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Si tu perro convulsiona, ten calma y no lo muevas

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Llega el buen tiempo y dueños y perros salen más al aire libre, con el consiguiente riesgo de que nuestros canes ingieran algo que no deben. Nos lo estamos pasando estupendo y de repente vemos que nuestro amigo de cuatro patas sufre una convulsión y entramos en pánico. Los expertos de AniCura Canido Clínica Veterinaria nos recomiendan intentar que no se golpee, minimizar los estímulos de luz y sonido y sobre todo no hacer cosas como intentar levantarlos o zarandearlos, echarles agua o taparlos con una manta. La veterinaria de AniCura Belén Pardo Prieto aconseja grabar al animal cuando convulsiona, aunque entiende que “el momento es complicado para pensar en eso”.

Por Emer IGLESIAS

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Lo primero que debemos hacer según Pardo es “mantener la calma a pesar de que la situación sea impactante”, es una de las mejores formas de ayudar a nuestro perro.

Evitar golpes
“Hay que intentar que no se lastime al golpearse, y por supuesto entrar en contacto con un veterinario lo antes posible”, matiza la doctora en declaraciones a LADRIDOS. Es cierto que a veces no tenemos un veterinario cerca, por lo que debemos evitar cosas como meterle la mano en la boca para retirar la lengua.
Aunque sea difícil mantener la calma en una situación así, es básico no querer levantarlos ni zarandearlos, ni echarles agua por encima, ni taparlos con alguna manta o similar. Ninguna de todas estas cosas “hará que el episodio de convulsión dure menos”.
Según esta experta es importante minimizar los estímulos de luz y sonido, que pueden ser perjudiciales para un perro que está sufriendo uno de estos ataques y de los que no conocemos la causa.
En general, “los perros pueden convulsionar por varios motivos pero los más comunes son por tóxicos, traumatismos, epilepsia, tumores cerebrales o enfermedades hepáticas y renales entre otros”, explica Pardo Prieto.
Por estos motivos lo fundamental es acudir lo más pronto posible a un veterinario, donde hagan un estudio en profundidad del animal para buscar el origen de este episodio.
Antes de que nuestro perro sufra una convulsión, puede haber algunos síntomas que nos indiquen la posibilidad de que va a llegar un ataque“, en la mayoría de los casos hay síntomas previos, suelen ponerse nerviosos y algunos incluso buscan al propietario, caminan de un lado para otro, babean, se relamen, jadean o gruñen”, nos indica la doctora de AniCura Canido Clínica Veterinaria.
En estos casos es importante observar bien al perro, ya que puede sufrir diferentes tipos de convulsiones. “Las más conocidas son las generalizadas donde todo el cuerpo está afectado y el perro suele orinarse/defecarse (suelen asociarse bastante a epilepsia). Pero también entran dentro de las convulsiones los temblores de la cara o movimientos repetidos de la cabeza o extremidades, pestañeos, espasmos. Estas se llaman parciales”, según Pardo.

BELEN PARDO PRIETO VETERINARIA

Vídeo
Otro de los consejos de Belén es grabar al perro cuando está en pleno ataque, ya que eso ayudará mucho al veterinario a la hora de hacer un diagnóstico, aunque reconoce que es algo difícil, “entiendo que en el momento puede ser algo complicado pensar en esto”.
Para hacer un diagnóstico correcto, las pruebas que realicen en la clínica son fundamentales. “Lo primero es una buena exploración física y una analítica completa pero para un diagnóstico definitivo muchas veces son necesarias pruebas de imagen como TAC, resonancia o ecografía abdominal”.
En cuanto a descifrar el origen de estas convulsiones o distinguir si ha sido debido a la ingesta de algún veneno o por epilepsia, por ejemplo, lo primero es una buena comunicación con el veterinario. “Lo que más nos ayuda a saber distinguir son las preguntas que hacemos al propietario, la edad del paciente y la historia. Por ejemplo, un cachorro que vive en una finca es más probable que convulsione por comer un tóxico que un perrito mayor que vive siempre en un piso”.

 

 

Análisis de sangre

Una vez con todos los datos en la mano, un análisis de sangre es el primer paso, ya que hasta el hecho de tener normal puede dar pistas. “En él se pueden ver alteraciones en los valores renales o hepáticos, por ejemplo, que nos pueden ayudar. Incluso que la analítica no tenga alteraciones es significativo”.
Uno de los grandes peligros en el campo para los perros son los venenos que se echan para los caracoles o las babosas, ya que sus síntomas suelen aparecer en minutos o pocas horas. También algunos tipos de insecticidas y herbicidas son muy peligrosos.
Si el animal ya tiene diagnosticada algún tipo de epilepsia, es importante anotar bien la frecuencia e intensidad de los ataques o evitar situaciones estresante.

(Páginas 14 y 15)

 

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