In memoriam Blanca
Tras contactar con Narcís Romero y mantener con él una larga conversación, en la que contó a LADRIDOS su experiencia en estos ocho años como agente canino en las policías locales de Salt y Gerona, un día después recibimos su llamada en la que nos comunicaba, desconsolado, que Blanca acababa de fallecer. Roto de dolor, recordó con nosotros cómo cambió su vida de policía local gracias a esta pastor alemán y cómo fue su despedida, rodeado de compañeros policías de diferentes puntos de la geografía catalana. Diez años de convivencia y trabajo unen al policía local Narcís Romero con la agente canino Blanca. Así le dijeron hasta siempre.
Por Miguel PELE
Blanca fue el regalo de Paco Smith, un compañero de la Guardia Urbana de Barcelona y sin más experiencia que haber trabajado de vigilante con un perro de seguridad, comenzó el germen de la incipiente unidad canina en Salt (Gerona). Por aquel entonces, a los perros se les preparaba en activo (Guardia Civil, Policía…), es decir, cuando suponían que había estupefacientes los activaban y acudían al lugar, y con las clases que le proporcionó el guardia urbano consiguió convertir a esta perra en un agente canino de detección. Pero él pensó que con eso, en una ciudad pequeña, era insuficiente. Y fue su perra, Blanca, la que “me enseñó a buscar personas en movimiento, por lo que la reconvertí en pasiva y comenzamos el patrullaje a pie, con lo que se consolidó la unidad canina en Salt”, cuenta Narcís.
A partir de ahí, siempre la llevaba suelta en todas las rondas y ella es la que tomaba siempre la iniciativa. Cuando detecta a algún “olor” sospechoso se sienta junto a esa persona indicando que ha encontrado algo y espera su premio o bien lo sigue andando y oliendo si aquella se mantiene en movimiento. Así, a lo largo de su vida laboral, tanto en la localidad de Salt como en Girona, donde se trasladó en 2017, ha intervenido en más de 4.500 actas y en más de 70 detenciones. Por su actividad y logros en la búsqueda de estupefacientes a lo largo de su vida laboral, le concedieron dos medallas: una de UNIJEPOL y otra de la Policía Local de Girona.
Actualmente, a punto de cumplir diez años, llevaba seis meses de “jubilada” conviviendo feliz con su guía y disfrutando del merecido retiro profesional, si bien acudía a exhibiciones o cuando Romero se disfrazaba de paje en Navidad Blanca también se disfrazaba e interactuaba con los niños que se le acercaban, “porque es la más sociable, la más tranquila y aprovechamos la circunstancia para hablarles de lo que es un perro policía, pero sobre todo, hacer labor educativa en cuanto al cuidado y tenencia responsable de mascotas, explicándoles cómo es la ordenanza municipal de cuando hace caca, que no los tienen que maltratar…”. También preparan un ejercicio en el que los chicos son los protagonistas hacen de policías y la llevan y le dan órdenes sencillas.
FUNERAL
Los Del Río cantaban aquello de “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”, y hoy le llegó su momento a Blanca, y “ese vacío que deja el amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar”. Las despedidas son tristes, pero en ellas siempre se recuerda lo bueno, lo mejor de la amiga que nos deja. Y tras toda una vida, la corta vida de una perra en comparación con la nuestra, hay cientos, miles de imágenes que quedarán en la retina de todo el que la conoció, en especial de Narcís, con el que compartió mucho más que rondas policiales y detenciones de presuntos culpables de delitos contra la sanidad pública.
Sin que hubiese una despedida oficial preparada, compañeros de diferentes unidades caninas quisieron acompañar a los dos agentes en la despedida de Blanca en su entrada al crematorio de mascotas.
“La verdad que no hay palabras para definir lo que siento hoy, porque he visto tanto cariño, tanto apoyo, tantas personas, compañeros que incluso en época de coronavirus (no estaba decretado el estado de alarma) han venido de toda Cataluña, de Tarragona, Lérida, gente de Barcelona, de Lloret, de Sabadell y de aquí de Gerona. Me han regalado una foto con la patita de Blanca y solo tengo palabras de agradecimiento para esta gente por lo que han hecho hoy por mí. La verdad es que me sentía tan orgulloso que para el discurso no me había preparado nada y me ha salido lo que Blanca realizaba. La foto con mi perro muerto está ahí para que entiendan que a los perros los queremos como nuestra familia. Y sobre todo que estas unidades caninas sean un precedente para que la gente, cuando pasan estas cosas, tengan un pequeño detalle con estos animales, que dieron tanto a cambio de tan poco”.
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