La "centrifugadora" canina expulsa el agua y los insectos del pelo
Es prácticamente imposible evitar que un perro nos moje cuando sale del agua, ya que de manera instintiva se sacude retorciendo su torso de un lado a otro a velocidades de vértigo para quitarse de encima hasta la última gota de agua. Es una reacción en la que interviene su sistema neuronal, que gracias a unos receptores táctiles ahora descubiertos ha desarrollado en muchos mamíferos una especie de “centrifugado” que les ayuda a expulsar de su pelos tanto agua como insectos. Estas células junto a receptores táctiles crean un sistema que conecta la médula espinal con el cerebro y provoca el “centrifugado” de los perros para sacudirse el agua
Por Carlos XESTAL
No solo los perros, también otros mamíferos peludos realizan oscilaciones rápidas de su cuerpo, llamadas sacudidas de perro mojado, para eliminar el agua y los irritantes de la piel peluda de su espalda.
Es algo tan natural en ellos, que apenas nos preguntamos qué mecanismo es el que los lleva a realizar este movimiento, más lejos de sentirse incómodos por la humedad sobre su cuerpo.
Un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston, se ha puesto manos a la obra y ha descubierto en ratones que estas sacudidas que utilizan los animales con pelos para eliminar agua e irritantes de los pelos es un mecanismo perfectamente coordinado, desencadenado por la actividad de un receptor táctil de fibra C amielínicos (C-LTMR) acoplado a neuronas que conectan la médula espinal con el cerebro, diseñado para proteger
Esto funciona de manera muy sencilla, según los estudiosos. Cuando un perro nota algo en su piel que puede ser irritante, como una gota de agua o un insecto, estos receptores sensoriales especializados C-LTMR, también llamados mecanorreceptores de umbral bajo de la fibra C, se activan y desencadenan un reflejo instintivo de sacudida que ayuda a los mamíferos peludos a eliminar no solo agua, sino también insectos y otros elementos irritantes en lugares de difícil acceso.
Los mecanorreceptores son tan sensibles que se activan simplemente cuando algo causa que los pelos se plieguen, ya sea por el peso del agua o por un insecto que se desplaza por él.
“Su sistema táctil es tan complejo y rico que puede distinguir una gota de agua de un insecto que se arrastra o el tacto amable de un ser querido”, explica a los medios de comunicación, Kara Marshall, neurocientífica del Baylor College of Medicine en Houston, Texas.
Según la investigación realizada ahora y publicada en Nature y en Sciencie, se ha calculado que, gracias a este movimiento de “centrifugado”, los perros consiguen eliminar aproximadamente el 70% del agua de su pelaje en pocos segundos.
Velocidad de vértigo
Los perros logran sacudir sus cuerpos a una velocidad impresionante, de entre 4 y 5 veces por segundo, lo cual genera una alta fuerza centrífuga. Esta frecuencia permite que el movimiento sea suficientemente rápido para desalojar el agua, pero también está controlada para que no cause agotamiento muscular ni lesiones. Además, la flexibilidad de su columna vertebral permite que el torso gire de un lado al otro sin interrupciones ni riesgo de lesión.
Lo primero que sacuden es la cabeza y después su cuerpo. La flexibilidad de la columna permite que el movimiento de sacudida se propague de manera continua y la energía se desplace rápidamente en ondas hacia el resto del cuerpo. Esto genera un efecto de “latigazo” que aumenta la velocidad del movimiento centrífugo a medida que se transmite y permite expulsar el agua de zonas de más difícil acceso, como las patas o la cola.
Calor corporal
El agua en nuestras mascotas puede ser peligrosa para su salud. En el pelo mojado se pueden desarrollar numerosas bacterias y hongos además de que no hay que olvidar que el agua de zonas naturales suele contener patógenos. También puede desencadenar otros problemas como irritación, alergias o pérdida de calor corporal.
Este “centrifugado” que nos moja a los humanos sí o sí cuando estamos cerca de ellos, es especialmente eficiente en los perros de pelo largo o en entornos fríos. Aquí el agua se acumula en las capas internas y con la sacudida logran expulsarla de estas capas, previniendo además de la aparición de bacterias y hongos, la pérdida de su temperatura.
(Páginas 16 y 17)
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