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Xerach García: "El rastro diferencia a

los perros campeones"

 

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El rastro, la prueba A en IPO, es la más temida de las tres por los que practican este deporte con sus perros. Es la más exigente para el animal y de un sitio a otro puede ser tal el cambio de las condiciones de la pista, que algunos perros con madera de campeón han llegado a ser descalificados a la primera de cambio. El reglamento habla de tener en cuenta las características del lugar, pero la realidad a veces supera a la ficción. 

Por M. ARAMBARRI

 

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Según Xerach García, campeón de España de IPO RSCE 2016 y 2017 y también de CEPPB 2016 y 2017, el Rastro, prueba A de IPO, es una fase muy exigente para los perros. Cada nivel de IPO, I, II y III, tiene su propia prueba de rastro, cuya dificultad va aumentando gradualmente. En todas ellas, según el reglamento de la RSCE, “el Juez determina el trazado del rastro en función de la configuración del terreno. Las pistas tienen que tener trazados diferentes. No se permite que los ángulos y los objetos se sitúen a la misma distancia o intervalo. 

El punto de partida del recorrido tiene que estar bien señalizado mediante una piqueta clavada a la izquierda del punto de salida. Como terrenos de rastro están permitidos los prados, tierra labrada y bosque. Hay que evitar los rastros visibles. En los tres grados se puede adaptar el campo de rastro a terreno con variaciones”.

Una vez que se ha preparado el trazado es fundamental la colocación de los objetos que el perro ha de marcar o coger. El primer objeto, en los tres niveles de competición, tiene que estar al menos a 100 pasos del punto de partida en la primera o segunda recta, ni 20 pasos antes ni 20 pasos después del primer ángulo. En los niveles I y II hay que colocar un segundo objeto al final del rastro. Pero ya en el nivel III, el más complejo, se pone un segundo donde indique el juez y un tercero al final del rastro. Todos los objetos deben ponerse en movimiento y, después de la colocación del último objeto, el guía debe seguir dando algunos pasos más en la misma dirección. 

Dentro de un mismo rastro se tienen que utilizar objetos de diferentes materiales como piel, tejidos, madera…etc. Su tamaño será de 10 cm de largo, de 2 a 3 de ancho y de 0,5 a 1 de espesor. Es muy importante que no destaquen del suelo por su color. 

Al perro, que puede ir libre o con una correa de 10 metros, se le da la orden de “busca” al comienzo del rastreo y después de los objetos. Tiene que seguir el recorrido del rastro con intensidad y firmeza y con la nariz baja con el mismo ritmo. La velocidad de la prueba no es un criterio para la evaluación por lo que se le tiene que dar el tiempo suficiente para olfatear con tranquilidad. En cuanto a los ángulos, el perro los tiene que trabajar con firmeza y seguridad en los tres niveles, se penalizará si se gira.

El guía seguirá al perro a una distancia de 10 metros de correa, y no se penalizará si la correa toca el suelo. Tan pronto como el perro encuentre un objeto tiene que marcarlo y permanecer de pie, sentado o echado. También puede recogerlo y quedarse de pie o sentado o llevárselo a su conductor, si opta por esta posibilidad el guía debe quedarse quieto. El perro nunca debe recoger un objeto en posición de echado, ni seguir andando con el objeto, tampoco tumbarse al lado para marcarlo ni girarse hacia el guía. 

En el momento en que el perro marque o recoja el objeto, el guía tiene que dejar caer la correa y dirigirse a él, colocarse a su lado y levantar el brazo con el objeto en la mano. Una vez realizada esta parte, el guía le tiene que volver a dar la orden de búsqueda y se continúa el rastro hasta el siguiente objeto. Felicitar al perro sólo es posible en el grado I y únicamente antes o después de levantar los objetos. 

Para valorar la actuación del perro en rastro, el juez tiene en consideración diferentes aspectos como el comportamiento del perro; el estado; las ayudas del guía; las dificultades por problemas de terreno; la posición del viento; la posible aparición de caza; el clima: calor, lluvia, nieve, o los cambios repentinos. El máximo de puntos que se puede obtener en esta prueba es de 100, repartidos en 79 en seguir el rastro y 11+10 en marcar o recoger los objetos (7+7+7, en el caso del nivel III).

Penalizaciones  

Son similares en los tres niveles:

2 puntos: si recibe ayuda del guía desde la correa cuando sale del rastro.

4 puntos: Por ayudas verbales o con la correa en el rastro; marcar o recoger objetos de manera incorrecta; dejar caer los objetos; dar vueltas sobre sí mismo en los ángulos; 

8 puntos: orinar, hacer un rastro falta de impulsivo; falta de intensidad; cazar ratones; 

Interrupción del ejercicio y valoración sólo hasta ese punto: a los 15 minutos en el grado I y II y a los 20 en el grado III; si se aleja del terreno del rastro a más de los 10 m de la correa.

Sin suma de puntos: Si los objetos no son marcados ni recogidos.

Descalificación: Perseguir alguna pieza de caza y no volver al rastro tras recibir la orden de tumbado de su guía y de volver por parte del juez; recoger el objeto y no soltarlo. 

Circuitos

En cuanto a los “circuitos”, en el nivel I lo marca el guía: al menos 300 pasos, 3 rectas, 2 ángulos (de 90º más o menos) y dos objetos pertenecientes a él con al menos 25 minutos de antigüedad. Tiempo: 15 minutos.

En el nivel II lo marca una persona extraña para el perro: al menos 400 pasos, 3 rectas, 2 ángulos de unos 90º y dos objetos con al menos una antigüedad de 30 minutos. Tiempo: 15 minutos.

En el nivel III el trazado también lo marca una persona extraña al perro: al menos 600 pasos, 5 rectas, 4 ángulos de unos 90º y tres objetos con al menos una antigüedad de 60 minutos. Tiempo: 20 minutos. 

 

Un perro de alta competición

no puede ser mal comedor

Por Xerach GARCÍA, campeón de España de IPO 2017 con CEO de YDRE

La disciplina de rastro en IPO es fundamental para ganar campeonatos, de ahí que sea tan importante conseguir la calificación de “Excelente” en todas las pruebas. 

Una cosa muy a tener en cuenta es que influyen factores ajenos a nuestro control, como son: la climatología, el tipo de terreno, el trazador de la pista, etc. Yo comienzo los entrenamientos desde que el cachorro llega a casa. Con CEO he podido trabajar sin pausa dado el gran interés que siempre ha mostrado por la comida. Ésta siempre está presente, ya sea sobre las huellas del trazado o como premio en los objetos que el perro localiza. Por este motivo, un perro de alta competición no puede ser “mal comedor”.

Trabajo las pistas siempre que puedo y enseño a marcar los objetos en casa, separando el marcaje del trazado. Me resulta muy divertido enseñar a mis perros a marcar los objetos utilizando “clicker”, así consigo un marcaje activo y que el perro disfrute localizando el objeto y no prefiera saltarlo y continuar su búsqueda de comida en la pista.

El rastro IPO es muy exigente para el perro por lo que debemos regular la velocidad a la que el perro recorre la pista. Se necesita también mucho instinto y concentración en el registro de todas y cada una de las huellas o focos de olor (en ocasiones no hay huella visible), con el mismo interés desde la primera a la última. He tenido la suerte de disfrutar con CEO la disciplina de rastro, siempre se ha empleado a fondo en cada entrenamiento, esto me ha dado mucha seguridad para afrontar los campeonatos. 

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