“Si un policía quiere adoptar un mali tiene que vivir con él”
SOS Malinois España rescata a diario perros de esta raza abandonados por particulares o del mundo del deporte, los vuelve a equilibrar y los da en adopción a personas activas.
Carla Moreno es veterinaria y a la vez secretaria y colaboradora de SOS Malinois España. Conoce la realidad de esta raza, con unas cualidades excepcionales para el trabajo, pero en manos inexpertas puede convertirse en un serio problema, de ahí su abandono cuando apenas es un cachorro. Piensa que los problemas físicos pueden corregirse, pero si hay miedos congénitos no los paliarán definitivamente.
Por Miguel PELE
Miles de perros de raza pastor belga malinois son abandonados al año. Este es el motivo por el que nació la protectora SOS Malinois España, para el rescate, difusión y adopción de estos, en toda la geografía española. Del gran número de abandonos, “el 60% van a volver a ser utilizados como perros de trabajo, ya que una vez cubiertas sus necesidades psicológicas en cuanto a la actividad física y mental, esa situación se revierte”, según declara Carla a LADRIDOS.
Conocedores de esta labor de recuperación física y mental, numerosas policías locales buscan en la protectora un ejemplar joven, pues saben que les realizan test para ver qué tal va de mordida, de olfato, si camina por la ciudad, por escombros… valoran qué cualidades tiene ese perro y para qué puede servir. Pero no le dan los perros a toda costa. Deben rellenar un cuestionario en el que facilitan datos relacionados con el futuro del agente canino y “comprometerse a que viva con su binomio en su domicilio, no en un chenil, porque todavía muchos piensan que el perro en casa se cansa, se vicia y luego no quiere trabajar y los tienen en cheniles y por eso se les exige en vivan en casa”, matiza.
Otro grupo de estos animales recuperados para perros de trabajo va a parar a unidades de rescate, para deporte o competición, y al igual que con la policía, tendrán que rellenar un “molesto” cuestionario para saber qué tipo de vida lleva esa persona, en cuanto a sus aficiones, para ver si es activa o sedentaria, valoran los conocimientos que tiene sobre educación canina básica, si ha tenido un perro de esta raza, si la familia está de acuerdo o si el casero admite mascotas. Posteriormente si todo está bien, se realiza una entrevista en persona, colaboradores caninos, voluntarios, bomberos… charlan con ellos, van a ver su casa y contrastan la información facilitada en el cuestionario. Si todo es correcto, se busca un perro que se ajuste al perfil de esa persona.
Mascotas
Y el resto, un 40%, pasará ser reconvertido en mascota, que se ofrecerán en adopción. Son ejemplares abandonados ya adultos, con problemas físicos, como leishmaniosis, problemas de desnutrición, parásitos, moquillo o parvovirus, alguna fractura (en este caso, por no querer pagar la factura de la operación). Estos problemas físicos son rápidamente localizados con un test a la llegada a la protectora. Y excepto aquellos con enfermedades crónicas, que llevarán una medicación de por vida, el resto puede llevar una vida normal y y volver a un hogar como animales de compañía.
Cuando se habla de problemas mentales, suelen ser exceso de actividad, ladridos… aspectos que son los demandados para perros de trabajo. Un problema grave que tienen es el miedo: “perros adultos que tienen miedo a las personas, cachorros sin apenas contacto con el hombre, nacidos en la calle y no se han socializado, eso no se arregla. Se mejora, la persona que lo adopta lo asume y se puede mejorar con algún educador canino y siempre supervisado. Pero el más grave con esta raza es la agresividad contra personas o bien el miedo, porque el miedo tiene un porcentaje proveniente de su propia genética, un mal cruce o malas experiencias que haya tenido en su vida. Si esos miedos son de cachorros pueden corregirse, pero si es genético o por mala socialización, a pesar de que pueden mejorar, es difícil que puedan erradicarse por completo”, afirma Moreno.
“La principal fuente de malinois abandonados es de propietarios de mascotas que desconocen lo que se llevan a casa, y en los primeros meses de vida se da cuenta de que no pueden con él y lo abandonan. También hay gente del deporte o de la competición que los abandona cuando sufren una lesión o ya no les sirven”.
Y toda esta situación de abandono podría mejorarse con “una cría responsable, no comprando en páginas por Internet que ofertan cachorros cruzados con el perro del vecino, destetados a una edad tan temprana, lo que implica problemas de socialización y por consiguiente de comportamiento. Los dueños se dan cuenta que el nivel de energía es muy alto y lo encierran en un patio o un balcón o lo tienen atado, y al final tenemos un cachorro de seis u ocho meses que no hay por dónde cogerlo, que está desquiciado, mal socializado con perros o personas”.
Por eso, desde la protectora recomiendan que se haga “hincapié en la edad con la que se llevan el perro, se llevan los cachorros con menos de dos meses, recién destetados y eso está muy mal, porque proceden de criadores oportunistas, los conocidos “juntaperros”, con los problemas devastadores que esto conlleva, y más en esta raza que puede derivar en un verdadero peligro. Deberían exigir un contrato al vendedor en el que consten las vacunas, microchip y documentos que acrediten que sus padres están libres de enfermedades hereditarias”, concluye Carla.
Los datos
60% a perros de trabajo, policía, unidades de rescate o deporte de competición
40% a las familias, como mascotas