Si no quieres llevar el perro contigo no seas guía canino
No es de recibo que en pleno siglo XXI un agente de cuatro patas de las Fuerzas de Seguridad muera solo en una fría noche sin nadie que lo acompañe y ni siquiera lo pueda llevar hasta un veterinario.
Los perros de las Unidades Caninas deben ser tratados como un ser vivo, como un compañero más que trabaja codo con codo con los agentes humanos, a los que defiende con su vida si hace falta. Es totalmente inadmisible que su vida se desarrolle en una jaula, que pasen las noches solos metidos entre rejas en un recinto cerrado a cal y canto sin ninguna presencia humana, ni siquiera con un mínimo circuito de vigilancia.
Este mes hemos conocido la muerte de dos perros que llevaban años de servicio en la Guardia Urbana de Barcelona en condiciones inaceptables. Los dos sufrieron una torsión gástrica en la soledad de la noche y nadie pudo socorrerlos. Si bien es cierto que esta dolencia es de suma gravedad y tiene un alto porcentaje de mortalidad, una rápida intervención veterinaria puede salvar a los perros de morir inmersos en un fuerte dolor que no les deja ni respirar.
La solución para evitar estas desgracias no es que se aumenten los efectivos y haya vigilancia en unas perreras deficientes, como piden los sindicatos, sino que se debe caminar hacia que todos los perros vivan con sus guías en sus casas, que sean tratados como lo que son, seres sintientes que sufren en la soledad. Lo contrario hasta se debería considerar maltrato.
Muchos policías ya se deciden por esta opción y sus perros son sus compañeros desde el minuto uno. Además, trabajan para que sus compañeros también lo hagan y son tajantes: “si no quieres llevar el perro contigo no seas guía canino”.
La dejadez acaba con dos perros policías muertos en sus jaulas