La posición de la cola es un libro abierto sobre tu gato
Para equilibrarse, para dar información de su estado de ánimo, para marcar territorio, recta, curvada, erizada… la cola gatuna siempre está activa en función de sus necesidades o de lo que quiere transmitir. Cumple una función vital en los gatos, a los que nacen sin ella la genética les da más funcionalidad a sus patas
Por E. MUÑOZ
En expresiones se escucha aquello de “buscarle los tres o cinco pies al gato”. Todos sabemos que en realidad son cuatro, pero ese error puede provenir de la sombra que proyecta el gato, simplemente contando sus cinco extremidades. Y esta última, que no es pata, la cola o rabo, es la que hoy nos trae aquí.
Todo en el gato es armonía, todo está diseñado para que la velocidad, la agilidad y cualquier habilidad de las muchas que tienen los mininos provengan de la coordinación de estos cinco miembros. Porque la cola también tiene sus funciones y bastante importantes.
Vayamos por partes
La cola tiene una gran función para los movimientos ágiles, sobre todo, en los saltos. Aquí es donde los gatos usan su extremidad posterior para equilibrarse, antes, durante y después del salto. En ellos es como el timón del barco, lo usan para ayudarse en los giros, para mantener la dirección y corregir los cambios que realicen en la persecución de las presas.
Esto es en el suelo, pero en las alturas también, pues les ayuda a mantener el equilibrio y evitar las caídas, pero si esto ocurre la cola ayuda también a voltearse en dirección opuesta al resto del cuerpo y caer de pie.
Pero la cola no solo es funcional para el movimiento. Existen numerosos gestos que les sirven para comunicarse con sus congéneres o con sus dueños. A veces, tumbado lo vemos mover la cola con alegría, sintiéndose feliz con su situación. Incluso puede ocurrir que lo haga durmiendo. ¿Estará soñando?
Levantar la cola o agitarla puede significar nerviosismo por su parte, si la arquea y se le pone erizada, cuidado, ni se te ocurra acercarte o tocarlo. Eso mismo entienden los otros gatos. Cuando hay peleas territoriales arquean el lomo y erizan todo lo que pueden su pelo para parecer más grandes e intimidar al posible adversario.
También la usan como instrumento para marcar su territorio, sobre todo los machos, que levantan su cola, estiran las extremidades superiores y expulsan su orina sobre la pared, el tronco o cualquier objeto para que sus congéneres sepan que allí encontrarán adversario o un macho con el que aparearse.
En el caso que la cola vaya baja, casi arrastrando, indica que hay inseguridad o incluso miedo, llegando a colocarla entre sus patas traseras y agachando la parte posterior del cuerpo.
Pero no todo van a ser peleas. También otros muchos gestos que indican alegría, como levantar y arquear la cola mientras nos rozan las piernas. Si lo hacen ante un desconocido le están pidiendo confianza y a la vez que le den mimos. Si es con su dueño, está claro que tenéis una estupenda relación y confianza mutua. Igual hacen entre ellos, cuando mantienen relación de cordialidad, ronronean, alzan y entrecruzan sus colas, incluso formando el famoso corazón de los enamorados.
Queda claro que tanto los movimientos de la cola como el pelo del lomo y la cola nos van a dar una información interesante del estado de ánimo en el que se encuentra nuestra mascota o eventualmente, el gato con el que nos crucemos. Entender este lenguaje nos puede ayudar a evitar sorpresas y tomar la decisión correcta de acercarnos o irnos amigablemente para evitar la pelea.
Sin cola
Volviendo lo que decíamos, aunque son poco frecuentes, también hay algunas razas de gatos que nacen sin cola. Claro, eso implica que no pueden usarla para comunicarse ni para que les sirva de timón. Pero la genética les da lo que la cola les quita, así que tienen las extremidades algo más largas para compensar.
Las dos razas más conocidas son los manx y los cymric. De la primera raza cuenta la leyenda que perdió su cola cuando Noé lo subió a su arca y al cerrar la puerta se la cortó accidentalmente, en este caso, hasta dejarlo sin nada de cola. Si estás acostumbrado a ver gatos con cola, este te llamará la atención, porque parece más corto y redondeado.
Los cymric son unos derivados de la raza manx, con el pelo más largo y un aspecto más redondeado aun, lo que les da un aspecto más esponjoso y llamativo. Ese pelaje deberá tener unos cuidados especiales, cepillándolo a menudo para evitar que se le formen nudos. Además, cuentan con un poco de rabo, lo que les hace parecer conejos grandes.
El motivo por el que estos gatos nacen sin cola tiene dos vertientes. Una es su factor genético determinante, que le hará nacer con unas condiciones físicas ya predefinidas. La otra opción es que se trate de una mutación y que posteriormente el ser humano haga una cría selectiva para perpetuar estos cambios.
Con cola o sin ella, ambos son perfectas mascotas para vivir en compañía de los humanos.
(Páginas 34 y 35)