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Perros en prisión:

no hay escondite que se escape

carceles

Tras el fin del estado de alarma y la vuelta a una normalidad diferente, los perros entrenados han retornado a las cárceles españolas para dejar a cero el trapicheo y la existencia de estupefacientes en los centros penitenciarios. Seis unidades caninas revisan hasta un total de 13 prisiones y son el terror de una parte de los casi 56.000 internos que están privados de libertad.

Por Carlos XESTAL

 

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El programa de Instituciones Penitenciarias puesto en marcha en forma de proyecto piloto en 2018 en la cárcel de Burgos, que refuerza la labor preventiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se ha extendido ya a otras 12 prisiones, aunque por el momento solo hay seis unidades caninas, algunas de las cuales cubren otros centros cercanos.

Los seis funcionarios seleccionados a través de una convocatoria pública y formados para trabajar como guías caninos proceden de las prisiones de Madrid III, Burgos, Huelva, Puerto II (Puerto de Santa María), Sevilla I y Algeciras.

Tras realizar el curso “Guías caninos y adiestramiento de perros detectores de drogas y estupefacientes para Policía Local. Curso básico” en la Escuela de Policía Local, Villa de los Barrios” desde septiembre hasta enero de este año, a principios de febrero incorporaron sus respectivos perros a su trabajo.

Aunque la Covid-19 paralizó el mundo, la desescalada ha llevado la normalidad al trabajo de estos perros preparados para captar hachís, marihuana, cocaína, heroína y anfetaminas y también han sido adiestrados para captar la metadona, según señalan a LADRIDOS, desde Instituciones Penitenciarias.

El objetivo de incorporar unidades caninas en las cárceles es mejorar las condiciones de salud de los internos a través de un mayor control y vigilancia que lleve a la reducción de la oferta de la droga en los centros penitenciarios; la reducción de la mortalidad y de las intoxicaciones en los mismos o a  realizar los controles con métodos menos “agresivos” que los tradicionales dado que los perros no deterioran ni desordenan nada frente a los cacheos  que traen como consecuencia múltiples quejas de los internos.

El uso de perros también ofrece mayor seguridad y garantía ante medidas como la aplicación de Rayos X a los internos, observación de celdas o cacheos integrales, etc.

Para hacer este trabajo, los binomios se han entrenado en el sistema denominado “marcaje lapa”, método de adiestramiento para los perros detectores pasivos de drogas y estupefacientes creado por Javier Macho Martín. Esta técnica consiste en que el perro al detectar la sustancia la marcará mirando al lugar donde se encuentre, a la vez que la toca con la trufa o con la boca sin morderla en ningún caso, y se sienta o se tumba. Si estuviese en algún lugar oculto, como suele ser en las prisiones, el can marcará el lugar por sale el olor.

Sin respuesta a provocaciones

Ante la peculiaridad de estos centros, los perros están adiestrados para ser totalmente pasivos, incluso si su guía es atacado por uno de los presos.  “No tienen ni el más mínimo gesto de agresividad hacia las personas, aunque éstas les provoquen o agredan, incluso a sus guías, pudiendo llegar a mostrar indiferencia hacia las personas que generen esta situación asegurando que estos perros no ocasionen accidentes de mordidas indeseadas”, señalan desde Instituciones Penitenciarias.

Estas “vacantes” de guía canino en cárceles son exclusivamente para funcionarios. “La selección del personal se produce en una convocatoria pública, dirigida a los funcionarios de Vigilancia I y II (funcionarios de vigilancia y encargados de departamento). Los solicitantes pueden acreditar en la instancia los méritos que creyeren disponer relativos a cursos de guías caninos y todos aquellos relacionados con actividades o conocimientos cinológicos”, matizan.

El organismo tiene previsto duplicar durante este año las seis unidades caninas actuales, que cubren el total de 13 prisiones. En concreto, la Unidad Canina de Burgos con sus dos belga malinois cubre también las prisiones de León, Dueñas y Soria; la de Sevilla I también la cárcel de Sevilla II; el binomio de Puerto II los centros de Puerto I y Puerto III; y la de Huelva se desplaza a Badajoz. Madrid III y Algeciras solo cubren su prisión.

La Escuela de la Policía Local ofreció los seis perros que fueron entrenados junto con los funcionarios en este primer curso. Según Instituciones Penitenciarias los perros pueden ser adquiridos por la Administración, pero también pueden ser donados a la institución y pasan a ser propiedad suya, o si lo aporta el propio guía funcionario éste sigue siendo el dueño, pero cede el uso a Instituciones Penitenciarias para el desempeño de las funciones que le son propias

Población reclusa:

Andalucía: 12.943 

Aragón: 1.828

 Asturias: 1.061

 Baleares: 1.467

C. A. Ceuta:  365

C. A. Melilla:  233

Canarias: 3.157

Cantabria: 557

C.-La Mancha: 1.649

Castilla y León:   3.451

Cataluña: 7.926

C. Valenciana: 6.218

Extremadura: 966

Galicia: 3.039

La Rioja: 296

Madrid: 7.306

Murcia: 1.669

Navarra: 307

País Vasco:   1.263

Total: 55.701

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