¿Qué perro trabaja mejor, el que vive en casa con el policía o el que se queda en jaulas al acabar su jornada?
Las Fuerzas de Seguridad tienen distintas formas de mantener y cuidar a los perros de sus Unidades Caninas. Mientras que unas policías los entrenan una o dos horas al día y el resto permanecen en cheniles (jaulas), otros guías tienen una dedicación plena a sus canes que viven en su hogar con ellos. A pesar de años de reivindicación, la Policía Nacional sigue convocando concursos en busca de sitios donde dejar a sus perros en guarda y custodia porque no van a las casas de sus guías
Por Emer IGLESIAS
En la mayoría de los controles policiales es habitual encontrar a un agente que va acompañado por un perro. Da igual que sea de tráfico parando un vehículo, en un almacén buscando estupefacientes o intentando detectar armas o billetes de curso legal. Pero no todos los perros responden igual, unos son capaces de hacer muchas actas y otros trabajan más pausados.
Siempre se dijo que hay rivalidad entre los distintos Cuerpos de Seguridad del Estado, y algo de verdad tiene. En el mundo canino, también. Cada vez más perros trabajan con sus guías policiales, pero el trato que reciben es muy diferente de unos a otros.
Para empezar, muchos de estos guías son los dueños de los perros que ceden su uso a su Unidad policial, y gracias a esto, que además es superbeneficioso para los animales, han conseguido constituir su Unidad Canina y existir. Muchos otros, sobre todo de los cuerpos grandes como Policía Nacional o policías locales de ciudades como Madrid o Barcelona, cuando acaban su horario de trabajo marchan a casa y dejan a su can en los cheniles habilitados para ello.
Un botón de muestra es el concurso público convocado por la Dirección General de la Policía Nacional en julio para “contratar los servicios de estancia, guarda y custodia de los canes de la Unidad de Guías Caninos de la Comisaría Provincial de Málaga”, en concreto para atender a un máximo de 35 perros, por un total de 246.985 euros, repartidos en tres anualidades de 2023 a 2025.
Un contrato igual al que ha publicado Policía Nacional también en la Plataforma de Contratación del Sector Público el mismo mes para contratar un servicio similar para 25 perros en su Jefatura de Valencia, por un total de 196.020 euros. Esta licitación en búsqueda de lugares para los perros se da la circunstancia de que es repetición de una realizada en febrero y que se declaró desierta al no presentar oferta ni una sola empresa.
Contratar estos servicios donde guardar los perros de la Policía Nacional en lugar de que sean propiedad de los agentes y vayan a sus casas con ellos, no solo va en detrimento de la economía de las Fuerzas de Seguridad, que tendrán que recortar sí o sí en otros aspectos, sino que perjudica y mucho el trabajo de los agentes de cuatro patas.
Donación, no cesión
La forma en que son considerados los perros en Policía Nacional es una vieja reivindicación de muchos guías caninos, ya que el fondo del problema proviene del propio Estatuto que obliga a que los perros propiedad de un guía deben ser donados al Cuerpo para poder trabajar como agentes, lo que significa que el policía pierde automáticamente casi todos los derechos sobre su perro.
“Habría que cambiar el estatuto y crear la posibilidad de que los perros que uno compra puedan ser de cesión, no de donación. Yo cedo el perro y una vez que me vaya, porque ascienda o deje de ser guía canino, el perro se vendría conmigo. Eso debería de existir”, indica a LADRIDOS, José Calixto, policía nacional guía canino y secretario provincial del sindicato policial Jupol.
Una vez que el perro es donado, el guía canino pierde sus derechos e incluso sus obligaciones sobre el can, algo que se podría solucionar si existiese la figura de la cesión, como ya se hace en muchas policías locales.
Policías locales, 24 horas
La mayoría de agentes municipales de nuestro país tienen dedicación a sus perros las 24 horas del día, viven con ellos, los mantienen, los cuidan y los entrenan, y lo más importante, son de su propiedad, cuyo uso ceden al Ayuntamiento para el que trabajan.
¿Esto significa que son más eficientes en su trabajo? Aunque en un principio no tenía por qué ser así, la realidad es que los policías municipales insisten en que sí. “Nosotros estamos todo el día con ellos, los cuidamos, los formamos, siempre está listo, nos juntamos muchos para hacer formaciones, un sistema que redunda en el bienestar del perro y en su trabajo, desde luego, y todo a costa de nuestro tiempo y esfuerzo económico”, afirman a LADRIDOS diferentes agentes locales que han pasado por nuestras páginas.
Excepción que confirma la regla
El policía y guía canino Pedro Yagüe es un icono en la Policía Nacional. Sus cinco perros trabajan, viven y viajan con él a todas partes. “El hecho de que tu perro de trabajo viva contigo, además de las comodidades, hace que el vínculo y la complicidad entre los dos sea mucho más fuerte, lo que repercute en una mejor operatividad en el trabajo”, indica Yagüe a LADRIDOS, que matiza que “Ningún perro que por circunstancias de su guía o del propio perro no viva con él, está perfectamente atendido cuando el guía no está”.
Pedro Yagüe que lleva 25 años de policía y 14 como guía canino, siempre ha tenido a los perros con él. “Los que han sido adquiridos por la Policía en cuanto me los han asignado han entrado a formar parte de la manada/familia. Del resto se puede decir que casi han nacido en casa”, añade.
Para este policía nacional, “pasar más tiempo juntos hace que guía y perro se conozcan mejor, facilitando que el perro entienda lo que quiere el guía de él y ayudando al guía a entender mejor a su perro. Además, da la opción al perro de realizar otro tipo de actividades distintas a la actividad policial”.
Yagüe les ofrece lo que necesitan una vez que han terminado su jornada de trabajo.
(Páginas 38 y 39)