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Investigadores demuestran que distinguen el húngaro del español

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Nuestros perros están inmersos constantemente en nuestras conversaciones, incluso cuando no hablamos con ellos. Numerosos estudios han demostrado que son capaces de reconocer sin problema hasta unas 200 palabras. Ahora los estudiosos han dado un paso y más y aseguran que también son capaces de distinguir diferentes idiomas.

Por Carlos XESTAL

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Todos los propietarios de perros, con mayor o menor frecuencia, suelen hablar con su perro. Además de darles las órdenes necesarias, no es extraño dedicarles frases enteras, explicaciones sobre algún hecho puntual, elogios con largos párrafos, e incluso “mantener” conversaciones sobre cómo nos fue el día.
Pero la pregunta sobrevuela. ¿realmente nos entienden? Diversas investigaciones con resonancias magnéticas para detectar la actividad cerebral de los perros han concluido que los perros son capaces de distinguir sin problema, tras un aprendizaje, hasta unas 200 palabras, así como los sonidos humanos de los no humanos.
Nuestras voces y nuestro tono son fácilmente reconocibles por ellos. Si hay varias personas hablando, la voz de su dueño resuena para los perros casi cómo música celestial y la distinguen entre todas.
Que a nuestro perro solo le falta hablar es una frase muy pronunciada por los dueños, y en realidad, es un deseo que prácticamente todos tienen. Que las personas somos seres sociales y necesitamos comunicarnos es algo obvio. También los perros, desde su domesticación, necesitan vivir y comunicarse con los humanos.
Llegar a entenderlos no es fácil, porque ellos no se comunican como nosotros, que prácticamente centramos todo en el habla. Aún así los investigadores están muy enfrascados en descubrir qué son capaces de entender de nuestro lenguaje y hasta dónde.
Una investigación realizada en el Departamento de Etología de la Universidad de Budapest se propuso investigar la actividad en los cerebros caninos cuando los perros escuchaban un idioma que no conocían. En su trabajo fue crucial la presencia de la investigadora mexicana Laura Cuaya con su perro Kun-Kun, los dos de “habla” hispana frente a sus compañeros nativos húngaros.
Entonces, Cuaya y los científicos en su laboratorio reclutaron a 18 perros, incluido el suyo, y los entrenaron para que se quedaran quietos en una máquina de resonancia magnética para un escáner cerebral. Había seis border collies, cinco golden retrievers, dos pastores australianos, un cocker spaniel y cuatro perros mestizos. Todos adultos de entre 3 y 11 años. Dos de los perros estaban familiarizados con el español y los otros participantes estaban familiarizados con el húngaro.
Durante la resonancia escucharon grabaciones del clásico “El Principito”, tanto en español como en húngaro, en unos tonos de voz agradables para los perros, así como grabaciones que no se parecían en nada al habla humana.
Los científicos observaron si los perros podían distinguir el habla de cualquier tipo de la no habla. Y podían. Esto indica simplemente que los perros puedan notar la diferencia entre los sonidos naturales y los no naturales.
A continuación, los científicos compararon los escáneres cerebrales de cuando los perros escucharon un idioma familiar con uno desconocido. Y aquí llegó la sorpresa: los perros podían notar la diferencia, esta vez en un área diferente del cerebro conocida como la corteza auditiva secundaria. Ambas regiones del cerebro están ubicadas dentro de la corteza temporal, y los investigadores plantean la hipótesis de que los perros procesen el habla en dos pasos. La corteza auditiva primaria determina si un sonido es habla o no; luego, la corteza auditiva secundaria les dice a los perros si este es un idioma que reconocen.
Es sorprendente pensar que los perros puedan distinguir el húngaro del español, especialmente a partir de palabras con las que probablemente no estén familiarizados. Después de todo, los pasajes de El Principito probablemente no estaban salpicados de “siéntate”, “quédate” y “pata”. Sorprendentemente, los perros son el primer animal no humano en mostrar esta capacidad para distinguir entre idiomas. Y lo hicieron espontáneamente. No se requirió capacitación.
Entre sus conclusiones indican que “En conclusión, demostramos que el cerebro del perro tiene la capacidad de detectar la naturalidad del habla y distinguir entre idiomas, y demostramos que estos procesos están respaldados por diferentes regiones corticales. La detección del habla en perros puede estar respaldada por la sensibilidad de la corteza auditiva (incluida la corteza auditiva primaria bilateral) a la naturalidad de la señal acústica, en lugar de por los procesos neuronales sintonizados para el habla, como en los humanos. Sin embargo, la mayor sensibilidad auditiva de los perros de cabeza más larga a la naturalidad del habla indica diferencias entre razas en el procesamiento de señales auditivas humanas”.

Patrones neuronales

Según los investigadores, surgen distintos patrones neuronales en los perros cuando escuchan diferentes idiomas, uno familiar y uno desconocido, incluso si los dos pertenecen a la misma clase rítmica. Se desconoce si los perros también pueden discriminar entre dos idiomas desconocidos. La capacidad del cerebro de los perros para distinguir entre idiomas de la misma clase rítmica refleja la capacidad de extraer regularidades auditivas específicas de un idioma determinado.

Los datos
18 perros participaron en el estudio, dos criados en el idioma español y el resto en el húngaro
6 border collie
5 golden retriever
2 pastores australianos
1 cocker spaniel
4 mestizos

(Páginas 36 y 37)

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