"Los perros guía tienen que aprender
a desobedecer de forma inteligente"
El adiestramiento de los perros que son guías insustituibles de las personas con discapacidad visual es de los más díficiles que existen porque el perro tiene que rechazar una cantidad ingente de estímulos que un entrenamiento no puede soportar al 100%, reconoce Eloy Aranda, instructor desde hace más de 20 años, a LADRIDOS. Ha introducido el clicker como herramienta y los resultados son palpables.
Por Emer IGLESIAS
-El trabajo de los perros de ONCE tiene mucho reconocimiento. ¿Cuántos años lleva en este desempeño?
-Comencé con perros guía en 1988, antes trabajaba con perros de publicidad y cine. Me formé en Inglaterra durante tres años y medio. Presentamos el proyecto en 1991 a la ONCE y en 1993 marché a EE.UU. un par de años hasta el 96, y hasta la fecha.
-¿Cómo es su trabajo con estos perros?
-Bastante peculiar, único, hay que aunar comportamientos para los cuales el perro no ha nacido. Es el trabajo menos instintivo, te da la oportunidad de explorar muchos procesos cognitivos. Porque al animal hay que enseñarle una serie de procedimientos encadenados. Posteriormente hay que pedirle una dosis de creatividad y de toma de iniciativa. Es muy desafiante al trabajar con distintas razas y luego emparejarlas con diferentes perfiles a nivel humano.
-¿Qué tipo de adiestramiento usa?
-A través del tiempo hemos trabajado de varias formas, desde un adiestramiento más tradicional hasta ahora que lo hacemos con clicker. Luego tenemos que difuminar el clicker y que el comportamiento siga sólido no sólo con el adiestrador sino con la persona que vaya a estar.
-¿En qué se diferencia este entrenamiento?
-La única diferencia es que la prueba de trabajo para un perro guía es el día a día en la calle. No tiene nada que ver con el ámbito deportivo, donde la seguridad de una persona no está en peligro. Con un perro guía la prueba de fuego es todos los días y con una persona que no está especializada en utilizar esa herramienta de movilidad que es un perro guía. Los comportamientos deben estar muy bien definidos. El perro no debe pensar en comida, debe pensar en su comportamiento. El adiestramiento debe estar muy cerrado a la hora de entregarlo a su guía.
-¿Cuántos perros guías pasaron ya por sus manos?
-Unos 250; diez por año más o menos. No sólo son los que entrenamos, también hacemos seguimientos cada dos años. Son muchos más los perros que he tratado.
-¿Todos acaban como guía de una persona con ceguera?
-No todos los perros tienen las cualidades temperamentales como para abordar este tipo de entrenamiento; es un trabajo poco instintivo. Nos basamos en unos valores que tenemos estructurados y en función de la posibilidad o negatividad, o más alta sensibilidad vamos forjando a ese animal. Muchos no pueden dar ese rendimiento porque no tienen un cuadro temperamental proclive para este trabajo, mientras que para otros trabajos más instintivos sí son válidos.
-¿Qué siente cuando uno no llega a ser guía?
-Dos cosas: una que hay seguir evolucionando y aprendiendo en esa profesión y la otra que eres parte de una cadena de entrenamiento y quizás el sujeto no era válido; en los dos casos es una pequeña frustración que te propulsa a mejorar. Al introducir el clicker hemos logrado eliminar algunos rechazos por ser perros demasiado sensibles y al final sí que sirven para cubrir las necesidades de perso- nas que están esperando un perro guía. Esto nos ayuda a continuar mejorando. Estamos desarrollando un poco más la cognición porque los perros guías van a trabajar con personas que no tienen ni un diez por ciento de las técnicas que normalmente se usan para controlar a los perros porque son visuales. Se necesita una robustez de comportamiento creado bastante fiable como para poder lanzar ese perro a la sociedad, que funcione y durante muchos años, porque el vínculo afectivo es muy fuerte, es la piedra angular que va a mover todo esto. Tiene que haber un sistema de entrenamiento por encima que haga funcionar ese vínculo y el propio sistema para no tener problemas de seguridad.
-¿Cuánto tiempo dura la preparación y adiestramiento?
