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Parásitos que provocan enfermedades o, al menos, molestias

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Por fuera podemos verlos o no. Si los ves puedes quitarlos. Los que están dentro del gato solo pueden verse en las heces. En ambos casos los parásitos producen dolencias leves, moderadas o graves, dependiendo si es en la piel, en el oído o en intestino y corazón. Se recomienda revención y observación. Pulgas y garrapatas, también gusanos, lombrices y tenias. Todos estos parásitos pueden dañar al gato y a las personas con las que conviva

Por E. MUÑOZ

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Llegó la primavera con clima más agradable y con ella el renacimiento de la naturaleza aletargada por el frío. Nuestros gatos caseros, sobre todo si salen al jardín, tendrán contacto con todos los insectos que pululan por las plantas, entre ellos los parásitos. Puede que los gatos no salgan, pero sí que hay hogares donde conviven con perros y estos deben salir a pasear y a hacer sus necesidades.
En nuestro país, por su situación geográfica y la temperatura y humedad, las pulgas son más abundantes en primavera y verano. A diferencia de las chinches, que suelen proliferar más en invierno, son estos meses primaverales o veraniegos en los que van a desarrollar más su actividad. Eso no implica bajar la guardia en los meses fríos, porque insectos hay todo el año.
Ahora hay que extremar las precauciones sobre todo si vemos a nuestro minino rascarse más de la cuenta, tiene ronchas en la piel, hay pérdida de pelo dejando calvas y se muestra inquieto; además, prestar atención si pierde peso, tiene vómitos frecuentes o diarreas e incluso si se frota el culito por el suelo.

Parásitos externos
Los más comunes son las pulgas, las chinches, garrapatas, piojos o ácaros de los oídos. Algunos son más peligrosos que otros, por su poder transmisor de enfermedades, por lo que conviene observarlos periódicamente en su frondoso pelaje.
A excepción de los ácaros de los oídos, que se alimentan de cera del oído y de la piel, los demás son chupadores de sangre. Las pulgas saltan y pasan de un animal a otro, son complicadas de atrapar y, cómo no, se alimentan de la sangre de nuestra mascota, igual que las chinches, que actúan principalmente de noche. Las garrapatas y los piojos e adhieren a la piel e igualmente chupan sangre de su víctima.
Como siempre, lo más importante es la prevención, con un collar antiparasitario específico para gatos o con medicación oral proporcionada por el veterinario, limpieza y cuidado del pelo para eliminar larvas o parásitos adultos y evitar contacto con otros animales fuera de su entorno. Si a pesar de estas precauciones nuestro gato tiene parásitos externos no debemos recurrir a los remedios caseros, que pueden ser perjudiciales, sino acudir a nuestro veterinario que nos dará la mejor solución.
Por último, recordemos que estos parásitos externos pueden pasar del gato al humano por la cercanía o contacto físico, si bien a los humanos le producirán tan solo molestias, como picor y enrojecimiento de la piel, pero nuestro minino puede padecer problemas más serios derivados de sus picores, pérdida de pelo, con las consiguientes infecciones cutáneas, bajo apetito o dolor de oído, en caso de los ácaros.

También internos
Si los externos son molestos y en algunos casos peligrosos, los parásitos internos pueden producir enfermedades graves, tanto en ellos como en los humanos con los que conviva si llega a haber contagio.
Para esto, siguiendo las recomendaciones de los veterinarios, se debe llevar una alimentación de calidad, evitando darle de comer carne cruda o vísceras. Debemos limpiar regularmente el arenero y mantener una higiene correcta en la cama o juguetes del gato.
Nuestro gato puede tener gusanos sin que nos percatemos. Algunos son tan pequeños que no se aprecian a simple vista, pero están en las heces. Ante la duda, acude al veterinario que, una vez comprobados los síntomas, determinará si se debe hacer un análisis de heces para confirmar la presencia o no de lombrices.
La importancia de mantener a los parásitos a raya es primordial para nuestra mascota y también para todos los habitantes de la vivienda, puesto que pueden tener contacto físico con el animal o con sus heces y contagiarse. Un ejemplo significativo es que nuestro gato tenga pulgas y nosotros lo acariciemos y accidentalmente introduzcamos uno de sus huevos en nuestro organismo. Esto nos producirá una tenia.
De ahí la importancia de llevar una desparasitación interna acorde con la edad de nuestro gato y de si está solo en casa, si tiene contacto con otras mascotas o si sale al exterior. En cachorros se lleva a cabo cada uno o dos meses. Y en adultos, dos o cuatro veces al año.
Como veis, insectos o lombrices pueden causar trastornos tanto en los gatos como en los humanos. Algunos son fáciles de eliminar, pero otros pasan desapercibidos hasta que aparecen sus síntomas.
Por eso es importante la prevención, tanto con antiparasitarios externos como internos, con limpieza de los lugares más frecuentados por el gato (con atención especial a su arenero y su cama) y con observación del comportamiento, de su pelaje o sus heces por si aparecen gusanos. Así evitaremos males mayores en la familia.

Algunos parásitos
EXTERNOS:
- Pulgas
- Garrapatas
- Ácaros de oído
- Piojos
- Chinches

INTERNOS
- El áscaris
- El toxocara cati
- Al anquilostoma
- La tenia
- La dirofilaria immitis
- Toxoplasma gondii
- Giardia

CONSECUENCIAS
- Náuseas, vómitos y diarrea
- Dermatitis
- Infección de oído
- Pérdida de peso
- Bartonella (enfermedad de uñas de gato)
- Enfermedad de Lyme
- Babesiosis
- Anemia

(Páginas 34 y 35)

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