Perros preparados para situaciones muy peligrosas
Francisco Javier Pinilla lleva desde los 10 años envuelto en perros. Los prepara para intervención o localizar minas o proyectiles que luego los artificieros hacen explotar para limpiar la zona. Trabaja para empresas que están o han estado en países en guerra como Siria, Afganistán, Chechenia o Kosovo, y ahora tiene su base en Los Yébenes (Toledo).
Por Miguel PELE
Pinilla entró en el mundo canino con apenas 10 años y lleva toda su vida preparando perros de detección, de intervención o de seguridad. “Habré preparado más de 2.000 perros a lo largo de este tiempo”. Cuando se va fuera de nuestras fronteras lo hace con empresas contratistas que trabajan en zonas de conflicto, “he estado en Afganistán, Siria, Kosovo o Chechenia, entre otros lugares del mundo”, aclara Francisco Javier Pinilla.
No solo ha estado en zonas de conflicto bélico, sino también en América del Sur, “me conozco casi toda Sudamérica, donde he impartido formación como instructor y he estado a cargo de unidades caninas, dando formación policial y militar”.
Una de sus tareas más solicitadas es la de limpieza de explosivos, para las que tuvo que preparar a sus perros. Estos los compra a criadores especializados en detección y los entrena para localizar las minas o los proyectiles. En esos lugares, realiza dos tareas diferentes: una es la de formación a personal, tanto de perros de detección como de intervención, personal autóctono al que luego asigna los perros que entrena; y otra es la de trabajar con unidades caninas para la limpieza de zonas con explosivos. Una vez preparados los perros para que localicen el lugar donde se encuentra este material, junto a personal asignado a su cargo marcan el objetivo para que los artificieros lo hagan explotar.
Para entrenar a sus perros en la localización de estos explosivos usa munición real, para luego realizar la limpieza por zonas por donde pasan convoyes, detección de artefactos que no hayan estallado y dejar el resto a los artificieros. Al mismo tiempo, con los perros de intervención realizar controles de acceso a las zonas españolas, manteniéndose a unos metros de los vehículos que quieren acceder a las instalaciones. Además, lleva a cabo entrenamiento diario de los perros para que estén siempre activos.
“Si un perro tiene las cualidades perfectas, lo que a otros profesionales les llevaría de dos a seis meses, a mí me lleva 15 días o un mes, metiendo las sustancias y luego trabajando operativamente con el perro”. Cuando hace formación de perros siempre es con varios ejemplares y se fija en las cualidades de cada uno, “los hay con cualidades normales, otros medias y algunos tienen cualidades más altas, con los que se puede trabajar dos o tres horas, mientras que otros aguantan una hora u hora y media”.
En cuanto a razas, siempre acude a criadores especializados en función de para qué quiere preparar al perro. Generalmente, trabaja con pastor alemán de trabajo, pastor belga malinois, springer… “Yo no uso una raza concreta de perro, veo sus cualidades y sé para lo que puede valer y si no me valen, los regalo”.
Cuando sale de nuestro país para un lugar en conflicto se lleva los perros que necesita “en blanco” y ya en esa zona se trabaja con ellos según el tipo de explosivos que haya en esa región o con el explosivo militar internacional. De todos los lugares donde ha estado adiestrando perros se queda con Afganistán, donde “con todos ellos genero un gran vínculo, he perdido algunos perros, es muy doloroso, pero prefiero perder un perro antes que a una persona, los perros son inteligentes como nosotros, no somos perfectos y al mínimo descuido…”, lamenta Pinilla.
Cuando prepara un perro luego llega el momento de adaptarlo a la persona que será su guía, en ocasiones tiene que examinar a cuatro o cinco personas hasta decidir cuál de ellos es el más idóneo para quedarse con él. Para ello, su experiencia es la que le indica si esa persona vale o no para ser guía de su perro.
“Fuera de España, cuando salimos a trabajar con un perro tenemos que ir totalmente convencidos porque sabemos que hay sustancia donde vamos a ir. Si no la hay, mejor. Pero aquí no, a veces te llaman para localizar y piensan que no hay nada, y luego siempre hay algo. Yo he visto trabajar a los equipos franceses e ingleses y van con otra actitud. La mentalidad que tenemos aquí no la hay en otro lugar de Europa”.
El último trabajo que realizó fue justo antes del inicio de la pandemia, y luego se volvió a España, donde sigue recibiendo ofertas, las últimas de Israel, de Francia y de Senegal. Con algunos países no ha llegado a un acuerdo económico y con otros sigue negociando y “para salir de España tengo que hacerlo con unas garantías, con un dinero, porque salgo a jugarme la vida, y en algunos casos es a preparar perros para detectar minas, cuyo explosivo es el TNT”.
Para este trabajo pasa largas temporadas fuera de nuestro país, al que vuelve periódicamente. “Ahora en España, cuando me llama la escuela de protección ciudadana de Toledo doy cursos de formación para policías locales, con perros de intervención o de detección, de sustancias o explosivos. También a bomberos o a protección civil con perros de rescate. Y además continúo formando perros de seguridad que me van a hacer falta a mí”, finaliza Pinilla.
Los datos
2.000 perros formados para detección o intervención
1 mes suele tardar en tener operativo un perro que él ha preparado
(Páginas 16 y 17)
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