De Extremadura al Polo Norte en bici con Siroco
Viajar libre por la naturaleza junto a un compañero canino es disfrutar de cada momento y saborear lo que aparece en cada recodo del camino. Es la decisión que tomó Antonio con Siroco y ahora están cerca de llegar al círculo polar ártico. Han recorrido más de 13.000 km por 24 países europeos pasando las cuatro estaciones meteorológicas
Por Miguel PELE
Antonio y Siroco volvieron a la senda con la idea de dar la vuelta a Europa. Salieron desde Hornachos (Badajoz) hace 15 meses, en los que “hemos recorrido más de 13.000 km, viajando por 24 países. En estos momentos estamos en Suecia, camino de Noruega donde nos espera una aventura de trabajo con mushers y huskies”, relata a LADRIDOS Antonio Gallardo.
En su primer viaje recorrieron por España más de 4.500 km, con un desnivel de montaña acumulado de más de 70.000 m. En esta ocasión, lo hizo en bici sin “ningún habitáculo para que Siroco se subiese, por lo que hizo todo el recorrido corriendo o caminando junto a mí”.
Gallardo volvió a su trabajo de fotoperiodismo y tras un año y medio, retomó la idea de seguir trabajando en remoto y viajando, pero a los tres meses “dejé mi trabajo y decidí dedicarme a mí mismo. Hago mis fotos, las revelo y las vendo y esa es ‘la gasolina’ de mis viajes”.
Siroco
El perro de Gallardo es un mestizo de border collie que adoptó con dos meses. Actualmente tiene casi 4 años, pesa 20 kg y goza de una excelente salud. Le encanta acompañar a su ‘dueño’, al que sigue en sus recorridos, unos ratos andando otros subido en el espacio reservado para él en la bicicleta. Durante este tiempo de andanzas no ha tenido ningún problema de salud, ni siquiera en las almohadillas a las que le coloca una crema especial para evitar rozaduras. Además, le proporciona la mejor alimentación posible, una buena hidratación y sus descansos y juegos.
Cuando realizan el recorrido por senderos de tierra, como el que hizo por nuestro país, por llanos o montañas, siempre iba suelto en 99% del trayecto, “porque yo he educado a Siroco para que estuviera libre y por eso va sin correa. España es un país muy potente en senderos, cañadas reales y vías verdes. Europa no es lo mismo. Por carretera ese porcentaje baja al 30 o 35%”. El tráfico y a que el suelo resulta más abrasivo para las almohadillas le llevó a construir una caja para llevarlo.
Al principio iba en la parte posterior de la bici, lo pasó a la parte delantera, con lo que ganó mucho el perro que estaba más en contacto con su él. Además, le compró unas gafas para que le protegiesen sus ojos. Si le da a elegir él “prefiere ir corriendo junto a la bici, si bien no se puede siempre. Lo que sí hago es planificar los recorridos para que él vaya suelto lo más posible”.
Siroco es un perro bastante fuerte y durante los viajes no ha sufrido ningún problema alimentario. Le intenta dar la mejor comida posible, aunque viajando por tantos países no siempre encuentra lo que busca. “Generalmente pienso tipo croqueta, de alto valor proteico puesto que gasta mucha energía y si no se puede pues otro que lo sustituya”.
Viajan y duermen en tienda de campaña y a lo largo de este viaje ha pasado por las cuatro estaciones, algo que a Siroco no le preocupa, pues está acostumbrado tanto al frío como al calor. Durante los meses de verano siempre ha buscado los valles con ríos y lagos donde abundase el agua en la que cada vez que puede se refresca. En el invierno intenta que se proteja dentro de la tienda, pero al perro le “gusta más dormir en el exterior, pues le encanta la lluvia, que lo reactiva, y jugar con la nieve”.
A la vuelta de su viaje pasa por un veterinario familiar y le realiza todas las pruebas pertinentes, desde análisis de sangre, radiografías… para estar seguro de que goza de buena salud y no tiene ningún tipo de lesión en sus extremidades.
El compañero
Para Gallardo, Siroco es su compañero de vida, con el que tiene una simbiosis en la que ambos se benefician hasta el punto de decir que son solo uno. “No lo considero una mascota, con connotación de inferioridad, tengo respeto hacia él, sé que tiene autoestima y capaz de todo”.
Como dato curioso, en dos ocasiones tienen el récord de haber recorrido 71 km cada jornada, algo que para la bicicleta es normal, pero para un perro supone una larga distancia. “Pero él no mostró signos de cansancio y al llegar al destino dedicó su tiempo libre a recorrer, oler o jugar con palos”, concluye Gallardo satisfecho de que su compañero de viaje esté así de feliz.
(Páginas 8 y 9)
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