Sheyla arrebatará la luz al dios del brillo en el trofeo de mondioring más emblemático del panorama español
Da igual que sea primavera cuando el Trofeo Sheyla se celebre en la escuela canina de Los Guardianes, Barcelona. El ambiente navideño inundará la colina donde aquella rapaciña vivió los mejores momentos de su vida y se niega a abandonar. Este año nos traerá el retorno de la luz que los celtas agradecían con el fuego de un tronco de Yule en el solsticio de invierno. Vuelve el trofeo más emblemático del calendario español de mondioring
Por Emer IGLESIAS
Los celtas celebraban la festividad del Yule, el solsticio de invierno, la noche del 21 al 22 de diciembre para agradecer el retorno de la luz. Esa noche, el momento de más oscuridad del año, daba paso a que el Rey Acebo gobernase en decadencia hasta que el Rey Roble le arrebatase la corona en la época de luz, cuando la vida y el calor recobran el protagonismo.
La tradición del pueblo celta en la fiesta de Yule consistía en quemar un enorme tronco prendiéndole fuego antes de la puesta de sol de la noche del veintiuno al veintidós. Debía permanecer ardiendo durante toda esta noche, la más larga del año, hasta que el sol volviese a salir. Los restos del tronco se guardaban para prender el tronco del siguiente año.
Sheyla, la protagonista del Trofeo de los Guardianes, se hundió en la oscuridad en junio de 2008, pero fiel a su espíritu infinito en el que nunca existieron límites, decidió vivir en una luz brillante que sobrevuela no solo la escuela de Los Guardianes, también el mundo del mondioring y los perros de cualquier rincón del mundo.
En el cielo en el que vive 17 años ya, es compañera de camino del dios conocido como Baelisto, (de algo me sonaba M Bass) el ‘que más brilla’ y por ende patrón del solsticio de invierno, con quien comparte luz y reflejos, y al que Sheyla acaba haciendo sombra para bajar año tras año hasta Los Guardianes.
Su misión es velar por los perros, por todos, no solo por los que trabajan, por los que tienen el cariño de una familia, por los que están solos o por aquellos que, con tantas leyes sinsentido, tienen un futuro incierto, también por los que un día disfrutaron marcharon en busca del Yule para sentir el calor de la luz.
Ninguno se escapa de su regazo, ninguno se pierde con esa luz que desprende arrebatada en un toma y daca a Baelisto, ninguno se despide del mundo con dolor porque saben que ella los espera con juego, coraje y pasión.
Sheyla, al igual que Baelisto, simboliza la luz, y conmemorar su vida, aquellos cortos años que dejaron huérfanos a sus seres queridos, es un brillo que todos sienten al llegar a Los Guardianes.
Sus amigos, su familia, los que la conocieron a través de los Trofeos Sheyla que año tras año se esmera en organizar el centro canino de Jean Paul Correa de la mano de Marga Dernoncourt, tienen una cita ineludible este año con el solsticio de invierno el 29 y 30 de marzo en Olesa de Montserrat. Ese día, se pasará de la luz a la oscuridad, de las nieblas al brillo del fuego de un gran tronco que iluminará y dará fuerza a los mejores perros de mondioring de este país.
El tema: espíritu de Navidad, que desde LADRIDOS, con influencia celta, nos hemos tomado la licencia de transformarlo en la fiesta de Yule que daba comienzo a las celebraciones navideñas en el mundo germánico, y que posteriormente fue heredada por los celtas.
No sabemos, a dos meses vista, con qué cuento navideño nos sorprenderá Sheyla. En realidad nadie lo sabe, yo creo que ni ella, ahora más distraída en ‘engañar’ de alguna manera a Baelisto para no perder el trono de ser la estrella más brillante del firmamento.
Da igual el cuento por el que se decida, seguro que ni le preocupa, sin duda será protagonizado por una jauría de perros que desde hace casi dos décadas bailan a su alrededor en busca de esa luz y calor que se comenzó a vislumbrar en el solsticio de invierno.
Los datos
XIV trofeo de mondioring en honor a Sheyla
31 perros participaron en la edición anterior
(Páginas 18 y 19)
Sheyla se funde con Alicia del país de las Maravillas en Los Guardianes