Caminar hacia la esterilización, pero con matices y libertad
La senda de la esterilización obligatoria de todos los cachorros antes de ser vendidos, cedidos o donados es un camino peligroso si no se hace con matices y se toman una medidas complementarias. Que hay que atajar la sangrante cifra de abandonos en nuestro país, que nos sitúa a la cabeza de Europa, es indiscutible. Como también es imprescindible legislar en favor del bienestar animal para acabar con un maltrato gratuito sin apenas consecuencias para el delincuente.
Pero realizar normas o proyectos de ley sin testar correctamente la situación del mundo canino y obcecarse en una esterilización temprana como único remedio a un problema de fondo de falta de concienciación animal, es buscar soluciones populistas que aseguran un nicho de votos pero dejan a muchas de nuestras mascotas indefensas.
Medidas como la anunciada en estas páginas por Sergio García, de esterilizar a todos los ejemplares de un sexo cuando convivan juntos en la misma casa machos y hembras, resulta cuando menos sorprendente. No sabemos si llegaremos a conocer en qué informe, de los muchos que llegan a la Dirección de los Animales, se incluye y si quien ha tenido tan “brillante” idea destapará su autoría.
Lo que sí es cierto, es que los perros de pura raza no son los enemigos de los mestizos que llenan refugios y perreras. Unos y otros deben convivir en los hogares donde sean elegidos por las familias, que deben ser, en coordinación con su veterinario, las que decidan la castración de sus animales, analizando cachorro por cachorro, como indican las tendencias de las últimas investigaciones científicas. Las razas son un patrimonio cultural y genético y así lo ha reconocido Canarias al iniciar el camino a su declaración. El trabajo de los criadores con una selección concienzuda de décadas alejando enfermedades y buscando comportamientos adecuados es el camino a unas mascotas sanas y felices integradas en los hogares españoles, donde ya hay más perros que niños. Un camino que pasa por erradicar el maltrato animal con penas duras y efectivas. De lo contrario el panorama no cambiará, con perros esterilizados o no.