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Cómo saber si mi gato pelea o juega, la ciencia lo explica

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Muchas veces no sabemos discernir si nuestros gatos están jugando o hay pelea entre ellos. Puede parecer que están a la gresca cuando en realidad se llevan bien y los separamos de forma injustificada. ¿Cómo saber si se trata de un combate? Los estudiosos lo explican. Cachorros, jóvenes y adultos, todos interactúan entre sí, a veces de manera lúdica y en otras marcando distancias

Por E. MUÑOZ

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Esta situación se quiso comprobar en la Universidad de Medicina Veterinaria y Farmacia en Košice, Eslovaquia estudiando a 165 casos de vídeos domésticos (63) o tomados de YouTube (102), en los que se etiquetó a los contendientes en tres grupos: juguetones, intermedios o agonísticos. En el primero de los casos, el de los juguetones, se apreció una lucha recíproca, mientras que en los agonísticos predominaban los maullidos, bufidos y persecuciones. El grupo intermedio tenía actitudes de ambos grupos, pero predominaban más los intercambios interactivos.
La pregunta mayoritaria de los dueños es si realmente es un juego o se trata de una pelea. Pero para ello, según se aclara en dicho estudio, habría que prestar atención a cómo es la comunicación vocal y olfativa entre los gatos y cómo señalan su estado con la cola, con el pelo erizado y el lomo arqueado. Pero si hablamos de colonias felinas, además entra en juego otro componente: la propia organización jerárquica de las mismas.
Algunos propietarios creen que el conflicto entre gatos es una característica normal o inevitable del hogar con varios gatos, y pueden percibir erróneamente los comportamientos conflictivos como una forma de juego entre gatos y, por lo tanto, no informar a los profesionales del comportamiento. Pero el juego del gato es diferente si trata a otro semejante como un objeto y solo disfruta uno, de aquel que en el que el juego es recíproco.
El estudio
Para el estudio se fueron buscando vídeos en la Red y otros domésticos en los que interactuasen varios gatos, descartando aquellos en los que solo había uno que jugaba con objetos. Tras la selección, se creó catálogo con seis categorías de comportamiento, en las que se incluía lucha, persecución, ruidos, inmovilidad… Primero un grupo vio los vídeos y tomó anotaciones de los mismos. Luego llegó el turno al segundo grupo, que hizo lo mismo para confirmar los resultados. Así ya no solo se trata de seis categorías, sino de doce al contarse la misma vista por dos grupos diferentes.
Del total de 165 vídeos se obtuvieron 250 eventos, de los que 114 cumplieron los criterios de inclusión para un análisis de comportamiento adicional. Otros fueron eliminados por falta de sonido en el mismo.
Los resultados sugieren que existe esa triple interacción anteriormente mencionada, en las que se cree que el juego entre los gatos puede ser mutuo, pero también desequilibrado, por ejemplo, cuando uno de ellos considera al otro su presa o cuando un gato no desea jugar más, en cuyo caso puede responder con agresividad a su hasta ahora compañero de juegos.
De estos tres tipos de interacción, el más descrito por los expertos es el que se caracteriza por la vocalización (maullido amenazadores y bufidos), la persecución, interactividad recurrente e inactividad prolongada. También se registraron las posturas medio sentadas o agachadas de los gatos, que miraban fijamente desde su posición inmóvil y que lleva irremediablemente al conflicto entre ambos. También los movimientos de la cola y las orejas, que en este estudio no fueron registrados y que se dejaron pendientes para estudios posteriores, al igual que una clasificación más refinada de los sonidos emitidos.
Además, en el estudio se refleja que la lucha libre no fue una característica significativa de que los gatos están jugando ni que sea un indicador de diversión. Esto sí ocurre con los cachorros, pues sí forma parte de su juego, aumentando significativamente desde las 4 a las 12 semanas, lo que sugiere que el juego de los adultos puede diferir del juego de los gatitos en otras características de comportamiento.

Conclusión
El estudio concluye que las interacciones de los gatos se consideran en tres grupos: lúdica, intermedia y agonística. Los gatos jóvenes luchan, pero no vocalizan, por lo que lo más probable es que estén jugando. Pero cuando la inactividad es prolongada hay vocalización y persecución. También reconoce que las interacciones pueden diferir de un día a otro, incluso dentro del mismo día, por lo que un solo incidente no predice mala relación.
Los gatos que viven juntos tienden a saludarse con las orejas erguidas, suelen frotarse o acicalarse juntos. Al tratarse de aspectos generales pueden dar pistas valiosas a los propietarios para detectar signos de tensión entre gatos en sus primeras etapas y si fuese el caso, acudir pronto a un profesional del comportamiento.

Los datos
4-12 semanas es la edad en que aumenta el juego en los cachorros
165 Vídeos analizados, 63 de particulares y 102 tomados de You Tube
250 eventos de los que se seleccionaron 114 y descartaron los que no tenían sonido

(Páginas 34 y 35)

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