-Son varias fases. Comienza con la socialización de los valores temperamentales del cachorro. Tiene que dar trabajos muy buenos como perro guía, pero además tiene que dar seguridad y confianza a la persona a través del arnés. Son unos 14 meses para un labrador y 16 para los pastor alemán para que templen su carácter.
-¿Dónde adiestran?
-En las instalaciones de la escuela en Madrid, en Boadilla del Monte, adiestramos los patrones básicos de comportamiento, donde trabajamos unos determinados parámetros antes de empezar a extrapolarlos a la calle. Tenemos una distribución de entornos, desde más tranquilos a más complejos. El proceso no podemos contaminarlo con demasiado ruido o estímulos visuales. Primero el perro debe enfocarse en los parámetros que queremos desarrollar y cuando tome cierta conciencia de lo que le estamos pidiendo ya podemos empezar a contaminarlo con los entornos. Lo que entrena al perro es el medio que le rodea. El obstáculo es un estímulo respuesta al final del día. Yo por mucho que quiera enseñar al perro que me tiene que obedecer a mí, tiene que aprender la “desobediencia inteligente”. Si todo en el entorno es correcto, el perro tiene que obedecer a la persona que va al final del arnés, pero en el momento que hay un conflicto al perro a lo que hay que enseñarle es que rechace las órdenes aprendidas, porque a veces una persona ciega puede equivocarse a la hora de hacer una valoración de lo que está ocurriendo delante de ella. En el día a día, el can tiene que contravenir la orden que le está dando la persona ciega para responder más al entorno y evitar los peligros.
-¿Los perros van a toda España; acaban en cualquier punto de la geografia española?
-Tenemos distribuido Madrid por zonas, vamos aumentando el grado de presión por parte de las zonas hasta que el proceso de desobediencia inteligente queda proyectado a la mayoría de áreas de trabajo. Cuando el perro empiece a generalizar las diferentes zonas de la Comunidad de Madrid es cuando ya puede empezar a trabajar en otra comunidad.
-¿Como es el encuentro del perro guía con el invidente?
-Es un encuentro muy emocionante, me sigue poniendo los pelos de punta, porque son situaciones únicas, hay mucha emotividad y mucha expectativa por parte de la persona ciega. Hay que tener en cuenta que un persona ciega puede estar esperando entre tres años y tres años y medio por un perro. Toda esa emoción puede romper por cualquier lado cuando se hace la entrega del perro el primer día. Sigue siendo una situación bastante única porque el trabajo de la escuela culmina en la entrega del perro.
"Una persona ciega puede esperar por un perro entre tres y tres años y medio"
-¿Qué tipo de problemas son los más comunes en este tipo de adiestramiento?
-Siempre vienen por las áreas instintivas, en las que el perro tiene que estar midiéndose constantemente. Por ejemplo distracciones con perros, con la comida, comportamiento basurero, la distracción que provoca la gente. El público piensa que el animal es más resolutivo de lo que realmente es. En lugar de llevar los perros atados los llevan sueltos, atenta contra la libertad restringida de un perro guía que va con arnés, se le exige demasiado al perro guía, tiene que rechazar una cantidad ingente de estímulos en el medio que realmente un adiestramiento no puede sostenerlo al 100%. Como son cuestiones de índole instintiva necesitamos perros con un instinto de caza, presa, territorialidad y agresión muy bajo, pero que por otra parte tengan robustez y solidez temperamental para poder acometer la presión que exige un mundo cada vez más complejo.
-¿Qué seguimiento hacen cuando están en su nueva vida?
-Son varios. Postcurso: al terminar el curso de adaptación con la unidad en Madrid vamos al domicilio de la persona durante varios días y se desarrolla de una forma más localizada el aprendizaje en el nuevo entorno; es un seguimiento personalizado; Rutinario: cada dos años seguimos a todas las unidades; hay en torno a 1.060 perros en España y hay que verlos. Los animales no dejan de ser de nuestra propiedad, desde que nacen hasta que fallecen; Investigación: Si se recibe alguna denuncia, por maltrato por ejemplo, hacemos seguimientos presenciales para comprobar este extremo.
