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Los gatos, individualistas y solitarios,

se estresan con los paseos

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Cada vez es menos extraño ver a gatos con arnés y correa paseando con su dueño por las calles. Una moda nada beneficiosa para esta especie  con unas necesidades diferentes a los perros. En esta sección, y a lo largo de los últimos meses, hemos hablado de domesticar gatos, del lado tenebroso de los felinos domésticos, de su facilidad para cohabitar con otras especies, como los perros. Pero, ¿y los cuidadores de gatos? Teniendo en cuenta que nuestro peludo animal es el favorito de ellos y ellas en las redes sociales, no puede sorprender que estén floreciendo las empresas que ofrecen servicios de cuidadores de gatos. Entre sus servicios están el ahorrarte dejar al gato cuando te vayas de vacaciones en una residencia para animales y llevarlo a una “familia de acogida”, el pasar a verlo para reponerle comida y bebida, como hace también el vecino si es amable, o el pasear al minino. ¿Pasear al minino? Sí. Se está poniendo de moda. Una moda, esa de contratar a un paseante de gatos, que te desaconsejamos.

Por Almudena NEGRO

 

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En las ciudades los gatos suelen tener restringido su ámbito al domicilio de su dueño, pese a ser una especie cazadora, curiosa, casi imperialista, a los que no pocos quieren tratar como si de un perrito se tratase. De ahí que cada vez sea menos extraño ver a los dueños de los gatos pasearlos por la calle.

Tu felino no es un perro

En realidad, como sostienen desde la Fundación Affinity, “a menudo tratamos a los gatos como si fueran pequeños perros, pero un gato no es un perro y sus necesidades no coinciden con las caninas”. Tu gato no necesita marcar más territorio que el arenero, en donde deja su olor, que actúa como calmante, y tampoco necesita socializar a diario cual perro.

El gato es individualista, solitario. Vamos, que va a lo suyo y no lleva nada bien las novedades. Para el gato, salir a pasear supone un factor más estresante que estimulante, dado que se tiene que mover por sitios desconocidos, marcados por otros gatos y perros. El paseo puede acabar siendo para él algo traumático.  Olvídate, desde luego, de que tu gatito pasee a tu lado o de soltarlo del arnés y esperar a que vuelva. Recuerda cómo te sientes tú cuando te obligan a salir de tu zona de confort.

Claro que todo depende de la personalidad de tu mascota. Si es de los que se esconden en cuanto llega una visita, vete olvidando de sacarlo. Lo harás sufrir. Si tu gato es un cotilla que se pasa el día saliendo a la terraza o mirando por la ventana, podrías planteártelo, ya que los estímulos que recibirá en forma de olores y tacto pueden resultar muy divertidos para él. Si tu gato es de los que se pasan el día intentando escapar de casa, puede ser una buena opción para que se entere qué hay detrás del cristal y como método de prevención para el día en que logre su objetivo. Mejor escapar a territorio conocido.

Si quieres que tu gato salga a pasear, que sea contigo

Bueno, ya conoces que para tu gatito el salir a pasear no es una necesidad. Los felinos son animales poco flexibles; llevan muy mal los cambios y se estresan con ellos. El estrés, en forma de cambios de rutina o interacciones sociales desagradables para él, puede llevar a tu gato a mostrar conductas compulsivas, mostrar comportamientos agresivos o incluso a dejar de comer y, en los casos en que el estrés se prolonga en el tiempo, a sufrir enfermedades respiratorias, urinarias o gastrointestinales. Y un paseador supone sumar al estrés de tener que salir de su zona de confort, el hacerlo con un extraño. Demasiado para él. Si quieres pasear al gato, hazlo tú.

Para pasear al gato debes primero acostumbrarlo al arnés. Algo mucho más sencillo si  aún es un cachorrito. Comienza eligiendo uno adecuado para él y mézclalo con sus juguetes preferidos, para que se acostumbre a él. Prueba a pasear por tu casa y, si está incómodo, no lo fuerces. Si lo hace bien, no te olvides del refuerzo positivo, en forma de su chuche preferida. Antes de salir a la calle debes de protegerlo con las vacunas y desparasitación pertinentes. Elige horas tranquilas del día para sacarlo de casa, a ser posible por zonas en que no haya otros animales. Al principio sácalo solo unos minutos y vigila continuamente qué hace. Cuidado con que se coma cualquier cosa que encuentre por la calle y mucho ojo a sus delicadas patitas, no se vaya a cortar o clavar algo. Si en algún momento ves que está incómodo, cógelo en brazos y llévalo de vuelta a casa.

Desde LADRIDOS no te recomendamos someter a tu mascota a todo este trajín. Él es feliz en tu casa. Pero, si lo vas a hacer, te aconsejamos seguir las pautas que te hemos indicado. Y nada de paseadores de gatos. Tu gato con quien se siente más seguro es contigo.

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