El veneno para acabar con las plagas de babosas es mortal para las mascotas
El envenenamiento por metaldehído después de la ingestión de un molusquicida afecta con mayor frecuencia a perros y gatos. Los síntomas clínicos incluyen disfunción neurológica, malestar gastrointestinal, hipertermia y cianosis. El lavado gástrico a menudo producen una mejoría clínica. Agricultura publica la lista europea de sustancias permitidas en las que el uso del metaldehído se amplía hasta agosto de 2026
Por M. ARAMBARRI
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha hecho pública la lista comunitaria de sustancias activas, excluidas o en evaluación comunitaria, en la que se incluye el metaldehído, un polímero que se usa para controlar las babosas y los caracoles en nuestros campos. Su ingestión por perros o gatos puede ser mortal.
Abril es un mes típico en el que los caracoles o las babosas salen a corretear por nuestros campos. Aparecen cuando llueve, porque necesitan unas condiciones de humedad muy altas para poder sobrevivir. Tras un marzo muy lluvioso, su presencia se ha extendido por toda la geografía.
Aunque son inofensivos para los humanos, su presencia puede llegar a ser una plaga para jardines o plantaciones. Se alimentan de plantas haciendo agujeros en las hojas y comiéndose las plantitas recién nacida, por lo que su erradicación por agricultores a veces es una verdadera pesadilla.
Pero no solo para agricultores, también son muy peligrosos para las mascotas. En realidad, estos moluscos no representan un riesgo para perros en gatos, pero sí el veneno que se usa para acabar con estas plagas: molusquicidas cuyo principio activo es el metaldehído, un componente que una vez ingerido se metaboliza rápidamente y entre una y tres horas después aparecen los primeros síntomas: temblores musculares graves, ansiedad, hiperestesia, ataxia, taquicardia e hipertermia que pueden derivar en poco tiempo en convulsiones tónicas tales que los animales no responden a los estímulos externos.
Según el texto publicado en el manual de veterinaria MSD, por el doctor Barry Blakley, “No existe un tratamiento específico para la intoxicación por metaldehído, aunque el tratamiento sintomático agresivo durante las primeras 24 horas puede permitir una recuperación completa en la mayoría de los pacientes en 2-3 días. Se puede administrar carbón activado y catárticos para ayudar a la descontaminación y reducir el ciclo enterohepático del metaldehído”.
El metaldehído se elimina rápidamente, no sobrepasando generalmente las 27 horas. El producto viene en distintas formas: líquido, gránulos y polvo. El peligro viene de que para atraer a los caracoles y las babosas se combina con melaza y salvado, sustancias que son atractivas para los perros y estos lo ingieren accidentalmente. También la forma líquida puede ser ingerida inadvertidamente cuando un perro come hierba que ha sido fumigada con el veneno, y por último también se puede absorber de forma inhalada y a través de la piel (cutánea).
Este producto viene en una especie de cilindros pequeños azules, que una vez ingeridos por las babosas están condenadas a morir. En las cajas o bolsas comercializadas con este veneno, a veces pone que es inofensivo para perros y gatos, pero no es del todo cierto. La dosis letal oscila entre 0,2y 0,5 gramos por kilogramo de peso corporal, por lo que los caracoles suelen caer fulminados en minutos, incluso segundos. Sin embargo los perros, y más si son grandes, necesitan de una ingesta mayor para sufrir daños irreparables.
Estos cilindros no tienen efecto disuasorio en los perros porque les sabe dulce. Aunque los gránulos de babosa deben estar enriquecidos con sustancias amargas, no siempre es así. Sin embargo, esto no impide necesariamente que nuestros peludos se coman los granos de todos modos.
Si observamos alguno de estos síntomas: ansiedad, vómitos, diarrea, jadeo excesivo, respiración acelerada, babeo excesivo, descoordinación al andar, convulsiones, temblores musculares, hipertemia e incremento de la sensibilidad a la luz y al sonido, hay que llevar al animal a toda velocidad a una clínica veterinaria. Si el perro no fuera tratado podría morir en horas, el pronóstico depende de la cantidad de metaldehído ingerido y del tiempo que ha pasado desde su ingesta. Cuánto mayor, peor será el pronóstico. Según la dosis ingerida la muerte por insuficiencia respiratoria se puede producir muy rápido, de 4 a 24 horas post ingestión.
¿Qué hace el metaldehído?
Este polímero se convierte en acetaldehído en el cuerpo del perro tras sufrir una hidrólisis parcial en el estómago para luego pasar a ácido acético. Tanto el metaldehído como el acetaldehído se absorben rápidamente desde el tracto y se metaboliza deprisa. Aunque, finalmente, tanto el metaldehído como el acetaldehído se excretan en la orina, puede ser tarde para el perro ya que la exposición al metaldehído altera las concentraciones de varios neurotransmisores y actividades enzimáticas y disminuye el umbral de convulsiones. Los temblores musculares y la producción de metabolitos ácidos de metaldehído causan graves trastornos electrolíticos y acidosis metabólica.
(Páginas 28 y 29)
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