-¿Cómo es con las personas sordo-ciegas?
-Los perros guías es una labor social de la ONCE para con sus afiliados, que también tiene una fundación de ayuda a las personas sordo-ciegas. Y pueden tener derecho a tener un perro guía. Trabajamos con la pluridiscapacidad. En otros países se están empezando a preparar a perros para personas que van en silla de ruedas y además son ciegas. Eso es un desafío muy grande. En Reino Unido y en San Francisco, hay escuelas que han preparado alguno de estos perros. Cuando salen uno o dos de estos perros las peticiones crecen en progresión geométrica. Tiene un elevado grado de complejidad, lleva un doble entrenamiento. Tiene que ser un perro guía y de servicio. El usuario tiene que hacer los dos cursos. Hacen faltan unos perros muy templados y muy específicos.
-En la Fundación, donde usted ha colaborado en la formación de instructores de perros guía, ¿cuántos instructores hay?
-Somos 11 instructores y cuatro entrenadores. Primero los adiestradores trabajan, cuando el cachorro tiene entre ocho y diez semanas, con el equipamiento y pautas básicas de trabajo. En el entrenamiento avanzado intervenimos los instructores de movilidad que nos encargamos de hacer el refuerzo del trabajo y después la fase avanzada de instrucción.
-¿Cuántos perros suelen formar a la vez, o cada uno sigue un proceso diferente?
-Ahora mismo hay seis perros en entrenamiento, algunos van más avanzados que otros. Hay tres que acaban de entrar en curso, y a la vez hay un remanente que o sigue con ellos un compañero o se envían a casa de los educadores para que sigan expuestos al entorno donde van a trabajar posteriormente que es la ciudad. La media es unos 6 perros por instructor.
-¿Qué razas o tipo de perro son las más apropiados para ser guías de invidentes?
-El buque insignia aquí es el labrador retriever. Es el que da mejores resultados por el carácter que tiene, la adaptabilidad a cambios, rutinas, personas, entornos. Golden retriever trabajamos pero mucho menos, porque es complicado encontrarlos. Los pastores alemanes nos funcionan muy bien pero hay que templar mucho la carga instintiva de pastoreo que tienen.También hacemos un cruce entre labrador y golden retriever, que nos da unos sujetos muy interesantes ya que el golden le quita al labrador bastante brutalidad que tiene de forma intrínseca y además aporta la parte de terquedad que nosotros vamos reconduciendo hacia las áreas de trabajo que nos interesan. Últimamente estamos probando, a modo experimental, con labrador cruzado con caniche poodle. Este cruce saca un pelo bastante hipoalergénico para las personas que tienen o conviven con alguien que tiene asma o alergias. La capacidad del aprendizaje del caniche es elevadísima, aunque es un sujeto más excitable, más receloso ante determinados estímulos, y aportándole la parte labrador a nivel genético logramos sacar sujetos más o menos estables para poder acometer este tipo de entrenamiento.
-En su currículum consta que colabora con la Federación Europea de Perros Guía desde su formación en 2008. ¿Qué diferencias observa en los Perros Guía con los países de nuestro entorno?
-Más que diferencias en los entrenamientos son diferencias en los manejos muchas veces. Por encima de la europea está la Federación Internacional de perros Guías, que es la que marca los estándares de trabajo. Cada cinco años todas las escuelas tienen que pasar unos controles bastantes exhaustivos, a nivel de infraestructuras, formas de trabajo, programas de formación, animales…etc. Los usuarios son muy diferentes. El español tiene un alto nivel de movilidad gracias al trabajo de ONCE durante muchos años, con muchas actividades como deporte, que en otros países no se hacen. Hay que buscar perros muy operativos.
- Y por último, aparte de en la ONCE es usted Instructor Formador de la Fundación Bocalan del Perro de Ayuda Social, ¿Cómo es aquí su trabajo?
-Es diferente. Llevo 16 años colaborando en varios parámetros: complemento programa de formación de perros de asistencia con charlas de lo que es el perro guía; también doy solidez al programa de formación de monitores de formación canina, de los que hoy algunos son campeones. Por último, apoyo programas de formación que tiene en el extranjero.