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Solo los inteligentes

pueden adiestrar a su perro

inteligenteoctubre2020

 

 

 

En una sociedad en la que das una patada en el suelo y salen cientos de adiestradores con cursos de fin de semana que aseguran conseguir de tu perro todo lo que les pidas, un estudio pone de manifiesto que los dueños con niveles más altos de capacidad cognitiva (habilidades para desarrollar tareas) son los que consiguen que sus perros sean obedientes.

Poe M. ARAMBARRI

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El éxito en el proceso de aprendizaje del perro está totalmente condicionado por la inteligencia cognitiva del propietario, según demuestra un estudio desarrollado por el equipo del experto en comportamiento canino y humano Jeffrey Stevens de la Universidad de Nebraska publicado en el fondo de ciencias picológicas PsyArXiv.
El equipo siguió de enero de 2018 a octubre de 2019 el aprendizaje de un centenar de perros que participaron en el programa de entrenamiento Canine GoodCitizen del American Kennel Club.
Las habilidades cognitivas son aquellas que necesitamos para llevar a cabo cualquier tarea, por simple que sea. Tiene que ver con los mecanismos de aprendizaje, memoria, solución de problemas y atención, y no con el conocimiento, es decir, se refieren a lo relacionado con el procesamiento de la información.
Según sea el nivel de estas habilidades en los propietarios de un perro, le será más fácil o difícil hacer de su mascota un animal obediente que sepa comportarse en sociedad.
Según esta conclusión, el éxito de la participación de un perro en un curso de obediencia no depende para nada del adiestrador, sino de las capacidades del dueño, que es el que tiene una relación afectiva con el animal.
Esto no significa que la responsabilidad del entrenamiento recaiga en el dueño, algo a lo que se agarra gran parte de los adiestradores cuando el proceso falla. Lo que el estudio tiene de novedoso es que ha determinado qué características conductuales y cognitivas de los perros y de los dueños son relevantes para la obediencia del animal, dejando de lado la figura del adiestrador, que es considerado como un mero intermediario.
“Enseñar a los propietarios cómo entrenar a sus perros es una parte importante para mantener la salud y la seguridad de los perros y las personas. Sin embargo, no sabemos qué características conductuales y cognitivas de los perros y los dueños son relevantes para la obediencia del perro”, lo que llevó al equipo de Steven a realizar esta investigación.
Según su estudio, en los programas de entrenamiento del American Kennel Club “los propietarios con niveles más altos de capacidad cognitiva tenían más probabilidades de que sus perros completaran el programa”.

En lo referente a los perros “mientras que su edad, el sexo y el estado de castración no predecían el éxito, el rasgo conductual de la desobediencia sí hacía predecir la finalización del programa”.

Además de las características del dueño del perro, el tiempo dedicado al entrenamiento y la respuesta del perro a una orden de sentarse, predijeron el éxito. Algunas de las mismas características, incluida la desobediencia y el tiempo dedicado al entrenamiento, también predijeron los niveles de impulsividad del perro. Por lo tanto, las características conductuales y cognitivas de los perros, los dueños y la forma en que interactúan parecen predecir el éxito en la clase de obediencia y la impulsividad del perro. Estos hallazgos sugieren que existen algunos rasgos del dueño y de la relación que mantienen el dueño y el perro que pueden facilitar o dificultar el entrenamiento de la obediencia.
Los perros entrenados en obediencia tienen mejores resultados en la vida, incluidos menos problemas de comportamiento, una de las principales razones del abandono animal. 
El éxito de la obediencia requiere la interacción de tres componentes distintos: perros, sus dueños y la interconexión entre los dos
En cuanto al perro han evaluado tanto los rasgos conductuales:  desobediencia, destructividad y excitabilidad, como los cognitivos: la impulsividad, que es la incapacidad de esperar, inhibir o considerar las consecuencias futuras. “Cuando un perro actúa por impulso, ignora las señales y selecciona el camino de menor resistencia a la recompensa deseada; por lo tanto, la impulsividad está estrechamente relacionada con los problemas de comportamiento y la obediencia”, señalan.
En cuanto al propietario, mientras que hay muchos trabajos sobre la personalidad del dueño, pocos estudios han evaluado las habilidades cognitivas, aunque “muchos aspectos de la capacidad cognitiva son fundamentales para una buena toma de decisiones. Por ejemplo, la reflexión cognitiva (la capacidad de anular una decisión impulsiva incorrecta) previene una toma de decisiones superior”.
También evaluaron las características del perro-dueño, incluidos los rasgos de comportamiento como la latencia para completar una sentada y una orden, la cantidad de entrenamiento antes de la clase y la fuerza de la relación perro-dueño.
Tras el estudio de la participación del centenar de perros en el programa, todos con la misma entrenadora, los resultados de la investigación concluyen que la capacidad cognitiva del propietario es el factor más importante del éxito de la prueba. La desobediencia de los perros siguió como el segundo y en tercer lugar el tiempo de entrenamiento frente a la información demográfica sobre el perro, incluido el sexo, la edad y el estado de castración que no influyen en el éxito.

Dos pruebas

Para medir la capacidad cognitiva los dueños se sometieron a dos pruebas diferentes: el Test de Reflexión Cognitiva, que evalúa la flexibilidad cognitiva para rechazar una solución obvia e incorrecta a un problema y optar por reflexionar profundamente para encontrar la solución correcta. Y a la prueba de aritmética de Berlín, que evalúa la comprensión y el procesamiento de información probabilística y estadística, crucial para interpretar el riesgo y la toma de decisiones superior.

“Combinamos estas dos medidas de forma aditiva y descubrimos que es el factor más sólido del éxito de la prueba”, señalan.

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