La raza recuperada que gestiona y mueve el ganado: can de chira
Hay ejemplares de esta raza de perro de “cuatro ojos” repartidos por la zona oscense. De casi desaparecido por los cruces y el abandono de la ganadería extensiva se pasó de unos pocos a más de cien en 15 años.
Por Miguel PELE
Ricardo Azón, actual secretario de la asociación, trabaja de ingeniero agrícola, también tiene ganado (y perros de trabajo, no mascotas) y es un hombre comprometido con la recuperación de algunas especies autóctonas, no solo el can de chira, sino la cabra pirenaica, de la oveja tikina, del pavo oscense… Él es el verdadero promotor de la recuperación de esta raza de perro, a raíz de haberlos visto mientras realizaba su trabajo y que le recordaban los perros que había en su comarca, que les llamaban cuatro ojos, por las manchas blancas encima de ellos. En su comarca, la expresión “de chira” se le asigna a los perros de ganado. Por eso Azón eligió ese nombre, por el hecho de que es un perro que gestiona y mueve el ganado. Recogió varios ejemplares que le cedieron en la comarca de Huesca, montaron un núcleo de cría y comenzaron su reproducción. En 2008 se definió el estándar racial, con las características más distintivas y diferenciadoras de la raza y a continuación repartiendo perros en personas que estaban interesadas y ese mismo año se constituyó la asociación.
Morfológicamente hablamos de un perro mediano, con un peso de 13-16 kg en las hembras y machos un poco más, hasta 20. En el morro y los otros dos “ojos” color fuego a blanco. Otra característica especial son los espolones en las patas traseras, como en los perros de pastoreo, de uno a tres. Son de pelo medio o largo, medio en cabeza y espalda y más largo en los bajos, de color negro, con dos manchitas encima de los ojos (de ahí el perro de los cuatro ojos), raya o cruz en el pecho en tonos grises, fuego o blanco. Su cola es mediana, si bien en el estándar se aceptan los de cola larga tipo sable, pero muchos de los casos salen “curtos”, sin cola, nos cuenta Rafael Alfranca, presidente de la asociación can de chira.
El perro es listo, con buenas capacidades, fiel, inteligente, trabajador y rápido, “un tipo de perro adaptado al sistema de trabajo nuestro, un perro que madura más tarde y tiene su forma de ser. Los que son curtos, rabones les llaman en otras zonas, que yo creo que son el prototipo, suelen tener camadas poco numerosas, entre tres y cinco cachorros. Y este es nuestro patrimonio y tenemos que luchar para que no desaparezca”. Porque en la zona siempre se ha buscado un perro pastor curto, con paladar negro y con doble espolón en todas las patas como señas de identidad.
Con la disminución de la ganadería extensiva y la introducción de otras razas, como el border collie, con el que también se le cruzó, al igual que con otros perros pastores limítrofes, de Navarra o Cataluña, este perro había llegado casi a desaparecer.
En los primeros cruces “hubo líneas de perros que funcionaron muy bien, que sacaban perros con una pureza racial muy buena, otras que salieron desastres absolutos, “cuatro ojos” que podían ser cruces de pastor alemán o dóberman. Y no todo el mundo entendía que se trataba de depurar esto”, aclara Ricardo. Personalmente ha preferido que esta raza esté en manos de ganaderos en lugar de como animal de compañía. Hay perros muy buenos y perros que no sirven para pastoreo y el trabajo les da el hábito, gente que trabaja con ellos todos los días y otros de vez en cuando y se ve que no están tan finos…
Según el presidente, en la asociación tienen una lista de personas que demandan este perro, donde las peticiones superan al número de cachorros que nacen. En primer lugar, “optamos por aquellos que van a darle al perro utilidad de trabajo, bien sea como perro pastor, bien como competiciones (agilitiy, canicrós…) o incluso perros de terapia ocupacional, y a aquellas personas que se quieran involucrar en esta recuperación y quieran criar con ellos, priorizando estas opciones a los que lo como animal de compañía”.
La raza está sin reconocer, tienen un gran hándicap puesto que ni siquiera cuentan con el respaldo de diputación o gobierno autónomo aragonés, “tan solo hay subvención por llevar el libro de registro de la raza, pero interés y coordinación cero del todo”.
Y si esta raza tiene algo de especial, Ricardo Azón afirma que “este perro debe identificar a un territorio, intentar conseguir eso, igual que hay otras zonas que tienen como bandera una raza, también el can de chira debe ser nuestro perro pastor de la montaña del Alto Aragón, que está al mismo nivel que otros perros pastores y deberíamos sacar nuestro orgullo para reivindicarlo y apostar por él”.
Valorando su trabajo, tras más de 15 años recuperando la raza, “nos falta mucho, pues sigue habiendo mucho perro con defectos morfológicos que hay que corregir, falta seriedad en la cría, conseguir un grupo de criadores implicados para depurar y mejorar la raza y, finalmente, conseguir el reconocimiento oficial por parte de las administraciones. Queda mucho, muchísimo trabajo”, finaliza el secretario.
Los datos
5-6 ejemplares cedidos para comenzar la recuperación de la raza
15 años depurando la pureza de la raza
+ 100 ejemplares en la actualidad