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Cómo iniciarse en rastro deportivo

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El animal debe rastrear en la pista con la nariz pegada al suelo con seguridad, precisión, intensidad, tranquilidad y concentración.
El rastreo huella a huella deportivo consiste en que un perro siga las pisadas de una persona sin desviarse. No es nuevo, el primer reglamento de pruebas de trabajo fue diseñado hace más de 100 años, lo cierto es que apenas ha cambiado desde entonces, y es excesivamente rígido por lo que determina que la excelencia requiera un perro excelente y un método excelente.

Por Arsenio Menchero,
médico especialista en Cirugía General, juez internacional de IGP, destacado profesional en el mundo del perro

   

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Consejos previos
Es conveniente familiarizar con la técnica al cachorro y al perro joven. Pero no hay que olvidar que, en la fase de inicio, el impulso de búsqueda ha de construirse sobre la base del instinto natural, con un trabajo en positivo que le enseñe a disfrutar rastreando. Solo así aumentará su rango de acción, lo que le permitirá soportar mejor la presión cuando, en el futuro, se enfrente a mayores dificultades.
El alimento (pienso, carne cruda o cocida, etc.) actuará de estímulo y de refuerzo a lo largo del trazado. De este modo crecerán la esperanza y la intensidad.
Es preferible comenzar en hierba o pasto, incluso en césped, siempre considerando que la técnica en tierra es algo distinta pues este terreno obliga a mantener la nariz más cerca de la superficie.

Primera sesión de rastro
Trazador: El guía.
Tiempo de antigüedad: 5 minutos.
Trazado: Figura geométrica de 1 m2
Comida: dados de carne o de fiambre de 1 cm
Objetivo: Fijar la asociación «olor de pisada — comida»
En la primera sesión se atará al hambriento cachorro (de una piqueta clavada en el suelo, por ejemplo) a la vista del guía, cerca del trazado. Así, mientras el animal ve colocar la comida, aumenta su impulso.
La primera vez bastará con marcar un cuadrado de aproximadamente un metro y medio de lado y sembrar en las pisadas trozos de comida.
Al cabo de unos minutos del trazado se lleva al cachorro al banderín de salida, cogido en corto por la correa. Al llegar a pie de pista, se afloja ésta y se le permite bajar la nariz, al tiempo que con la mano se señala el suelo y se le ordena, con voz dulce y tranquila BUUUUSCA. Cada vez que ingiere un trozo de carne, se le premia con la voz BIEEN, con bajo volumen, tranquilamente, al tiempo que se le acaricia suave y lentamente el dorso. Solo cuando levante la cabeza se repite el comando BUUUUSCA para, en el mismo instante en que reanude la búsqueda, volver a capturar el comportamiento con la voz y con la caricia, como antes.
El guía permanecerá agachado, señalando o tocando el suelo si es preciso, hasta que esté seguro que su perro está afanado en comer, con la nariz bien baja. Entonces puede incorporarse muy despacio, con la intención de hacerse olvidar y permitir que el animal trabaje solo.

Repeticiones
Una vez que se ha repetido este tipo de pista en varias ocasiones, la ración se distribuye entre una salida menor (½m X ½ m), seguida de 5 o 6 pisadas con comida, para terminar en un final similar a la salida. Se puede ir alargando la antigüedad de la pista.
Se procede con la misma sistemática: perro atado enfrente durante el trazado, colocación en pista con tranquilidad, orden BUUUUSCA, refuerzo de voz BIEEN y de caricia tranquila, etc. y final de trabajo lleno de elogios. Al terminar, se le puede ofrecer la pelota, pero sin tirarla a lo lejos para no excitar al perro y provocar que a la siguiente clase empiece acelerado. Se ha de mantener una referencia de tranquilidad desde que se saca al perro hasta que se guarda.
A lo largo de los siguientes rastros se irá disminuyendo progresivamente el tamaño de la salida, así como la cantidad de trocitos de comida depositados en la misma, al tiempo que se aumentará el número de pisadas del recorrido. El alimento se depositará en las primeras sesiones en todas las pisadas para, más adelante y dependiendo de los progresos, alternar pisadas con carne con otras sin ella.
Para crear una rutina de trabajo es conveniente trabajar a diario o en tandas de 3 o 4 días consecutivos, durante los cuales el perro solo comerá en la pista. Así, al cabo de 10 o 15 jornadas de trabajo, nuestro alumno habrá aprendido a rastrear una pista de 20 o 30 m. con refuerzos en solo algunas de las huellas.
Entonces se puede colocar la pelotita al final del trazado. Cuando el cachorro la encuentre se le felicita y se le permite cogerla con tranquilidad. No conviene crear excitación con la presa pues no hay que olvidar que el final de hoy es una referencia para el comienzo de mañana.

