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Una "caricia" jugando puede provocar la enfermedad de arañazo de gato

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Es sabido que la mayor parte de las personas que tienen gato han visto en sus propias carnes los efectos de pequeñas heridas producidas en sus juegos y que en pocos días pasarán a la historia. Pero cuidado si los cortes comienzan a formar un ganglio inflamado pues podría requerir la ingesta de antibióticos. Dolor de cabeza, fiebre, malestar general son los síntomas leves de la enfermedad de arañazo de gato.

Por E. MUÑOZ

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Es muy habitual jugar con los gatos. Ellos nos buscan para que los tengamos presentes en su vida y a nosotros nos gusta tenerlos en los brazos y acariciarlos.
Somos conscientes de que tienen unas armas afiladas, tanto en la boca como en las patas y no es raro que al observarnos los brazos veamos pequeños mordiscos y arañazos. Y también es normal que no les demos importancia.
Generalmente, estas pequeñas heridas no suelen conllevar más que leves molestias en la piel, que desaparecen a los pocos días. Sin embargo, podría darse el caso de que nuestro gato nos transmitiese una enfermedad si estuviese contagiado por la bacteria bartonella henselae. ¿Cómo saberlo?
Si tras el mordisco o arañazo los síntomas de la herida no van a más no hay problema. Pero si tras varios días aparece una especie de pupa rojiza y a la vez indolora en forma de volcán nos ha transmitido dicha enfermedad. Se puede observar la herida con entorno rojizo y probablemente supure algo de pus. Con el paso de los días se va haciendo más visible la irritación de la piel y la persona afectada puede tener dolores de cabeza, fiebre o sufrir pérdida de apetito.
En la mayoría de las personas, estos efectos suelen ir paliándose con el paso del tiempo sin más cuidado que el lavado de la herida con agua y jabón, aplicar calor en la zona afectada, acompañado de analgésicos si fuesen necesarios. Pero en personas que tengan el sistema inmunológico algo débil les puede acarrear serios problemas si no se trata a tiempo. Así que, ante la duda, acudir al médico que determine los pasos a seguir.

La enfermedad
Seguramente nuestro arañazo se cure sin ningún tipo de tratamiento. En el caso de los niños, que suelen tocarse más las heridas, conviene observar su evolución y actuar ante el agravamiento si sucediese. En casos bastante raros y con consecuencias más graves se recurre a antibióticos. Para ello, hay que realizar un análisis de sangre y el laboratorio confirmará la enfermedad del arañazo de gato y si fuese necesario, realizar una biopsia. Generalmente con tratamiento antibiótico (azitromicina) remitirá esta enfermedad.
Pero, ¿cómo ha llegado esta bacteria a mi gato? La mayoría de los gatos domésticos, y en particular los cachorros, de todo el mundo están infectados por la bacteria bartonella, pero no presentan indicios de la enfermedad. Estas pueden provenir por transmisión de una pulga de un gato a otro. Y de ahí pasa a los humanos a través de un arañazo o un mordisco, que no tiene que ser grave.

Prevención
Dado que el gato es el probable transmisor de esta enfermedad es importante cuidar la desparasitación especialmente si nuestra mascota suele salir al aire libre y mantiene contacto con otros gatos del vecindario. Así que un antipulgas evitará la propagación y el contagio en caso de arañazo.
Como jugar con nuestra mascota es un placer mutuo (por lo que se recomienda que sean juegos delicados) y se producirán esos pequeños rasguños en la piel, tras ellos lavarse a fondo la zona afectada con agua y jabón. Esto está indicado, especialmente, con los niños que suelen ser menos delicados en sus juegos con los gatos, los molestan y o les quitan la comida, con el consiguiente arañazo de aviso que se llevan.
En caso de que nos diese un pequeño mordisco o arañazo durante sus juegos debemos evitar que el propio gato nos lama las heridas, algo muy habitual en los felinos, que se pasan el día acicalándose ellos mismos a lametones, cosa que comparten con sus dueños, pues podría empeorar la posible infección.

 

 

Por supuesto, a veces somos nosotros los responsables de esa transmisión pues involuntariamente nos traemos a casa una pulga que había en aquel gato de la colonia felina que se dejó acariciar por nosotros.
Por supuesto, si somos personas con un sistema inmunológico débil (como pueden ser personas infectadas por el virus del sida) no es recomendable que tengan una mascota felina por los posibles riesgos que puede llevar un arañazo o un mordisco cariñoso.
Así, esta enfermedad conocida también por fiebre por arañazo del gato o bartonelosis, a veces es difícil diagnosticar por ser bastante infrecuente, la mayor parte de las veces pasa desapercibida y no requiere de tratamiento médico.
Solo en caso más graves va a requerir tratamiento antibiótico, que deberá administrarse durante varios meses hasta la desaparición de la enfermedad.

(Páginas 34 y 35)

 

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