Con la sordera como compañera
Los perros con un pelaje totalmente blanco o albinos suelen ser abandonados por los problemas de salud que suelen frecuentar. Este no es el caso de Susi, una boxer de tan sólo un año y ocho meses de edad que ha convertido sus debilidades en fortalezas gracias a su guía Jota.
Por C. T.
Después del olfato, el oído es el segundo sentido más desarrollado en el perro. Posee una gran capacidad auditiva y de orientación muy amplia y apta para buscar o rastrear. De hecho, el oído canino es sensible a las altas frecuencias ya que su capacidad alcanza los 60.000 Hz, comparado con los 20.000 Hz del ser humano.
Susi es una boxer de un año y ocho meses que padece sordera. Pese a esta situación, ella nunca se ha rendido, es todo un ejemplo a seguir. Querer es poder. Todo comenzó cuando no hacía caso a sus primeras llamadas de atención, “pensábamos que como no nos conocía era desinterés, falta de atención o desconfianza. Bastaron unos pocos minutos para darnos cuenta de que en sus fechorías de cachorro si le regañabas con la voz o le decías “NO” ella seguía a lo suyo” afirma su guía Jota a la revista LADRIDOS.
Llegaron incluso hasta a realizar una cacerolada pero “Sorda”, como la llaman cariñosamente, seguía durmiendo plácidamente. Fue entonces cuando decidieron ponerse en contacto con un veterinario, quién afirmó la sordera del animal.
Las causas de la sordera son muy variadas, pero las principales son, por este orden, algún defecto genético, la toxicidad de algunos medicamentos, las otitis, la degeneración del oído por la edad o por un traumatismo, e incluso por la exposición a ruidos muy fuertes. Las razas caninas más propensas a padecer este tipo de trastorno son los dálmatas, bull terrier, dogo argentina y los boxers.
Además, los animales que son totalmente blancos o albinos, sin ser ese su pelaje normal, son también más propensos a tener discapacidades auditivas, visuales, alergias, problemas, etc. Muchos de estos perros terminan en protectoras, refugios o centros de acogida y, en el peor de los casos, sacrificados.
Para adiestrar a un animal sordo lo fundamental es crear un fuerte vínculo entre el can y la persona. Una vez que esto sucede se inicia el proceso de aprendizaje a base de repeticiones y recompensas hasta que esto llega a ser interiorizado por el animal.
“Al principio y cuando la sacaba al parque la perrita iba muy distraída y despistada además de no percibir los peligros, sobre todo el de los vehículos” sostiene Jota a LADRIDOS quién nos explica que la sordera no afecta al proceso de sociabilización con otros perros, ya que éstos tienen sus propios mecanismos de comunicación y jerarquía. Aunque sí es cierto que cuando algún perro ladra, Susi se queda mirando extrañada.
A pesar de no participar en campeonatos, Jota espera que algún día Susi pueda hacerlo, aunque lo ve muy complicado. No puede participar ni en concursos de belleza ya que supera el 30% de capa blanca para el canon de boxers permitida en la exposición, ni en campeonatos de obediencia como “OCI”, “IPO”, “MONDIORING” o “AGILITY” ya que hay ejercicios que se ejecutan a distancia y que requieren órdenes a través de la voz o silbato.
“Cualquier persona puede entrenar a un perro sordo, sólo hay que tener mucha paciencia y contactar con un profesional para tener unas pautas, orientación y metodología. En mi caso he contado con la inestimable colaboración de Blas Palma y de su grupo de trabajo ADICAPAL, el cual nos ha dado las pautas necesarias para el adiestramiento” argumenta el dueño de Susi.
Dedicar tiempo y trabajo al animal, además de mucho cariño y juego para crear un vínculo entre ambos, hará que seamos el centro de atención del animal y esté pendiente de nosotros cuando salimos a la calle. Una vez consigamos esta unión ya tenemos el 90% del trabajo realizado, y podremos empezar a crear magia con nuestros amigos de cuatro patas.
Métodos de adiestramiento para perros con esta discapacidad
Para que el perro goce de paseos por el campo completamente suelto es necesario adiestrar adecuadamente a este tipo de animales. Los métodos de adiestramiento se basan en los gestos, como sucede en el lenguaje humano empleado por las personas sordas, pero también se utilizan otro tipo de herramientas como el collar vibrador. Funcionan con un mando a distancia que al pulsarlo hace que el collar colocado en el cuello del perro vibre. Hay que enseñar al can a que cuando el collar vibre debe buscar a su guía.