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Insectos en la alimentación canina: ¿futuro o amenaza?

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Los alimentos para perros que contienen insectos son cada vez más populares y significan una alternativa al agotamiento de los recursos

Hoy en día, se habla cada vez más del agotamiento de los recursos y está aumentando la conciencia de los dueños de perros con respecto a su nutrición adecuada. Un alimento balanceado para mascotas no solo debe ser valioso desde el punto de vista nutritivo, sino también, hipoalergénico. Estas dos consideraciones son la razón por la cual los alimentos para perros que contienen insectos son cada vez más populares.

Por Jagoda KĘPIŃSKA-PACELIK y Wioletta BIEL /Universidad de Pomerania, Polonia  (Extracto del artículo publicado en  MDPI)

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Debido al aumento de la población mundial, el mundo no puede soportar las conocidas técnicas de producción de alimentos debido a sus efectos nocivos sobre el uso de la tierra, el consumo de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero. La respuesta clave es una solución basada en el uso de insectos comestibles. Estos se caracterizan por un valor nutricional muy bueno, pero se enfrentan a la poca aceptación por parte de los dueños de perros.
Para 2050, se prevé que la población mundial sea de 9 a 11 mil millones. Actualmente, la demanda de recursos de suelo y el cambio de uso del suelo están aumentando, lo que en consecuencia conducirá a su agotamiento. El sector ganadero es el principal usuario de los recursos de la tierra y representa alrededor del 30 % de la superficie terrestre. Las principales opciones para cubrir las necesidades proteicas son el uso de proteínas de legumbres, frutos secos o semillas.
Las organizaciones mundiales están llamando a la búsqueda de fuentes alternativas de proteínas, como los insectos, y cambiar la cría basadas en el sacrificio de animales por la cría de insectos comestibles. Su agricultura se caracteriza por bajas emisiones de gases de efecto invernadero, bajo consumo de agua y una menor superficie de tierra agrícola utilizada para su producción.
Como consecuencia del aumento del número de personas, también crece el número de animales de compañía. Según la FCI hay alrededor de 147 millones de perros.
La industria de alimentos para mascotas está buscando fuentes alternativas de proteínas que puedan ser sustitutos de las de aves, ganado y cerdos. Depositan grandes esperanzas en insectos cuyo valor nutricional sea comparable al de las fuentes de proteínas convencionales.
Valor nutricional
Al considerar nuevas fuentes de proteína, es importante determinar su calidad y los insectos son ricos en proteínas con alta calidad nutricional. En un estudio realizado por Udomsil el contenido de aminoácidos esenciales de los grillos fue comparable al del huevo, el pollo, el cerdo y la carne de res, que se consideran las principales fuentes de proteínas en la dieta del perro.
Ácidos grasos
Los insectos son una muy buena fuente de grasa con una alta calidad nutricional. En estas especies, los niveles de ácidos grasos saturados (SFA) oscilan entre el 28,20 y el 49,60 % de ácidos grasos y son comparables a los contenidos de SFA de fuentes de proteínas convencionales, como la pechuga de pollo (43,14 % de ácidos grasos).
Minerales
Los insectos, además de ser ricos en proteínas y grasas, también son una importante fuente de minerales. En su mayoría, son buenas fuentes de oligoelementos, incluidos hierro, zinc, cobre, manganeso y selenio.
Quitina
En relación a la quitina que hay en la capa más externa del exoesqueleto de los insectos, en principio se considera un problema debido a su indigestión en animales, lo que se puede solventar eliminándola parcialmente. Sin embargo esta quitina eliminada usada en concentraciones bajas como aditivo al pienso proporciona propiedades antimicrobianas contra una amplia gama de especies microbianas.
Salud
Además, los insectos son una fuente de péptidos antimicrobianos (AMP) y ácido láurico, que pueden ser factores que mejoran la respuesta inmunitaria y tienen un efecto positivo en la descomposición del microbioma del tracto digestivo.
Digestibilidad
Los insectos pueden ser una nueva fuente de alimento para los perros con reacciones adversas a los alimentos. Los estudios han demostrado que el uso de pupas de grillos domésticos o gusanos de seda de morera puede reemplazar con éxito la harina de aves en la dieta de los perros sin mostrar un efecto negativo en la hematología o la química sanguínea.
Aceptación
A pesar de los beneficios de seleccionar insectos como fuente de proteínas, su aceptación por parte de los dueños de perros sigue siendo problemática. Este rechazo es un obstáculo importante para su comercialización en occidente.
Peligros
Es necesario analizar el riesgo de reacciones adversas a los alimentos (AFR), incluidas las alérgicas. Las investigaciones indican que los insectos también pueden desencadenar alergias alimentarias causadas por una sensibilización primaria o una reacción cruzada con otro alérgeno. Otros peligros se relacionan con la contaminación de los propios insectos. Un tema extremadamente importante que requiere más investigación es la presencia de micotoxinas en estas especies.

Conclusiones
Los insectos se pueden utilizar en la industria de alimentos para mascotas. Esto está respaldado por la adaptación evolutiva de sus ancestros salvajes a la recolección de insectos en el medio natural. Su composición química también corresponde a los requerimientos nutricionales de este grupo de animales. Se caracterizan por un muy buen valor nutricional (por ejemplo, alto contenido de proteínas y alto contenido de aminoácidos esenciales y ácidos grasos, incluido el ácido láurico), y los productos que los contienen obtienen resultados positivos en las pruebas de palatabilidad. Sin embargo, las dietas que contienen proteínas de insectos y sus efectos en los animales requieren un análisis cuidadoso, especialmente en términos del riesgo de reacciones adversas a los alimentos, incluidas las reacciones alérgicas que pueden ser causadas por su consumo. Otros peligros se relacionan con la contaminación de insectos durante la cría, el envasado, la cocción o la alimentación. Estos contaminantes incluyen la presencia de bacterias, hongos de moho, micotoxinas y metales pesados, entre otros.

 

(Páginas 16 y 17)

 

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