Los países no se ponen de acuerdo sobre los perros de ayuda
De asistencia, de compañía, de apoyo escolar, de apoyo emocional, de instalación, de servicio, de compañía calificado, de terapia o de visita, son términos repartidos por el mundo que agudizan la falta de procedimientos de certificación y ponen en peligro el bienestar animal
La nomenclatura utilizada para describir a los animales de apoyo a las personas es muy confusa y no está unificada por países. El mismo término puede usarse para diferentes tipos de trabajo o la misma función del perro puede definirse con distintas palabras.
Por Carlos XESTAL
Ante este caos, 137 investigadores expertos en antrozoología de todo el mundo se han puesto manos a la obra y han elaborado una especie de guía en la que indican cómo debe denominarse en todos los países a cada perro, en función de su trabajo.
Esta guía es una base fundamental para que las legislaciones de cada rincón del planeta establezcan unas normas bajo las mismas premisas tanto de protección al animal, como sobre los estándares de capacitación para cada trabajo específico. Se pretende acabar con el caos actual, donde en muchos países se pone un calificativo a estos animales sin que apenas nadie sepa ni lo que hace, ni qué entrenamiento tiene, ni si ha sido certificado o no, ni siquiera si existe quién lo certifique o si ha pasado algún periodo de formación específica.
Según señalan los investigadores en su estudio, “en los últimos años, los animales han sido reclutados cada vez más para personas que tienen necesidades de apoyo específicas o se encuentran en posiciones vulnerables o marginadas, con roles que incluyen, entre otros, animales que viven con una persona con discapacidad y la ayudan, que trabajan en entornos terapéuticos o de aprendizaje para beneficiar a clientes/pacientes/estudiantes, que visitan instalaciones residenciales para mejorar el bienestar de los residentes, o visitan escuelas para mejorar los resultados de aprendizaje de los niños y los que viven con una persona que tiene una condición de salud mental diagnosticada y la apoyan”.
En su investigación publicada en el Número Especial ‘Décimo Aniversario de los Animales’ del prestigioso compendio de revistas científicas MDPI, los investigadores (ninguno de España) de 19 países repartidos por los cinco continentes, insisten en que “esta falta de claridad puede causar confusión tanto con respecto a la función del trabajo real del animal, cómo si se otorgan protecciones legales al propietario/cuidador del animal o sobre los estándares de capacitación implícitos de cada trabajo”.
Para ello crearon definiciones para nueve roles caninos, todos ellos utilizados en algún país: “animal de asistencia”, “animal de compañía”, “animal de apoyo escolar/educativo”, “animal de apoyo emocional”, “animal de instalación”, “animal de servicio”, “animal de compañía calificado”, “animal de terapia” y “animal de visita”.
Como primero de todo, reducen la lista a siete porque piden la supresión gradual de los términos “animal de compañía calificado” y “animal de servicio”, porque son similares a otros términos. Y matizan que “este documento define los roles de los animales que brindan apoyo a las personas. Para los estándares de práctica asociados con cada rol, es extremadamente importante que las organizaciones e individuos busquen y se adhieran a los estándares profesionales para el país y la disciplina individual en la que ejercen”.
Ante el hecho de que, además, suelen faltar autoridades legales que supervisen el proceso de acreditación, el entrenamiento y el seguimiento de estos perros de apoyo, estas definiciones unificadas en todos los países deben ayudar a que los responsables elaboren o adapten cuanto antes sus estándares de capacitación exigibles a estos perros, y a los que los profesionales se deben atener para certificar a su animal.
Las crisis mundiales actuales tienen efectos acumulativos y dan lugar a un aumento significativo de enfermedades que necesitan apoyo. Los deberes de los perros de asistencia o de servicio se han diversificado para ayudar y apoyar a las personas con desafíos físicos, mentales y/o emocionales.
Esta misma opinión señalan investigadores de la Universidad Veterinaria de Viena en un estudio publicado este mes bajo el título “los desafíos de implementar perros de asistencia en la atención de la salud mental humana”.
“A pesar del creciente interés en los perros que ayudan a sus dueños con una enfermedad mental como el trastorno de estrés postraumático, la depresión o el autismo, algunos problemas, como el uso inconsistente de la terminología y la variabilidad o falta de procedimientos de certificación entre países, siguen sin resolverse”.
El trabajo, dirigido por Sandra Foltin y Lisa María Glenk, enfatiza “la necesidad de procedimientos estrictos en la legislación, certificación, capacitación de las tareas deseadas y prácticas de gestión del bienestar animal para estos perros”.
“A pesar de su rápido aumento en la última década, lo cierto es que estos animales son un grupo versátil de perros de trabajo que están entrenados o son competentes para ayudar a los humanos con diferentes tipos de discapacidad”, matizan.
Las investigadoras concluyen que “la falta de terminología y la definición carecen de claridad lo que junto a la ausencia de autoridades legales que supervisen el proceso de acreditación, afectan a la cuestión de las protecciones legales a los perros y pone en riesgo su bienestar”.
De asistencia
Realiza al menos una tarea o comportamiento identificable para ayudar a una persona con una discapacidad a mitigar los impactos de esa discapacidad. Es entrenado con un alto estándar de comportamiento e higiene para acceder a espacios públicos prohibidos para otro animales.
De compañía
Sin capacitación laboral especializada. La relación humano-animal, es el beneficio.
De apoyo escolar
Trabaja en entornos educativos, participa en programas o servicios estructurados y dirigidos a objetivos, con resultados de naturaleza educativa. El trabajo debe ser supervisado por un educador o pedagogo.
De apoyo emocional
Vive con una persona con discapacidad y le brinda un beneficio emocional y/o apoyo, que confirma un profesional de la salud calificado apropiado.
De compañía habilidoso
Entrenados para ayudar a una persona individual con una discapacidad con un alto estándar de comportamiento e higiene apropiados para acceder a espacios públicos que generalmente están fuera del alcance de animales, pero que son manejados por un facilitador en lugar de la persona con discapacidad.
De terapia
Se incluye en el trabajo de un profesional de la salud calificado en la provisión de un tratamiento. No debe ser considerado el terapeuta; en cambio, las interacciones con el animal se incorporan al trabajo de un profesional calificado para ofrecer un beneficio terapéutico para el cliente.
Visitante
De compañía con características adecuadas (tranquilos, comportamiento y niveles de actividad apropiados y amigables) y están entrenados para ir con voluntarios a las instalaciones (por ejemplo, hospitales, centros de cuidado de ancianos y escuelas).
De instalación
(se pide eliminar)
Entrenado para trabajar en una instalación particular (p. ej., un hospital o escuela) o contexto (p. ej., entornos legales) Se pide eliminarlo gradualmente y usar términos más específicos.
De servicio
(se pide eliminar)
Sinónimo de “animal de asistencia” especialmente cuando se refiere a perros que trabajan en funciones de asistencia para personas con discapacidad. Tener dos términos para referirse al mismo concepto es confuso.
(Páginas 38 y 39)
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