Galgo español: dócil, cariñoso y tranquilo en la casa
Perro equilibrado, dócil, cariñoso y tranquilo en la casa, necesita del campo para correr y tener su deseada libertad de movimientos. Cazador de liebres por antonomasia, con su silueta inconfundible pasa por ser el perro más antiguo de nuestro país, pero también el que tiene más fama de abandonos, leyenda urbana que no está clara.
Por Miguel PELE
Diseñado aerodinámicamente para correr y correr a 60 km/h con el mínimo gasto, el galgo español es desde tiempos inmemoriales el perro preferido para la caza de la liebre, y no por el olfato sino por la vista. Ya se sabe, a la corta o a la larga el galgo a la liebre alcanza. Morfológicamente, este perro grande puede llegar a pesar 30 kg, pero siempre da el aspecto de parecer delgado, con su amplio tórax y vientre retraído, dentro de su fortaleza, agilidad y resistencia, pues apenas acumula grasa en su cuerpo, con una alzada a la cruz de 70 cm. “Era el perro que se llevaba al campo cuando había que recoger la cosecha y estaba suelto. Si un día cazaba una liebre era un jolgorio, una fiesta”, según cuenta a LADRIDOS Fco. Carlos Campillo, presidente de la Club Nacional del Galgo Español. Con la mixomatosis comenzaron a escasear las liebres y por tanto siguió el mismo destino nuestro galgo y llegó un momento en que peligraba su existencia. El carácter del galgo se define como noble, dócil, sereno y tranquilo en casa y muy activo cuando sale al exterior, necesita estar suelto y tener libertad. A simple vista, da la sensación de serio y tímido, pero cuando genera vínculo con su dueño lo es de por vida. “Diría que es el perro más noble del mundo, con diferencia de la segunda, el más cariñoso con la familia”.
Es de las pocas razas caninas que no huele a perro, dicen que por la escasa capa de grasa que acumulan. Como mascota se puede recomendar para cualquier persona, siempre que tenga sus paseos, su preparación y que pueda sacarlo a correr en libertad. Cuando sea en terrenos pedregosos o peligrosos para las patas se le pueden proteger con muñequeras o guantes de uñas. Además, se trata de un animal sano, que no tiene serios problemas de salud si está mucho tiempo en libertad (por su tamaño puede tener de huesos o torsión de estómago). “Pero si se tiene como mascota, pasando muchas horas en un piso y solo paseos por aceras eso ya es otra cosa”. Hasta hace 15 años, este perro tenía fundamentalmente dos colores barcino y negro, pero ahora cualquier pelo se acepta cualquier otro color, desde barquillos, tostados, canelas, amarillos, blancos, rojos o berrendos, publicados en el estándar de raza de la RSCE. En los años 70 del siglo XX se estabilizó la raza y a través de concursos monográficos donde se destacaba la belleza del galgo español, una vez conseguido el estándar por la RSCE allá por 1982 y el de la FCI en 1998, se le realiza la prueba de trabajo a los ganadores de esos concursos, con jueces, cronómetro y comisarios a caballo, para valorar y puntuar esta carrera. Son pruebas muy reguladas, en las que participan tan solo 16 galgos, que van acompañados de un cuadro de veterinarios. Siempre eligen terrenos de campo abierto, “que no tenga piedras, que sea terreno arenoso, evitando olivares y viñedos porque ahí el perro se hace daño en las uñas o en las patas, también buscando la temperatura, siempre buscando que esté por debajo de 25 grados”.
También hace cinco años se sacó otra modalidad de persecución, la liebre de regate, que “son simulacros con una liebre mecánica en los que el galgo disfruta persiguiendo a su presa y los galgueros disfrutamos viendo a nuestros galgos correr, porque un galgo sin su campo no vive a gusto. Y nosotros defendemos nuestro deporte contra el maltrato, contra las impurezas y llamando la atención a los socios y federados, por ejemplo, como no tener más de cinco galgos en casa”. Sobre el sufrido abandono por parte de los dueños de estos animales, estigma que ha acompañado a esta raza tras cada temporada de caza, Campillo afirma que “el 90% del club lo tienen controlado, pues son perros que en su mayoría están registrados, con su prueba de ADN y se lleva su control. Y ahora ocurre que en las protectoras el 80% de los galgos que hay son robados, y el que lo roba lo prueba y si no le gusta lo tira a una autovía. Por suerte, ya hay gente cumpliendo condena en la cárcel por tirar cinco galgos robados a un pozo y gracias al SEPRONA y a la policía científica lograron atraparlo”. Esta sección de la Guardia Civil reconoce que se abandonan muy pocos galgos, pero en las protectoras se acumulan y por suerte son adoptados.
Los que son aficionados a los galgos suelen tener una parcela donde están durante el día sueltos y con libertad para correr y por las noches pasan a estar dentro de la casa. “En mi caso tengo una parcela solo para ellos con 4.800 metros cuadrados, con su bañera y sus sombras”. El galgo no solo es la raza de perro que Cervantes le asigna a don Quijote de la Mancha, también es la única raza canina que se cita en la sagrada Biblia. Por algo será.
Los datos
25 siglos de historia de esta raza española
60 km/h persiguiendo a la liebre
(Páginas 16 y 17)
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