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Nueva ayuda para adolescentes con bulimia o anorexia, comer junto a un perro 

 Comer con perros

Entre un 4,1 y 6,4% de las mujeres de nuestro país con edades de 12 a 21 años sufren anorexia o bulimia alguna vez en su vida. Ante estos preocupantes datos, cada vez se prueban nuevas técnicas para atajar un problema de salud que va en aumento. La última propuesta, la incorporación de perros en el momento de la ingesta de alimentos para contribuir a la disminución de los niveles de estrés en las adolescentes. Tras el estudio de la Universidad rey Juan Carlos con 32 pacientes del hospital Niño Jesús que demostró la eficacia de esta terapia en trastornos de la alimentación, ahora proponen que los animales acompañen a las adolescentes cuando comen

Por M. ARAMBARRI

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La presencia de animales de compañía en las terapias de salud mental, que mejoran la eficacia de los tratamientos, se usan en los últimos tiempos en lugares como hospitales y otros centros dedicados al tratamiento de salud mental o trastornos de comportamiento para solventar problemas como el estrés postraumático, la ansiedad o la depresión, así como trastornos de conducta como la hiperactividad o el espectro autista.
En 2022 una investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y el Hospital Niño Jesús, con el apoyo de Purina, confirmó la utilidad de la terapia con perros para pacientes con trastornos como la anorexia o la bulimia.
Según explicó la investigadora Beatriz Martínez, psiquiatra y coordinadora del Hospital de Día de Adolescentes del Servicio Psiquiatría y Psicología del Hospital Niño Jesús, un total de 32 pacientes participaron en el estudio. Se establecieron dos grupos. Uno de control, que seguía el funcionamiento diario del centro sin entrar en contacto con animales, y otro en el que se aplicó la terapia con perros.
La mejoría fue notablemente superior en el grupo que utilizó los perros sobre todo en aspectos como la desconfianza hacia los demás, los miedos con respecto a las sensaciones de su propio cuerpo, y el miedo a los cambios físicos. Además, se advirtió una mejora respecto a la composición corporal y peso del grupo de intervención, progresando un 0’6 tras las sesiones. También tuvo lugar una mejora de los vínculos familiares entre las pacientes del grupo de intervención.
Para llevar a cabo la investigación, se realizaron 24 sesiones semanales entre abril y diciembre de 2021, con una duración de 50 minutos. Las sesiones se llevaron a cabo por un psicólogo experto en Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), dos técnicos especialistas y dos perros. Las sesiones comenzaban dándose la bienvenida los pacientes y los perros mutuamente (5 min.), continuaban realizando ejercicios de adiestramiento de perros con el fin de en objetivos dirigidos la mejora de la salud tanto mental como física de los pacientes (40 min.), y finalizaban con una despedida (5 min.).

María Crivillé
Desde entonces, esta técnica forma parte de muchas terapias con buenos resultados. Un caso que saltó a los medios de comunicación a principios de este año, fue la situación vivida por María Crivillé, hija del mítico campeón de motos Alex Crivillé, quien gracias a la terapia con perros a través de la Fundación Affinity, consiguió superar sus problemas de bulimia que arrastraba desde el colegio y que le llevaron incluso a estar ingresada en hospitales en dos ocasiones.
Pero ahora se da un paso más en este tipo de terapias, y la investigadora de la Universidad de Jaén, Miriam Modrego Fernández propone, en su trabajo fin de máster sobre intervenciones asistidas con animales, una nueva fórmula para ayudar a las adolescentes que sufren este problema: la incorporación de perros en el momento de la ingesta de alimentos para contribuir a la disminución de sus niveles de estrés.
Mondrego plantea realizar esta investigación con una muestra de diez mujeres pacientes del centro de día de Citema (Madrid) en edades comprendidas entre 13 y 20 años afectadas por anorexia nerviosa.

Compañeros de comidas
“El objetivo principal de este estudio es comprobar si la interacción con perros durante la hora de las comidas reduce el malestar psicológico y el estrés asociado a la ingesta alimentaria en pacientes con anorexia nerviosa”, matiza.
La alumna del máster de la Universidad de Jaén indica que “tomando en consideración las características de la anorexia de rechazo de la alimentación y desnutrición por el miedo a la obesidad pudiendo verse alterada la percepción de la imagen corporal y que el tratamiento se basa en el establecimiento de líneas racionales de alimentación y la normalización del peso y del estado nutricional, resulta interesante promover una línea de investigación que facilite a las pacientes el momento de la ingesta de alimentos, ayudándolas a disminuir los niveles de estrés”.
Por este motivo, el trabajo tiene como fin comprobar si la interacción con perros durante la hora de las comidas reduce el malestar psicológico y el estrés asociado a la ingesta alimentaria en pacientes con anorexia nerviosa.

Estrés, ánimo y malestar
En concreto, se pretende comprobar si al interactuar las pacientes con los perros el estrés disminuye; así como verificar si se reduce el malestar psicológico subjetivo y se observa una mejora del estado de ánimo durante la ingesta alimentaria cuando las pacientes interactúan con el perro.
La investigación sería con estas diez pacientes afectadas por anorexia nerviosa que en la Unidad TCA cuentan con un programa que consiste en proporcionar un eje alimentario de desayuno-media mañana-comida, y comida-merienda-cena intercalado con terapias grupales, reposo, etc.

 

 

Para ello “deberán acudir al hospital de día de Citema de Madrid Moncloa, durante 5 semanas consecutivas a la 13.00 del mediodía. Las primeras dos semanas acudirán las profesionales sin perros, en las dos siguientes se introducirá a los perros, y la última será sin perros de nuevo. De esta manera, se podrá establecer una línea base durante las 2 primeras semanas, comprobar el impacto de la variable introducida las siguientes 2 semanas, y comprobar si el efecto continúa a medio plazo durante la última semana”, indica Modrego Fernández.
Si los resultados son positivos, esta terapia supondría “una aportación novedosa para el conocimiento científico”.

Los datos 
400.000  personas padecen algún trastorno de la conducta alimentaria
300.000  son chicas y chicos de entre 12 y 24 años
3.ª causa de enfermedad crónica en adolescentes
90% de los afectados son mujeres
6,4% de prevalencia entre la población femenina de 12 a 21 años

(Páginas 8 y 9)

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