Meki, el perro que rastrea fugas en tuberías subterráneas
Las fugas de gas o petróleo, además de que cuestan miles de dólares a las empresas, pueden producir graves accidentes con cuantiosos muertos. Un perro detector es capaz de prevenir estos siniestros. La empresa belga The Sniffers lleva 30 años ofreciendo el servicio de detección de fugas en tuberías por rincones del mundo entero a través de perros rastreadores. Meki, el pastor alemán que trabaja con su guía Luc, es especialista en detectar las fugas en la etapa más temprana posible para evitar tanto la contaminación del suelo como un trágico accidente.
Por Carlos XESTAL
The Sniffers tiene varios perros detectores que localizan fugas de gas y petróleo en tuberías subterráneas, así como tomas ilegales o cortocircuitos casi imposibles de detectar con otros sistemas, aunque sean muy sofisticados.
Desde 1991 esta empresa apostó por los canes como medio para marcar de forma rápida, precisa y eficiente estas fugas. “Los perros identifican las ubicaciones exactas de las fugas, incluso en entornos rurales y áreas de difícil acceso donde puede resultar complicado utilizar equipos de medición”, indican desde la empresa.
En los 30 años que llevan realizando este servicio diferentes canes han pasado por sus manos. En la actualidad uno de ellos es Meki, un impresionante pastor alemán que ya sabe lo que es viajar a lugares recónditos del planeta en busca de tuberías con escapes.
Una de sus últimas salidas fue a Singapur a petición de la empresa ExxonMobil Asia Pacific Pte Ltd, (EMAPPL), en busca de fugas en conductos enterrados, fundamentalmente en los cruces de las largas “carreteras” de tuberías.
En Singapur, ExxonMobil tiene su refinería más grande del mundo, que con una capacidad de unos 592.000 barriles por día ha surgido de la unión de las antiguas refinerías, la de Mobil y la de Esoo, conectadas por grandes canalizaciones, donde controlar las fugas es necesario para permitir operaciones fluidas y sin riesgos.
La planta produce una variedad de combustibles, aceites base para lubricantes industriales y automotrices y aromáticos que se comercializan tanto en Singapur como se exportan a países de Asia-Pacífico.
La localización de posibles fugas con precisión en los cruces de las carreteras subterráneas es un reto y una pesadilla para la compañía, lo que les llevó a buscar novedosos métodos para solucionar la cuestión. Exxon se puso en contacto con The Sniffers y le expuso su problema de tener que lidiar con estas fugas.
Desafío
“Fue un desafío para nosotros encontrar una forma precisa y eficiente de evaluar la integridad de las tuberías que están solo muy localmente bajo tierra, por ejemplo, en los cruces de carreteras. El equipo de medición tenía demasiadas limitaciones, por lo que tuvimos que buscar otro método”, dice Tiow Wee Teck de Exxon.
El guía de Meki, Luc, se puso enseguida en marcha y buscó la manera, no sin complicaciones, de poder viajar desde Balen, en Bélgica, hasta Singapur. “Fue todo un desafío transportar Meki a Singapur, pero gracias al impulso y el entusiasmo de todos los involucrados en este proyecto lo hicimos un éxito”.
Otro inconveniente que este binomio tuvo que soportar fueron las altas temperaturas del asfalto. Antes de comenzar el trabajo, “el equipo le proporcionó a Meki calcetines para proteger sus patas”.
Aunque en un principio el contrato con Meki era para trabajar una semana y otra adicional, finalmente, el proyecto se prolongó a un total de cuatro semanas debido a los grandes resultados positivos del perro, que detectaba fugas casi a diario en las infraestructuras de Oxxon.
El representante de ExxonMobil Asia Pacific Pte Ltd, Eugene Lee, mostró su satisfacción por el éxito del pastor alemán: “Podríamos haber intentado localizar las fugas con equipo de medición, pero no habría sido tan eficiente y preciso como con el perro rastreador. Además, queríamos que Meki evaluara más de 10 composiciones de productos diferentes y eso definitivamente habría sido lento y desafiante con los equipos de medición”.
Lee hizo hincapié en que sin saber exactamente el lugar de una fuga, es imposible comenzar con excavaciones, que además suponen una gran inversión. “También debemos estar seguros de la ubicación de posibles fugas antes de comenzar una costosa excavación. La capacidad de nivel de detección de PPB de Meki fue la solución ideal”.
Por su parte, Kristof Verwaest, director de operaciones de la división de oleoductos de The Sniffers, remarcó que “la alta sensibilidad del olfato de los perros rastreadores es incomparable a los instrumentos de medición disponibles. La capacidad de detección por millón de unidades del equipo limita el rastreo de pequeñas fugas en tuberías subterráneas, mientras que la capacidad de olfateo hasta por mil millones de unidades permite identificar pequeñas fugas de gas o petróleo en una tubería”.
Antelación
“Meses antes de que se detecte una fuga un rastreo de perros ya la habría identificado, y así se pueden reparar de inmediato antes de que se produzca la contaminación del suelo o una exposición de seguridad grave”, matiza Kristof.
Tampoco hay que olvidar que la agilidad y movilidad de los perros les permite llegar a sitios casi imposible para los equipos técnicos. “Casi todas las tuberías subterráneas son accesibles para perros rastreadores. La movilidad de un can lleva su nariz por encima de las tuberías en áreas rurales, a través de bosques, cruzando montañas, pasando por campos con vegetación densa y en sitios petroquímicos complejos. Muchos de los equipos de medición no se pueden utilizar en estas circunstancias”.
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