Los ángulos
Ahora ha llegado el momento de alternar rectas con curvas y de comenzar la enseñanza de los cambios de dirección.
Los rastros siguientes tienen por objeto trabajar ángulos cada vez más cerrados, hasta llegar a los de 90º, reglamentarios. Para enseñar al perro a no correr es incluso bueno dibujar ángulos entre 45º y 90º en alguna ocasión. Para ello, se puntean con comida las dos o tres últimas pisadas antes del ángulo, las dos o tres de después y otras después de algunas vacías. En otras ocasiones solo se deposita comida en el vértice del ángulo. Más adelante solo se puntea la entrada del ángulo y la salida, volviendo a colocar algún trozo al cabo de algunos metros.
Es conveniente introducir cuantas variantes se nos ocurran a la hora de trazar, pues hemos de enseñar al perro a trabajar la interrupción de pista y el cambio de distracción y cada situación nueva le enseña algo y mantiene despierta su curiosidad. Por último, cuando ya el perro sabe rastrear, solo se refuerzan con comida algunos ángulos, dejando que trabaje otros sin alimento y reforzando la recta de salida al cabo de 8 o 10 m, con la intención de mantener siempre vivos el interés y la intensidad en la búsqueda.
Es importante mantener en todo momento equilibrio entre condicionamiento y capacidad de improvisación.

Variaciones
Para lograrlo es conveniente variar el tipo de trazado, el tipo de terreno, la hora del día, la disposición del alimento, etc., siempre analizando el grado de motivación y cuidando muy mucho que ésta no disminuya jamás. Durante esta fase de instinto es necesario que el perro trabaje tranquilo, pero con mucho deseo de hacerlo, pues solo así irá resolviendo dificultades de todo tipo y se irá haciendo poco a poco cada vez más seguro y más fuerte a la hora de enfrentarse a situaciones diferentes.
En las pistas más sencillas y con mayor cantidad de trozos de comida, el guía dejará correr la correa entre sus manos hasta colocarse en el extremo, a 10m del perro, para que el animal acepte sin casi darse cuenta su lejanía, acostumbrándose a realizar su trabajo a solas. Si no se tiene prisa y se trabaja regularmente el perro aprende la técnica de forma progresiva y queda establecida la firme base necesaria para convertirse en un auténtico especialista.

¿Qué son las cualificaciones y los certificados profesionales?
La cualificación profesional, dividida en unidades de competencia, es un sistema creado para garantizar a empresarios y trabajadores que estos están adecuadamente cualificados para el desarrollo de su trabajo. En la práctica es una manera de dar forma y marcar una preparación mínima a profesiones “nuevas” que no están reguladas en el sistema educativo.  Para facilitar que todo trabajador tenga posibilidad de acreditar su formación, las unidades de competencia son el agregado mínimo susceptible de acreditación parcial, y se van sumando hasta conseguir el Certificado de Profesionalidad. Pero estas unidades de competencia para que cristalicen en certificados de profesionalidad deben ser impartidas por entidades reconocidas y homologadas por el Ministerio de Trabajo. La picaresca hace que muchos centros relacionados con el mundo del perro ofrezcan cursos “adaptados al INCUAL” pero sin reconocimiento ni validez alguna, son simples cursos privados que muchas veces no se sabe ni la formación de quien los imparte, y se centran solo en un diploma con un diseño espectacular firmado incluso por el propio diseñador.

Los datos
1,5m Tamaño del lado del cuadrado en los inicios del rastrear
5 o 6 pisadas con comida sembrada para favorecer el instinto natural
10m de correa. El guía la dejará correr entre sus manos hasta llegar al extremo

 

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