Las unidades caninas
despiertan una ola de simpatía
hacia la Policía Local
La Unidad Canina del municipio costero de Salobreña ha levantado una ola de simpatía hacia los policías locales del municipio que “antes no teníamos”. Sus dos perros, Linda en servicio, y Xena en preparación, son las dos agentes favoritas, y aunque algunos salen corriendo como una “bala” cuando las ven, la mayoría se acerca y quiere tocarlas y hacerles carantoñas.
Por Emer IGLESIAS
La efectividad de un perro bien formado en la lucha contra el trapicheo o la existencia de estupefacientes en pequeños o grandes municipios es una de las principales características de las unidades caninas. En Salobreña además tiene otro efecto: la ola de simpatía de la población hacia los agentes locales que sin esta unidad canina ni la soñaban.
Desde que Linda comenzó a trabajar después del verano de 2019, la Policía Local ha levantado muchas más actas por estupefacientes, actas que antes correspondían prácticamente en su totalidad a la Guardia Civil. Linda, pastor alemán de línea checa de cinco años de edad, está preparada para detectar sustancias estupefacientes como cocaína, heroína, hachís, marihuana, derivados de la marihuana y el hachís y todos sus cortes. Y no falla.
Cuando llega su momento y recibe la orden de su guía, Prudencio Rubio, tarda pocos segundos en marcar de forma limpia dónde hay restos de estas drogas.
Tres agentes
La Unidad Canina de Salobreña está conformada por tres agentes, el policía local y guía de Linda y Xena, Prudencio Rubio y sus dos ayudantes Pedro Muñoz y Rafa Alors. “En una intervención, la perra marca a alguien y ya los compañeros directamente actúan, yo estoy al cuidado del trabajo de la perra y ellos, además de darme seguridad a mí y a la perra, realizan el control de la gente que porta sustancias para revisarla”, indica Prudencio a LADRIDOS.
Los tres conforman por convenio con el Ayuntamiento la Unidad Canina, pero el guía canino, el que da las órdenes a la perra, el que la controla y a quien obedece es a Prudencio. “El guía canino es él, la perra a quien le hace caso es a él. A nosotros no nos hace caso ninguno, está adiestrada para que solo obedezca a una persona. Interactuamos con ella, le ayudamos a hacer las búsquedas, que tiene que hacer casi a diario para que no pierda la rutina”, matiza Pedro Muñoz.
“Cada vez que entramos en turno lo que intentamos hacer es puntos calientes donde es posible que se consuma droga. Lo que más hemos hecho es alrededor de institutos, parques, estación de autobuses y requerimientos de algún vecino. En la playa ahora”, añade Rubio.
Los tres agentes tienen el mismo turno de trabajo, así cada que vez que el guía canino va con su perra a trabajar también lo hacen los otros dos policías locales, y la Unidad Canina se pone en marcha.
Desde que comenzaron a trabajar hace un año escaso, las cada vez es más difícil realizar actas. “Es un trabajo preventivo y disuasorio, la gente ya sabe que la perra no falla y deja de llevar droga. Cuando nos ven llegar algunos salen como una bala, se quitan de en medio”, relata el guía de Linda.
La pastor alemán vive en casa con Prudencio, es propiedad de él, y por convenio tiene el uso cedido al Ayuntamiento, cuando entra en trabajo pasa a ser responsabilidad municipal. El Consistorio cubre los gastos veterinarios, de pienso o alimentación además del seguro.
Siempre a la orden
La perra no busca si no le da la orden de buscar, el comando. No es que le llega el olor y se pone a buscar sola, hay que darle el comando de buscar. “La perra tiene que ir en obediencia, si no es un desgaste bestial. Tiene que ir independiente, y cuando le doy el comando de que trabaje, trabaja y tiene su juguete, su recompensa. Siempre se adiestran en positivo. Nunca en negativo. El perro tiene que trabajar porque me quiere agradar a mí y porque quiere su premio, jugamos con los instintos de caza, el juguete, es lo que más fuerte tiene el perro, el instinto”, relata Prudencio.
En verano la principal labor la realiza en la estación de autobuses por la noche y en las zonas más concurridas de noche. Con las temperaturas tan altas la perra apenas sale, “ahora sacarla tiene que ser que se pare un coche en un control y se piense que posiblemente lleve sustancias escondidas. Nos llaman y vamos”.
Durante el confinamiento Linda ha trabajado a mayor ritmo ya que ha habido mucha más presencia policial en la calle. “La perra ha trabajado más, en todos los controles estaba. Porque en el confinamiento la gente que vende tenía que trasladarse en vehículo, por las calles no se podía estar”, matiza Muñoz.
“El resto del año su labor es más preventiva. Se saca más a la perra en la puerta de los institutos, en parques, aunque no sea a requerimiento, no para buscar algo en concreto sino para que vean que está allí, es lo que más hace”, añade el agente Pedro.
Linda tiene una unión extrema con su guía. Donde no hay peligro busca suelta para que así tenga más independencia.
Suelta
“La perra busca el cono de olor, va venteando, si la llevo atada no busca, el sistema es marcaje lapa, es limpio, no causa daños ni a vehículos a personas”, desvela el guía canino.
Linda ya no está sola, ahora tiene una compañera, Xena, una pastor belga malinois de ocho meses que Prudencio está preparando desde los dos meses. “Busca más rápido, la estoy preparando yo. Siempre traigo las dos, pero únicamente salgo con Linda, Xena está en proyecto, le queda mucho, tengo que pulirla. Un mali tiene más fantasmas que un pastor alemán. Le estoy metiendo ya más obediencia. Siempre empiezo por las sustancias, de chiquitina, y luego ya obediencia. A la misma vez, más o menos. La perra tiene metidas las sustancias, pero hay que socializarla más con la gente, más escenarios. El confinamiento le ha pillado de pequeña y tiene un déficit de socialización, me va costar un poquito más”, según señala Prudencio Rubio.
Para entrenar, el guía de la Unidad Canina de Salobreña se une con guías de otras unidades caninas del cinturón de Granada. “Yo entreno con los compañeros de las demás unidades caninas. Somos como una familia, nos juntamos en el área metropolitana en Granada y hacemos nuestros entrenamientos. Aquí le hago búsquedas cortitas, para que estén motivadas”.
La unidad canina:
2 perras: Linda y Xena
3 agentes: Pruden, Pedro y Rafa