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De la protectora a recibir la medalla a su trayectoria policial   

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Esta cocker spaniel de diez años, Lluna, está a las puertas de su jubilación tras una trayectoria impresionante como detectora de drogas, billetes de curso legal y armas junto a su guía, policía nacional, Irene Miralles

Lluna, no se separa ni un segundo de Irene, su guía, incluso comparte cama a sus pies vigilando que esté siempre a su lado. En febrero hará diez años de su alta en la Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional, y se tendrá que jubilar “sí o sí”, indica con cierta pena Irene a LADRIDOS.

Por Emer IGLESIAS

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Su trayectoria como detectora de sustancias estupefacientes, billetes de curso legal y armas es tan impresionante que hace unos meses recibió la medalla de la Policía Nacional como perro del año en reconocimiento a su trabajo.
Sus ojos delatan su felicidad, está sana como si fuera una cachorra, sus menos de diez kilos le proporcionan una agilidad que siempre le acompañó en su trabajo desde aquel día en febrero de 2013 a Irene le llegó que había una cachorrita en la protectora de la M-40 en Madrid que “podía tener buenas aptitudes para trabajar como agente canino”.
No lo dudó ni un momento. Irene, por aquel entonces, tenía que elegir un segundo perro para la Unidad, y junto a sus compañeros decidieron ir a conocerla. “Al verla pensé: si la perra no vale para lo que queremos, me la quedo yo”. Y así fue, que se la quedó y que valió para su trabajo. Como muestra, que ahora diez años después aún está en servicio, “No tiene problemas de nada, ni articulaciones ni nada, pero en la Policía los perros a partir de los diez años se jubilan sí o sí”.
Cuando la recogieron de la protectora no tuvo ni un solo problema para pasar las primeras pruebas que allí mismo le hicieron. “Y dijimos, vale, vamos a trabajar, empezamos socializándola mucho, desde ese día la llevo conmigo a todos los sitios, se adapta muy bien, a casa, con niños, con personas…”.
El trabajo de todos estos años que le llevó en 2022 a ser una de las perras del año de la Policía Nacional por su trayectoria, salió perfecto, pero en realidad proviniendo de una protectora, sin saber nada de su origen era un riesgo. “He tenido mucha suerte con esta perra, la verdad que siendo cachorra y desconociendo su procedencia, era prácticamente una lotería lo que se pudiera sacar de ella, sin embargo, con trabajo, hemos tenido un gran resultado, y digo hemos, porque he tenido y tengo la suerte de compartir mi trabajo con grandes profesionales, tengo unos compañeros estupendos y cada uno a su manera ha contribuido durante todo este tiempo a la formación de Lluna”, recalca la policía.
Entró en febrero de 2013 en la Unidad, y al poco tiempo de cumplir un año en junio, ya realizó su primer servicio. Un exquisito trabajo de detección de drogas en un registro que la llevó a meterse en el fondo de un armario y quedarse quieta. “Como vi que buscaba dentro del armario empotrado pensé que era en los cajones, pero no había nada y ella no salía, así que al final descubrimos que en un doble fondo había tres kilos de cocaína en bolsitas ya preparada para su venta”.
Lluna se estrenó con honores, su carrera no había hecho nada más que despegar. En un día normal de trabajo se levanta con Irene, se dirigen a la Comisaría General y “depende del servicio que tengamos, suelen estar todos programados, nos juntamos con la brigada móvil y vamos a buscar en personas, sobre todo en estaciones de metro, autobuses, intercambiadores, vagones de tren en marcha…”.
Lluna no solo detecta drogas, también está preparada desde el principio, y de hecho ha encontrado en numerosas ocasiones, para descubrir billetes de curso legal, y más tarde aprendió a detectar armas.
Otros días Irene y ella tienen servicios programados en Madrid o fuera, como el de Puertollano, Ciudad Real, donde fueron requeridas por esa Comisaría Provincial para la realización de entrada y registros por tráfico de estupefacientes y para la localización de estas sustancias, así como para armas y billetes de curso legal.
Puertollano, Cuenca, Ciudad Real, los Sarfemines, Talavera de la Reina, Toledo, Leganés, Illescas, Motilla del Palancar, Granja de Iniesta, Azuqueca de Henares, Yuncos, Fuenlabrada, Guadalajara, Aranjuez, Gerona, Valdepeñas… son algunos de los muchos municipios donde este binomio se ha traslado durante su carrera profesional para detectar a los “malos”.

 

 

El entrenamiento de Lluna no ha sido todo un camino de rosas. Hay que tener en cuenta que traía miedos al ser abandonada, “trabajamos mucho y se fue consiguiendo poco a poco que superara los miedos. Al venir de origen desconocido seguramente me haya resultado más difícil su formación que de cualquier otro perro del que conociera su origen, pero el camino seguido para su formación fue el correcto y es una gran perra”.
Lluna vive con su guía en casa junto a cuatro perros más. Y así seguirá siendo cuando la Policía decida jubilarla, “de momento siempre está contigo, mientras que pueda llevarla la llevará, si su salud lo permite, día a día, me la llevaré en el coche. Si veo que no quiere ir, la dejaré en casa, lo que ella decida” relata con voz entrecortada la guía canino.

Los datos
10  años hace en febrero que Lluna entró en la Unidad de guías caninos

(Páginas 8 y 9)

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