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¡NO TE LA PIERDAS!

Se requiere de mucha paciencia durante los primeros días de convivencia

gato y perro

 

La convivencia entre perros y gatos, pese a lo que nos cuentan las películas y tendemos a pensar por desconocimiento, no solo es posible, sino que puede llegar a ser maravillosa.

Por Almudena NEGRO

 

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Recuerda que el perro proviene del lobo y el gato del felino. El lobo vive en manada, el otro es independiente. Por eso el gato huye del perro, aunque su físico sea más amenazante cuando se enfada. Y es que el gato puede llegar a hacer mucho daño al perro, que tiende a acaparar todo el territorio sin reparar en si está “ocupado”, si se enfada con él. Por otra parte, el perro tiene inteligencia social, mientras que el gato pasa de todo. Pero esto no quiere decir que no puedan llegar a entenderse y hasta a quererse.
Por otra parte, el periodo de socialización de los gatos se da entre las dos y siete semanas de vida y entre los perros entre las tres y doce semanas. Lo que no quiere decir que no sea posible la adaptación a edades más avanzadas. Si tu gato ya ha tenido contacto con perros o tu perro con gatos, la cosa es mucho más sencilla. Cuanto más joven sea tu gatito, más fácil le resultará entablar relación con un perro y viceversa. Pero ten en cuenta su carácter: si tu gato es tímido, no te conviene adoptar un perro muy activo por muy mono que te parezca.
Para que no haya problemas entre gato y perro es importante que ambos tengan cubiertas todas sus necesidades fundamentales. Te propongo que antes de meter al perro en casa lleves a tu gato o a tu perro a casa de algún amigo en el que ya convivan las dos especies, para que se percate de que es posible la convivencia.
El nuevo es un gato
Si el que llega nuevo a casa es un gato, tienes que tener en cuenta cómo son estos animales. Llegará estresado, porque todo es nuevo para él. Incluso tú. Así que lo ideal es poner su transportín en una habitación pequeña, como el cuarto de baño. Allí habrás preparado previamente el comedero, bebedero y arenero, su camita, sus juguetes, el rascador… Abre la puerta del transportín y déjalo que explore el cuarto para que pierda el miedo. Esto te puede llevar varios días. No pasa nada. Una vez que se haya acostumbrado a la habitación y a ti, amplía su espacio. Permítele salir de la habitación y que poco a poco vaya conociendo el resto de la casa. Eso sí, ten previsto que tenga escapatoria, a ser posible en altura, por si se asusta a causa de algún ruido o vete tú a saber qué. Es el momento de cambiar de lugar sus pertenencias. Lo ideal es que el comedero y bebedero del gato estén ubicados en altura, para que pueda comer tranquilo. Al contrario que los perros, los gatos se administran perfectamente la comida. Esa misma comida que tu perro engulliría de un trago si pudiera.

El nuevo es un perro
Pero si quien llega nuevo a casa es un perro, ojo al gato, que es un animal territorial y a veces con mala uva. Lo ideal es que el perro, el primer día, esté tranquilo y atado con la correa. Puedes llevarle al gato un empapador con la orina del perro para que se vaya haciendo al olor, y viceversa. O la mantita sobre la que duerme, por ejemplo. Lo ideal es que el perro, al principio, esté en un área delimitada de la casa y que el gato sea el único con acceso a toda la vivienda. Así el felino decidirá a qué ritmo se aproxima a su nuevo amigo. Poco a poco, cuando veas que no hay problema entre ellos, puedes ir ampliando el espacio del perro, para el que también habrás comprado juguetes. Tienes que dividir entre ambos tu cariño, como si fueran niños, para que el uno no se cele del otro. Es importante que el primero que estaba en casa no pierda sus privilegios. Y mantener la calma, pase lo que pase. Utiliza los refuerzos positivos, las recompensas, para irlos educando. Ármate de paciencia. Déjalos a su ritmo.
Hasta que se conozcan bien y sepas que son amigos, vigila cada vez que interactúan entre ellos. Te recomiendo que adiestres a tu perro para que cuanto antes atienda a algunas órdenes básicas.
Si sigues estas indicaciones, verás que ambos, poco a poco, se irán haciendo amigos. Jugarán juntos y se harán inseparables. Ninguno de ellos volverá a estar solo cuando tú te vayas a trabajar. Hasta es posible que el gato se recueste entre las patas del perro para dormir.
Porque, ¿quién dijo aquello de llevarse como perro y gato?

Los datos

6,7 millones de perros hay en España como mascotas
3,8 millones de gatos hay en España como mascotas
 (Páginas 34 y 35)

¿Por qué duerme tanto mi gato?

El amor de tu gato es salud para ti

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