Dueños pasean a sus perros con semillas en mochilas agujereadas para reforestar una zona natural
Con una mochila agujereada sobre su lomo repleta de semillas, decenas de dueños de mascotas de la ciudad inglesa de Lewes, respondieron a la petición de Dylan Walker para pasear por un día con sus perros por la reserva natural urbana de Railway Land Wildlife Trust y recuperar zonas degradadas por los numerosos visitantes que recibe al año. El proyecto imita el comportamiento de estos animales casi extinguidos y esparce semillas en zonas degradadas por las pisadas de los visitantes
Por Carlos XESTAL
La idea de Walker fue convertir a los perros de los visitantes de su reserva natural en “lobos” por un día.
“Antes de que los lobos fueran perseguidos hasta su extinción en el Reino Unido alrededor de 1760, vagaban por grandes áreas, cubriendo normalmente 20 km o más cada noche. Mientras lo hacían, llevaban semillas de flores silvestres y pasto en su pelaje, que a menudo depositaban a muchos kilómetros de distancia para establecer nuevas colonias de plantas”, señala Dylan.
Por este motivo decidió preparar unas mochilas diseñadas especialmente para ello y se lanzó a realizar una convocatoria por las redes sociales a principios de marzo.
La respuesta no se hizo esperar, el 8 de marzo a las 13:30, día y hora fijada para la reunión, numerosos visitantes o vecinos de la localidad inglesa se presentaron en la Reserva Natural de Railway Land con sus perros para recibir una introducción del proyecto y probar los arneses con la mochila en sus mascotas.
Tras el encuentro, la semana siguiente fue un continuo ir y venir de perros en esta reserva urbana esparciendo semillas por una zona concreta. Ahora, siete meses después, ya se van viendo algunos efectos, aunque los verdaderos resultados se apreciarán la próxima primavera.
“Ya hemos comenzado a ver la germinación en algunas áreas, pero la mayoría de las semillas que han distribuido los perros son plantas perennes, que tardan un par de años en establecerse y florecer, así que esperamos que el año que viene veamos algunos resultados más claros”, matiza Walker.
Cada una de las mochilas contenía una mezcla de semillas de flores silvestres y arena, con agujeros que permiten que la mezcla caiga de la bolsa fácilmente al suelo mientras se mueven. “Mezclamos las semillas con arena no solo para ayudar a que las semillas lleguen más lejos, sino que también resulta muy útil para permitirnos rastrear dónde están depositando las semillas los perros”, dijo Walker.
“Estamos muy interesados en los procesos de recuperación de la naturaleza, pero a menudo implican la reintroducción de grandes herbívoros como bisontes o caballos salvajes. En una reserva natural urbana pequeña es muy difícil hacer esas cosas. Por eso, para reproducir el efecto que tienen esos animales en el ecosistema, nos propusimos utilizar la gran cantidad de paseadores de perros que visitan la reserva natural a diario”, matizó el responsable del proyecto.
Ante la buena respuesta de los dueños de perros para “caminar a la sombra de los antaños lobos”, el personal de la reserva pidió a los propietarios que no equipasen a sus mascotas con sus propias mochilas, sino que solo participasen en el proyecto con las entregadas a la entrada del parque natural. ““Ha sido una experiencia muy alegre. Los paseadores de perros locales han sido muy serviciales y han tenido una actitud positiva con respecto al proyecto. Han ayudado a proteger y mejorar nuestra reserva natural. Los paseadores de perros suelen recibir mala prensa cuando caminan por el campo, así que estamos muy contentos de contar una historia en la que los perros y sus dueños son los protagonistas”.
Cressida Murray, propietaria de un perro que participó en el proyecto, dijo: “Me inscribí porque me pareció que era una buena opción. Me pidieron que le pusiera un arnés a mi cocker spaniel color chocolate llamado Bertie y él empezó a correr por ahí esparciendo semillas como solían hacer los lobos hace muchos años”.
El proyecto ha sido financiado por Ouse Valley Climate Action y se ha puesto a prueba en una pequeña zona de bosque degradado que anteriormente no tenía vegetación. Tras el éxito de la prueba, se espera que pueda implementarse de forma más amplia el año próximo.Dos hermanas y tres border, pioneros en Chile en 2017
Sólo en enero de 2017 casi 3.000 incendios asolaron Chile, se perdieron alrededor de 550.000 hectáreas, el fuego se cobró once vidas, arrasó pueblos enteros, destruyó más de mil viviendas y los damnificados rozaron los 4.000. La región más afectada fue Maule donde se destruyó el 50% de los bosques de una especie de árbol endémico de Chile, el Ruil, en peligro crítico de extinción. A los ocho meses del desastre, comenzó a brotar pequeña vegetación con la ayuda de tres border que esparcieron semillas entre las cenizas. Las hermanas Francisca y Constanza Torres se lanzaron a colaborar ayudando a los bomberos. “En un primer momento todo fue entregar ayuda inmediata pero luego cambió”, señaló Francisca a LADRIDOS. “Decidimos llevar a Das, la mayor de nuestros border, para probar su desempeño, logrando abarcar más distancia y terrenos casi inaccesibles; luego llevamos a las otras dos”, matizó Francisca.
El método fue sencillo: los tres bordes llevaban alforjas sobre su cuerpo llenas de semillas con unos agujeros que caían mientras corrían y saltaban. El entrenamiento comenzó el día uno con “una estimulación temprana, luego con obediencia básica hasta la avanzada con control de estímulos para la seguridad de los otros anímales. Deben responder a nuestra llamada sin importar quién o qué aparece en la salida y focalizarse en nuestras órdenes”, nos explica Francisca que es entrenadora de perros de asistencia y diplomada en terapia asistida con animales.
Los datos
20 km solían recorrer los lobos cada noche
7 meses después se ven algunos brotes
(Páginas 36 y 37)
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