraje (las iniciales de Jean Paul Correa). Hay que saber jugar con el perro, hay que hacerlo apasionado en el trabajo y hay que tener coraje para enfrentarse a situaciones diferentes.

-¿Qué tipo de alumnos tiene?

-Desde cuando empecé en el 98 en Formación Profesional, a nivel de intensivo, tengo bastantes alumnos dando cursos de formación profesional, que se han vuelto maestros. Yo les digo siempre que me tienen que superar. Estoy enseñando a hijos de mis antiguos alumnos, que confían tanto en mí que me mandan a sus hijos para que les enseñe. Esto es un orgullo para mí. Incluso tengo gente que ahora está aplicando mi metodología dando cursos de Formación Profesional, y han escrito libros sobre mi metodología incluso diciendo que el método es suyo, es mentira, es propia mía, pero bueno, eso da igual.

-¿También es criador?

-Llevo criando más de veinte años. Diez años estuve criando rottweiler, llevando perros a trabajo y al Campeonato de España, fui Campeón de España y Campeón de Trabajo en rottweiler. Y me dediqué al malinois porque quería algo más.

-¿A quién vende sus perros?

-La cría más o menos la tengo sobre pedido; la mayoría de los perros que vendo los educo o asesoro a los dueños para que sea educado con un adiestrador o con algún amigo mío. Depende para qué gente le doy el perro que le corresponde. Es importante. No vendo perros por vender. Si la persona viene a por un perro, primero miro para qué lo quiere, qué tipo de carácter tiene y qué conocimientos caninos posee;  para venderle un perro que sea acorde a él. Yo me he negado a vender perros de defensa a gente que me ha querido comprar, no todo es el dinero, y le digo: ‘no te lo vendo porque vas a tener un problema’.

"Antes de vender un perro hay que mirar a quién, para qué lo quiere, qué conocimientos posee, lo más importante es el asesoramiento"

-Hay mucha gente que se enamora de un malinois y luego es un problema por la especificidad de la raza...

-El perro es un perro, no es mejor uno que otro, es un perro. Hay que entender para qué tenemos este perro, qué clase de perros queremos. Si soy deportista voy a buscar un perro que me pueda desarrollar el deporte que quiero hacer. Si quiero un perro de guardia no me voy a buscar un chihuahua, busco un perro para guardia, con un carácter determinado. Si queremos uno para búsqueda, tendrá que ser uno específico. La ventaja del malinois es que es un perro muy polivalente que se presta a varias disciplinas diferentes. Yo tengo muchos vendidos que son perros de compañía, y ha crecido para vigilar la finca o vigilar a la familia, no hacen nada más. Lo más importante es el asesoramiento cuando lo quieren comprar.

-¿Qué le responde a alguien que llega y le dice que quiere un perro y ser campeón?

-Tranquilo, paciencia, hay un camino largo que recorrer para llegar a ser campeón. La gran virtud es la paciencia y tener el perro adecuado. He tenido suerte de tener clientes que han tenido su primer perro y le he hecho Campeón de España de Trabajo. Pero la verdad, era suerte, se juntó el animal adecuado, la metodología adecuada y el guía adecuado. Ésta ha sido la fórmula para llevarle a trabajo y ser un campeón. Esto no siempre sale. El que ha tenido un buen perro ha aprendido a manipularlo y con el segundo ya hace las cosas mucho mejor. De sus errores ha aprendido.

-¿Es imprescindible ser un perro de raza para llegar a ser campeón?

 -A nivel de FCI exigen pedigrí para los campeonatos, pero es cierto que hay perros sin raza que podrían optar a hacer según qué trabajo, no pasaría nada, pero eso es política de las organizaciones caninas. Hay perros sin raza, yo lo he visto, que han hecho unos trabajos muy buenos. 

-¿Se deberían abrir las competiciones a cualquier perro?

-Sí, hay asociaciones que ya permiten a perros sin raza hacer el campeonato con ellos, pero son muy reducidas, son aún muy pequeñas. 

-La Ley de PPP ha recibido muchos detractores. ¿Es justa?

 -En lugar de haber dicho PPP, tendrían que haber exigido a nivel de Ley que todos los que tenga un perro de más 20 kilos deben pasar un programa de educación y después tener un carné como el de conducir pero de ‘conducir’ perros. El coche en sí no es peligroso, el peligro es como lo maneje el dueño. El perro es igual. Cuando el Gobierno hizo la Ley lo tenía que haber contemplado, pero fue mal asesorado. A mi parecer los profesionales que fueron a asesorar al Gobierno no dieron en el clavo.

"Los que asesoraron al Gobierno cuando se creó la Ley de PPP no dieron en el clavo”

Los Guardianes

 

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