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El 16,7% de personas con autismo reconocen que su perro les impidió quitarse la vidaautismo

Los beneficios de las terapias con animales es algo conocido en muchos colectivos de personas, tanto con discapacidad física como psíquica, o en sujetos con estrés, mayores, niños con problemas… La novedad de este trabajo es que da un paso más y constata que vivir con un perro y ser su dueño es lo que realmente ayuda a las personas del espectro autista.

Por Carlos XESTAL

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Los investigadores, dirigidos por el profesor Chris Packham, llevaron a cabo el estudio en un intento por comprender el impacto positivo de la posesión de mascotas entre las diferentes poblaciones, centrándose especialmente en los adultos con autismo, ya que los problemas de salud mental y el suicidio son más frecuentes en este tipo de adultos que en la población general.
Según el trabajo, el autismo en la edad adulta se acompaña de problemas de salud mental llegando incluso a afectar hasta al 80% de las personas en el espectro autista, siendo la depresión y la ansiedad los principales problemas de salud mental experimentados por estas personas.
Además, los adultos en el espectro tienen un riesgo mucho mayor de intentar suicidarse y tener pensamientos suicidas. Los expertos llegan a hablar de hasta un 66% con ideas suicidas frente a un 17% en el resto de la población.
Tras la investigación, que fue realizada en Reino Unido, los estudiosos concluyeron que estos adultos, en general, se sienten más autónomos y mejor integrados en su ambiente cuando son propietarios de un perro y lo deben cuidar de forma regular.
“Los perros de asistencia a personas con autismo están entrenados para participar en actividades específicas relacionadas con las ayudas que han sido identificadas como muy útiles para las personas. Sin embargo, su valor se extiende claramente más allá de esto”, indican.

Para los investigadores la primera conclusión, y sorpresa, a la que llegaron, es que, de todas las personas tratadas en el estudio, todos ellos mayores de 18 años y propietarios de perros, un 16,7% no tuvo problemas en indicar abiertamente que si no hubiese sido por tener que cuidar a su perro ya se hubiese quitado la vida.
“Él [el perro] es como un factor protector. He intentado suicidarme antes, y él ha ayudado a que deje de suceder de nuevo. Creo... en la forma en que siento que soy una carga para mi familia. No siento lo mismo por él. Porque creo que satisfago sus necesidades bastante bien. Eso me da confianza, me mantiene en marcha de una manera que mi familia no lo hace”, indica uno de los participantes en el estudio.
El suicidio es una de las principales causas de muerte prematura en personas con autismo, tendencia que ahora se podría revertir con el simple hecho de tener la responsabilidad de ser el dueño de un perro y tener que cuidarlo.
“Interacciones compartidas con el perro, como el contacto físico, la mera presencia del animal y ejercicio juntos, se describieron varias veces para mejorar los estados de ánimo y emociones de los participantes”, matizan los investigadores de esta Universidad británica.
Las interacciones perro-dueño (por ejemplo, táctiles, presencia del perro, pasearlo, ser recibido por el animal) fueron las principales actividades que mejoraban las emociones / estados de ánimo en adultos autistas. “Esto podría relacionarse a nivel fisiológico con aumentos en oxitocina, dopamina, endorfinas, prolactina y reducciones en cortisol, epinefrina, norepinefrina, efectos que ocurren al interactuar con perros.
Los participantes describieron que tener un perro y adiestrar a sus animales les dio una sensación de logro, esencial para su crecimiento personal.
La presencia del perro, pero sobre todo su cuidado, fueron fundamentales para aumentar el sentido de autonomía y el dominio del entorno de los participantes, principalmente actuando como un “apoyo, ayudando a los propietarios a realizar actividades de la vida diaria (por ejemplo, ir de compras, caminar, trabajar) y salir de casa”.

La rutina de cuidar al perro fue importante para mejorar el propósito en la vida de los adultos del espectro autista, dando un significado adicional a sus vidas.
“Por lo tanto, el cuidado de un perro también parece tener el potencial de usarse terapéuticamente para mejorar el propósito de la vida en adultos con problemas de salud mental, donde la depresión, o falta de interés en las actividades del día es un síntoma común”.
Finalmente, esta investigación indica que la autoaceptación en adultos con autismo se ve impulsada por interacciones iniciadas por el perro.
A pesar de este descubrimiento, es importante tener en cuenta que también hubo impactos negativos, sobre todo debido a problemas de comportamiento del perro, su muerte, alguna enfermedad, por lo que cuando se busca usar perros para ayudar a los amantes de los canes con autismo se debe considerar cómo mitigar estos efectos.
Las conclusiones de este estudio son muy esperanzadoras para las personas con autismo, ya que hasta ahora, a pesar de los beneficios sugeridos de tener un perro para la población adulta en general y para los niños autistas, se sabía poco sobre el mecanismo potencial detrás de este efecto (o incluso si es específico de un perro) y el impacto de tener un perro en los adultos que tienen autismo.
(Páginas 26-27)

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