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Tahyson, del abismo al barranco

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El ejercicio, la diversión y formación al aire libre y la interacción de actividades en plena naturaleza son una herramienta imprescindible para reeducar a ciertos perros que pasan en algún momento por las manos de protectoras. La Asociación Catalana de Excursionismo Canino pone todo su empeño en darles a nuestros compañeros de cuatro patas una diversidad de ocupaciones que pueden compartir con sus dueños, aparte de programas de rescate y servicios caninos.

Por Gerardo GRANDA

«Tahyson será adoptado en breve. Eso de promocionarlo funciona. Llevaba más de un año en la residencia». Así de rotunda nos contestó Olga Gallego cuando le preguntamos por el pitbull que había pasado por sus manos en la Asociación Catalana de Excursionismo Canino. Residencia mediante, «Jonatan Zafra, que es quien los rehabilita, a través de la asociación Reborn, sabiendo que yo hacía actividades con la ACEC me preguntó si podía empezar a probar con Tahyson, que creía que estaba preparado para ir en grupo, con otros perros», explica Olga. Y así comenzó una relación que empezó siendo de un día y «pasó a ser cada fin de semana. Iba genial con los demás perros y las actividades. Vimos que era bueno para él relacionarse con otros perros, darle otras experiencias que no puede tener dentro de la residencia».
Ante Tahyson se abrió el mundo de posibilidades que ofrece la asociación con varias secciones como «picos, alta montaña, kayak en verano, y en la que yo trabajo: barrancos». Cada semana y durante todo el año hay actividades programadas en las que perro y dueños pueden apuntarse. Y Tahyson disfrutó, cuenta Olga, de «raquetas de nieve, descenso en kayak, picos y le faltaba hacer conmigo barrancos, que me lo tenía que llevar para San Juan, pero ya me dijeron que salía adoptado y pensé que no era tan bueno establecer más vínculo, porque cada vez que lo dejaba en la residencia se quedaba deprimido». Pero lo que hacen desde la ACEC no son «paseos», son «actividades de nivel» que unen más a la persona y al animal: «Dormíamos en habitaciones compartidas o dentro de la furgoneta con mi perra, una cane corso». Así con la fe de Jonatan puesta en las características de Tahyson y las actividades de la ACEC y el trabajo de Olga, a pesar de estar ambos «muy nerviosos», por como reaccionarían los otros perros, llegó la sorpresa: «Por raza, por ley, llevaba bozal, pero por su carácter no lo hubiera necesitado; es un perro que estaba más pendiente de mí, del vínculo que teníamos, de seguirme a mí que de ir a ver a otros perros». Y con el éxito de esta experiencia Olga se anima: «Después de Tahyson, que ha funcionado, pues encantada de coger a otro perro».
Olga llegó a la ACEC hace un año motivada por encontrar actividades que poder hacer con su perra Akira; le gustaba el deporte al aire libre y empezó a buscar por internet. «Miré la página de la asociación y vi que me encantaban todas las secciones que tenían, todo lo que se hacía con perros y me puse en contacto con ellos. Empecé haciendo barranco, podía haber escogido cualquier actividad, pero justo ese fin de semana que empecé yo hacían barrancos». Y trasladó su entusiasmo a pensar en cómo sería de distinto hacerlo sola que con perros. La actividad requiere que se adapte para poder hacerla con animales, no se utilizan cuerdas ni rápeles. Son barrancos acuáticos, donde haya saltos y toboganes. «Todos los perros van con arneses acuáticos de flotabilidad, para que el cansancio sea mínimo y para poder tener más agarre a la hora de tener que agarrarlos para no tener que hacerlo por el collar, que se pueden escurrir o ahogar». Con sólo dos personas encargadas de la sección no tuvieron ninguna duda en contar con Olga.
La asociación reúne alrededor de sus múltiples actividades a un número elevado de perros, dependiendo de la sección y del fin de semana, que varía entre 15 y 60 animales. «En septiembre hacemos una actividad de barranco y hemos llegado a tener a 70, porque cierran un albergue en Huesca para nosotros». También la dificultad se adapta a cada animal evaluando sus capacidades y su experiencia anterior. Además, organizan secciones especiales para perros que llaman «XXL», como los Terranova, con barrancos que no sean cerrados y por los que puedan pasar sin dificultad.
Con estas iniciativas no es raro ver que cada año se apuntan más animales y sus dueños al calendario anual: «Desde que llegué, en este año he visto un crecimiento; ya llevaban dos años, y cada vez va a más, las secciones necesitan cada vez más gente para ayudar. Cada actividad que hacemos tiene mucho trabajo detrás: está previamente hecha por la sección para evaluar, en el caso del barranco, el caudal de agua tres días antes. Y cuando se hacen cimas, unos días antes se evalúa el desnivel que hay, el recorrido y las horas que comporta para poderlo especificar y que la gente sepa donde está su límite». «Por llegar a la meta y poder hacerlo con tu perro, eso para mí es lo mas gratificante», matiza Gallego que no sólo ha estrechado lazos con Akira, sino que ha salvado a Tahyson del abismo llevándolo por barrancos.

ACTIVIDADES TODO EL AÑO

En la página web de la ACEC se pueden encontrar más de once actividades para realizar con tu perro. Destacan las más espectaculares, como Kayak y barrancos, pero también el camino de Santiago, la escapada anual solidaria a Marruecos, en la que a parte de subir a picos se reparte material a las escuelas y «se enseña el valor que tenemos del perro como animal de compañía, que ellos de esto no tienen ni idea» y el Dog Camp, dirigido a niños de entre 7 y 14 años y en el que se trabaja el conocimiento y aprendizaje del animal con valores como la empatía y se fomenta el vínculo con su perro.

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