Las agentes caninas de Gerona
tienen un gran historial
de éxitos bajo su nariz
Unidad canina de una Policía Local que surgió, una vez más, sin demasiados recursos y por la insistencia de un agente que, con su propia perra, Blanca, y con formación lograda a base de esfuerzo personal, logró afianzarla. Con un gran número de actas levantadas, le llegó el turno a una segunda perra, Lola, que durante el año 2019 ha vuelto a reventar los récords de pequeños y no tan pequeños alijos de estupefacientes.
Poe Miguel PELE
En Salt, comarca del Gironés, nació una de las primeras unidades caninas de la zona allá por el año 2012. Medios escasos, sin posibilidades de formación oficial, con perros propiedad de los propios agentes, que se encargaban de adiestrarlos… Este es el caso de Narcís Romero y Blanca, una pastor alemán de línea de trabajo. Posteriormente, en 2017 consiguieron plaza en la policía local de Gerona y allí han continuado su labor en la unidad canina.
Narcís se formó como guía canino iniciándose con un curso de dos semanas, pero sobre todo gracias a la Asociación de Guías Caninos de Policías Locales de España, en diversas jornadas anuales por todo el territorio. Acudió a todas las que se realizaron y cada año va una semana, por su cuenta, a Bélgica, país con el que tienen un acuerdo de formación. Además, sigue actualizándose con la Guardia Civil, con la Policía Nacional, con los miembros de la ONU o con los Mossos d’Escuadra.
La forma en la que la entrenó ha sido con Sokks, a base de olores que iba proporcionando en un tubito para que fuese buscando, y premio. Una vez que la perra está iniciada en la búsqueda por olor, la pasa a la pared con agujeros y ahí le mete el olor que quiere que localice y le premia el marcaje. Cuando puede disponer de diferentes estupefacientes, la entrena con sustancias reales, como hachís o droga de laboratorio.
Actualmente dispone de cuatro perros, de las que una de ellas, jubilada hace seis meses, acaba de fallecer. Son todos de su propiedad y mantiene un acuerdo con el ayuntamiento de Gerona que paga la residencia, donde están alojados los tres que en la actualidad están activos o en proceso de formación. La primera que entrenó, Blanca, vivía en el domicilio particular del agente, disfrutando de su merecido retiro.
Según Romero, “un agente de policía puede costar 35.000 euros€ al año, y mantener a estos perros en una residencia sale por mucho menos y están como en un centro de alto rendimiento, con sus caniles, sus paseos, su piscina… y los mantienen en forma para cuando se les necesita, pues les indico a qué hora tienen que estar preparados, cepillados y en perfectas condiciones”.
Así, cuando comienza su turno de diez horas, lleva a sus perras en perfectas condiciones para la acción. Saca una hora a una de ellas hasta que ve que comienza a saturarse y la lleva a su chenil a descansar, para coger a la otra de relevo y así hasta que se acaba su jornada y vuelven a la residencia donde las alimentan, descansan y las cuidan para la siguiente ronda.
“En todas las actuaciones que yo tengo de droga, no voy detrás de una unidad de investigación, yo la busco, caminando por la calle y así hemos localizado desde el pequeño menudeo hasta 15 kg de hachís, que es lo máximo que hemos encontrado. Por esto, el perro es una herramienta más en la lucha contra el tráfico de drogas y al ser patrullaje a pie hacemos una labor de prevención”, afirma Romero.
Con Kira, la labradora, se centra en la búsqueda de sustancias en las bodegas de autobuses, donde la agente canina, por su tamaño y agilidad, se mueve con mucha soltura y marca cuando encuentra algún estupefaciente, por lo que la llama la “reina de las bodegas”.
También acude con la unidad de tutores de la policía local, encargados de los problemas que puedan surgir en los institutos de la ciudad, en una colaboración conjunta en la que suelen hacer rondas por los exteriores cuando tienen constancia de que se consume.
Durante el año 2019, con su perra Lola ha levantado 802 actas, 32 detenciones y 17 por salud pública, cifras que sobresalen por encima de la media de las unidades caninas de la zona, y por cuyos méritos ha sido recientemente condecorada por la Policía Local de Gerona. En cuanto al mérito, compartido entre guía y agente canino, Romero indica que “yo quería que la medalla se la diesen a ella porque es la manera de que el perro quede recompensado por su trabajo en la policía”.
LOS PERROS
Blanca. Pastor alemán, 10 años. Con ella inició su trabajo en la unidad canina. Retirada hace seis meses y fallecida el 11 de marzo de 2020. DEP.
Lola. Pastor alemán, 6 años comprada y adiestrada por él. En activo para detección. Cruz al mérito profesional, categoría de plata, de la Policía Local de Gerona.
Laika. Malinois, 1 año. Adoptada tras ser operada de un ojo, del que perdió parte de visión. En formación, aunque ya está saliendo con su guía y ha localizado estupefacientes en varias ocasiones. Aún no está totalmente operativa.
Kira. Labrador, 1 año. Comprada, pues buscaban perro pequeño, ágil y con buen olfato, de línea de caza, para buscar dentro de las bodegas de autobuses y parques y alrededores sin personas.
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